Con tan solo 17 años, Yareli Hérnandez ya es una fuerza a tener en cuenta. Como estudiante de tercer año en la preparatoria Ralston Valley High School en el Condado de Jefferson, Hernández Desello ha superado desafíos que habrían detenido a incluso el estudiante más decidido.
Nacida en la Ciudad de México, Hernández Desello se mudó a Estados Unidos cuando tenía ocho años, acompañada de su mamá, su padrastro, su hermano y su hermana. No sabía inglés y le costó adaptarse a la nueva cultura.
“Tuve que superar los desafíos de aprender un nuevo idioma, de hacer amigos y de acostumbrarme a mi nuevo estilo de vida”, dijo Hernández Desello.
“Luché mucho durante los primeros meses. Fue difícil, y hubo momentos en los que me sentía frustrada y molesta, pero esa frustración solo me hizo querer seguir adelante, y en un par de meses aprendí inglés e incluso obtuve un título en él”, continuó.
Esa determinación le ha servido mucho. Con trabajo duro y el apoyo de su familia, su comunidad y Jeffco Prosperity Partners, un programa dedicado a romper el ciclo de la pobreza generacional, Hernández Desello está trazando su camino hacia su sueño de convertirse en cirujana.
Su interés por la medicina surgió después de que a la mamá de Hernández Desello le diagnosticaran cáncer de riñón. Afortunadamente, el cáncer de su madre fue detectado a tiempo y era tratable. A pesar de ello, pasó horas investigando sobre la enfermedad de su mamá y descubrió que le gustaba la medicina.
Durante la escuela secundaria, comenzó a investigar sobre la epilepsia, una condición con la que vive su padrastro, lo que despertó su interés por el cerebro y cómo funciona.
“Me inspiró mi padrastro porque quería aprender más sobre su condición médica, como cuál era la causa de la enfermedad y cómo podía ayudarlo”, dijo ella.
Su pasión evolucionó hacia el deseo de seguir una carrera en neurocirugía, impulsada por la visión de unirse al pequeño pero creciente grupo de profesionales médicos hispanos y mujeres en los Estados Unidos.
“Las estadísticas de neurocirujanos muestran que solo el 5% de los neurocirujanos son hispanos o latinos, y que es un campo dominado por hombres blancos, ya que solo 1 de cada 20 neurocirujanos es mujer. Yo quiero ser parte de ese 5% y de ese 1 de cada 20 neurocirujanos”, explicó ella.
Este verano, Hernández Desello participó en un programa médico en la Universidad de Duke, donde obtuvo créditos universitarios y tuvo la oportunidad de vivir experiencias prácticas en el campo de la medicina.
“La oportunidad de estar en ese tipo de entorno fue un cambio de vida”, dijo ella. “Sentí que finalmente estaba viendo el futuro con el que siempre había soñado”.
La experiencia fortaleció su pasión por la neurociencia y le ayudó a establecer conexiones con estudiantes y profesionales de la medicina, lo que impulsó aún más su deseo de destacarse en el campo.
Pero casi no aplicó.
“Supimos del programa cuando recibimos un folleto por correo”, dijo Hernández Desello. “Pero era bastante caro”.
Fue entonces cuando Cristal Hernández-Cruz, una entrenadora de JPP que ayuda a las familias a alcanzar el éxito según su propia definición, la ayudó a postularse para una beca y proporcionó los fondos para cubrir las tarifas de los créditos universitarios.
Hernández-Cruz, quien comenzó a trabajar con la mamá de Hernández Desello para ofrecer orientación, recursos y apoyo que le permitieran alcanzar la autosuficiencia y el éxito a largo plazo, dijo que conoció a Yareli cuando ella estaba en su segundo año de preparatoria.
Durante su primera conversación, Hernández-Cruz comentó que se conectó con la motivación y determinación de la joven, reconociendo un poco de su propia historia en ella.
“Sé que ella es muy penosa, y he estado trabajando en eso”, dijo Hernández-Cruz. “Es una minoría en su escuela y siente que tiene que ganarse su lugar allí. Yo pasé por la misma experiencia cuando estaba en la preparatoria”.
El enfoque de JPP no se trata de dádivas, sino de proporcionar las herramientas para el éxito. Para Hernández Desello, esto significó acceso a becas, oportunidades para el desarrollo de liderazgo y orientación sobre cómo abogar por sí misma en la escuela.
“Al principio era muy callada. Pero ahora, está abogando por sí misma, liderando reuniones con consejeros escolares y asumiendo papeles de liderazgo”, dijo Hernández-Cruz.
Logros académicos y de liderazgo
Su excelencia académica no ha pasado desapercibida. Hernández Desello recibió una carta por logros académicos en su escuela de preparatoria,un hito llenó de orgullo.
“Ella vino con su carta y le dije, ‘Tenemos que conseguir esa chamarra de Letterman’”, dijo Hernández-Cruz.
Hernández Desello también es miembro de la Sociedad Nacional de Honor y ha recibido nominaciones para programas internacionales de prestigio, incluyendo oportunidades de viaje a Italia y Grecia.
Según Hernández-Cruz, los maestros de Hernández Desello la reconocen como una estudiante destacada y un modelo a seguir. Su pasión por el aprendizaje es evidente en sus palabras sobre sus sueños.
Devolviendo a su comunidad
Como voluntaria de JPP, Hernández Desello es una mentora y modelo a seguir para los niños más pequeños, ayudando a menudo con actividades de las aulas y traduciendo para familias hispanohablantes. Ella reconoce el poder de la representación y su objetivo es ser la luz guía para sus hermanos y para los otros jóvenes de su comunidad.
“No tuve a alguien a quien admirar”, dijo Hernández Desello. “Quiero ser esa persona para mi hermano y mi hermana”.
Hernández Desello puede ser un modelo a seguir para los más jóvenes, pero también es una inspiración para los adultos en su vida. Su mamá, quien dijo estar muy orgullosa de su hij, está trabajando para obtener su GED.
Y Hernández-Cruz dijo, “Yareli me inspira todos los días. Le digo, ‘Mereces tener éxito‘”, y ahora ella también lo cree”.