A pesar de sufrir una rotunda derrota a manos de Donald Trump en las elecciones estadounidenses de 2024, Biden sigue ideando políticas exteriores huecas, estrechas y parroquiales orientadas a la provocación.
El presidente Joe Biden ya no es el presidente de los Estados Unidos, y tampoco lo es su adjunta, la ex vicepresidenta Kamala Harris.
A pesar de sufrir una rotunda derrota a manos de Donald Trump en las elecciones estadounidenses de 2024, el presidente sigue planteando políticas exteriores huecas, estrechas y provincianas orientadas a la provocación en lugar de prevenir una escalada importante entre los Estados. El último ejemplo de una aparente y descarada falta de visión y mérito es que Joe Biden permitió que el régimen de Volodymyr Zelensky en Kiev utilizara sistemas de misiles tácticos del ejército (ATACMS) contra Rusia. Con esta actitud aventurera, se ha socavado cualquier perspectiva de paz, y Biden, junto con Zelensky, es el único responsable de ello.
El uso de misiles ATACMS por parte de Ucrania es provocativo e innecesario
La naturaleza provocativa de la autorización del ATACMS por parte de Biden es evidente. Ucrania disparó seis misiles balísticos tácticos supersónicos contra territorio ruso, que tenían como objetivo una instalación en Bryansk. Las defensas aéreas rusas derribaron cinco de los misiles, mientras que el sexto resultó parcialmente dañado. Los misiles pueden volar a una distancia cercana a los 300 kilómetros, lo que significa que las ciudades rusas cercanas a la frontera con Ucrania pueden ser fácilmente atacadas.
Además, al desplegar misiles ATACMS, el régimen de Zelenski ha cimentado la reputación de Ucrania de ser un país obsesionado con la guerra que cree en la escalada en lugar de en las negociaciones con Rusia para poner fin al conflicto. Incluso la retórica belicosa después de que Joe Biden diera luz verde insinuó arrogancia y desafío:
“Ucrania tiene drones de largo alcance de su propia producción. Tenemos el misil de crucero Neptuno (Ucrania) y no solo uno. Y ahora el ATACMS. Y los utilizaremos todos”, dijo Volodymr Zelensky.
Reducción del umbral nuclear
Sin embargo, al utilizar todo este arsenal, Zelensky ha puesto en peligro la seguridad de Europa del Este, algo que no es responsabilidad de Moscú.
Recordemos que la respuesta legítima de Rusia de atacar a Ucrania se debió a la persistencia de Kiev y sus aliados occidentales en que la expansión de la OTAN hacia el este en Europa y la incorporación a la alianza militar es imperativa para un orden mundial más seguro. Sin embargo, esas provocaciones llevaron a Putin a iniciar una operación especial contra el régimen de Zelenski , que dio lugar a hostilidades, falta de confianza y una prolongada respuesta rusa a los nefastos designios de expansionismo.
Sin embargo, desde que comenzó la guerra, Moscú descartó el uso de armas nucleares. La última decisión de Ucrania de desplegar misiles ATACMS está destinada a cambiar eso, ya que reduce el umbral nuclear. Cabe señalar además que, inmediatamente después de los ataques con misiles balísticos, Vladimir Putin actualizó la doctrina nuclear de Rusia, en la que Moscú considera la agresión de un estado no nuclear (como Ucrania) con la participación de un estado con armas nucleares (como Estados Unidos) como un ataque conjunto contra Rusia. Esta revisión en respuesta a la provocación ucraniana y la participación estadounidense ha dado como resultado un mayor riesgo de nuclearización, que, nuevamente, es responsabilidad del propio Zelensky.
Además, la decisión de Biden de permitir a Ucrania disparar misiles balísticos en respuesta al legítimo derecho de Rusia a la autodefensa ha hecho que Estados Unidos intervenga en el conflicto como partidario de Ucrania y no como solucionador de conflictos.
Darle a Zelenski la licencia para atacar a Rusia con impunidad ha significado que Washington DC es ahora un combatiente directo en la guerra, algo que el sucesor de Biden, Donald Trump, ha tratado de evitar. Esto a pesar de que los beneficios de tal aventurerismo son mínimos. Si bien es cierto que la capacidad de largo alcance del ATACMS representa una amenaza para Rusia, los analistas militares sostienen que Ucrania solo puede llegar a una fracción del territorio ruso y que esos ataques no tendrán un impacto decisivo en el conflicto que dura treinta y tres meses.
Sin embargo, ni Zelensky ni Biden parecen entender esta realidad incontrovertible, que ha significado que Ucrania ha comprometido la paz global por estrechos beneficios políticos.
Nueva fase de guerra inevitable
El despliegue de ATACMS también establece una imagen de Joe Biden y Volodymyr Zelensky como belicistas en lugar de pacifistas. Ambos están involucrados en un intento deliberado y concertado de prolongar los conflictos globales, de manera similar a cómo la administración Biden ofreció anteriormente apoyo partidista al régimen genocida de Netanyahu en “Israel” para llevar a cabo masacres en Gaza, Cisjordania, Líbano y Siria. Para Zelensky también, la conversación sobre la desescalada con Rusia ha quedado en un segundo plano, con sus constantes llamamientos centrados en aumentar el apoyo occidental en términos de armas y municiones.
Sin embargo, ninguna de estas referencias tiene fundamento. La secretaria de prensa adjunta del Pentágono, Sabrina Singh, ha admitido que Estados Unidos no tiene ninguna indicación de que Rusia planee desplegar armas nucleares en su conflicto con Ucrania. Sin embargo, eso podría cambiar con una nueva fase de la guerra que se está desarrollando si no se detienen las provocaciones indebidas. Esto quedó en evidencia cuando el presidente francés, Emmanuel Macron, pidió sin sentido el envío de más tropas europeas a Ucrania a pesar de la falta de unidad en la Unión Europea sobre la confrontación directa con Rusia. En respuesta, el presidente Putin ordenó un ejercicio táctico de armas nucleares.
La apuesta política de Biden
Está claro que la autorización de Biden para el lanzamiento de misiles ATACMS a Ucrania ha provocado una escalada injustificada con Rusia, lo que convierte esta medida en nada menos que una táctica política. Ahora que el Partido Demócrata de Estados Unidos está confinado en los cuarteles de la política interna estadounidense y la retórica política de Biden carece de relevancia en un panorama nacional dominado por Donald Trump y los republicanos, el momento de su autorización se vuelve cuestionable. Parece como si Biden estuviera tratando de recuperar el capital político perdido apelando al electorado estadounidense proyectando solidaridad con Ucrania contra Rusia.
La verdad, sin embargo, es que tales medidas serán contraproducentes para Biden a nivel nacional y para Ucrania a nivel internacional.
Biden, al igual que Zelensky, desea prolongar la guerra en Ucrania y, al autorizar y desplegar misiles ATACMS, ninguno de los dos está interesado en la paz con Rusia.