Los legisladores republicanos de la Cámara de Representantes de Estados Unidos publicaron este lunes un informe de juicio político contra el presidente Joe Biden. Aunque el demócrata declinó su candidatura y no irá por la reelección en las elecciones del 5 de novimembre en Estados Unidos, la oposición busca adelantar el fin de su mandato con un impeachment. En concreto, acusan al mandatario de abuso de poder y obstrucción de la Justicia en favor de los negocios de su hijo y de su familia.
El informe, de casi 300 páginas y con una investigación de casi un año detrás, apunta a Biden por “conductas corruptas” en las que habría utilizado su posición como jefe de Estado –y antes como vicepresidente, durante la gestión de Barack Obama– para materializar acuerdos comerciales en el exterior, con los que su hijo Hunter Biden y su familia habrían recibido un total de 27 millones de dólares en forma de pagos comerciales de socios o clientes en Rusia, China y otros países, según consignó la agencia Associated Press.
“La totalidad de la conducta corrupta descubierta por los Comités es escandalosa”, escribieron los paneles de Supervisión y Responsabilidad, Poder Judicial y Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes que lideran la investigación. El informe no se centra en el período en el que Biden es jefe de Estado, sino en los años posteriores a la muerte de su hijo mayor, Beau, en 2015, y cuando el entonces vicepresidente se había retirado de su cargo y se había negado a postularse como candidato a presidente en 2016.
En concreto, se acusa a la familia Biden de comercializar su “marca” de emprendimientos comerciales con prácticas corruptas que podrían ser razón suficiente para un impeachment, es decir un proceso constitucional de destitución. Los representantes republicanos denunciaron distintas prácticas sistemáticas por parte de Hunter Biden y sus asociados para solicitar acuerdos comerciales en el extranjero a través de las palancas que le permitían su proximidad natural con el presidente y, en efecto, con la Casa Blanca.
La investigación se funda en distintos registros bancarios, entrevistas a unos 30 testigos, relatos de denunciantes y miles de documentos. Tiene como principal autor material a Hunter, segundo hijo de Biden, que admitió recientemente haber sufrido una grave adicción al crack en estos últimos años. En tanto, fue condenado en junio pasado por delitos graves relacionados con armas y en septiembre será juzgado por cargos vinculados a impuestos federales. En ese sentido, los republicanos también acusaron a Biden de obstruir la investigación sobre su hijo, con una supuesta interferencia en la investigación federal de Hunter por parte del Departamento de Justicia bajo su administración.
Aunque a Biden no se lo imputa por ningún delito penal concreto, la oposición señala que es “inconcebible” que el presidente no estuviera al tanto de lo que sucedía en el seno de su familia, dada su cercanía y contacto permanente con ella. “El presidente Biden participó en una conspiración para monetizar su cargo de confianza pública para enriquecer a su familia”, afirma el informe.
La investigación alega que, en total, la familia Biden y sus asociados se vieron beneficiados en 27 millones de dólares por estos negocios, además de otros presuntos US$8 millones en calidad de préstamos y algunas compras puntuales de las obras de arte del hijo. En ese sentido, los republicanos plantearon que el remedio previsto por la Constitución de EE.UU. “para el abuso flagrante del cargo de un presidente es claro: el impeachment por parte de la Cámara de Representantes y la destitución por parte del Senado”.
LA NACION
