Forbes Argentina
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Herman Johnson nunca imaginó que algo tan simple como las frutas y verduras pudiera cambiarle la vida. Veterano retirado del ejército en Houston, Texas, Johnson lidió durante años con problemas de peso, llegando a superar los 136 kilos.
Su dieta, como la de tantos exmilitares, estaba basada en gran medida en alimentos ultraprocesados y escasa presencia de productos frescos. Sin embargo, gracias a un nuevo programa piloto respaldado por la Fundación Rockefeller, se convirtió en uno de los primeros beneficiarios de una gran apuesta: Food is Medicine (FIM), una iniciativa que busca redefinir la atención médica tal como se la conoce hoy.
Las cifras son alarmantes: el 90% de los 4,3 billones de dólares que Estados Unidos destina a la atención médica se emplea en el tratamiento de enfermedades crónica s. Muchas de ellas están agravadas por una alimentación deficiente y afectan de manera desproporcionada a grupos vulnerables, como las personas de color, los hogares de bajos ingresos, las comunidades rurales, los adultos mayores y los veteranos. Cada año, 500.000 personas mueren por afecciones vinculadas a la alimentación, lo que genera un gasto sanitario de 1,1 billones de dólares, el equivalente a lo que el país invierte en alimentos.
Para los 19 millones de veteranos estadounidenses (especialmente los 9 millones que reciben tratamiento a través del Departamento de Asuntos de Veteranos (VA)), la situación es crítica. Este grupo se ve afectado de manera desproporcionada por enfermedades cardíacas, diabetes y obesidad.
Los programas FIM no solo tienen el potencial de mejorar su salud, sino también de reducir costos y transformar vidas. La Fundación Rockefeller apuesta a que este modelo puede hacer lo mismo por toda la población estadounidense, comenzando por los veteranos, como Herman Johnson.
El Dr. Rajiv Shah, presidente de la Fundación Rockefeller y autor de Big Bets: How Large-Scale Change Really Happens (Grandes Apuestas: Cómo se Producen Realmente los Cambios a Gran Escala), considera a la iniciativa Food is Medicine (FIM) como una de las mayores apuestas en la salud pública actual.
“Una gran apuesta podría garantizar que alimentos buenos y nutritivos, que constituyen una forma de medicina en sí misma, sean accesibles y estén disponibles para reducir drásticamente la carga de enfermedades crónicas comunes“, escribe. En su libro, Shah aboga por estrategias audaces y de gran impacto: establecer objetivos ambiciosos, tomar medidas decisivas y forjar alianzas inesperadas para impulsar un cambio real. La iniciativa Food is Medicine encarna precisamente este enfoque.