Asma al Assad

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Pie de foto, Asma al Assad nació en Reino Unido. (Foto: 2010)
  • Autor, Redacción
  • Título del autor, BBC News Mundo

Asma al Assad llegó a ser descrita como “muy chic”. También como “la más original, magnética y glamurosa de las primeras damas”.

Esos fueron algunos de los adjetivos que utilizó, en 2011, Vogue en un reportaje que le hizo a la entonces primera dama de Siria y que, poco después, fue retirado por la revista tras la brutal represión del gobierno de su esposo contra los manifestantes que reclamaban más democracia y libertad.

En 2016, en una entrevista con el canal de televisión ruso Rossiya 24, Asma al Assad dijo que había rechazado ofertas de asilo para salir de la nación azotada por la guerra civil cuyo germen estuvo en la represión de las protestas.

“He estado aquí desde el inicio y nunca he pensado en irme a otra parte en absoluto”, señaló entonces.

Sin embargo, la situación cambió este fin de semana con la llegada de las fuerzas rebeldes a Damasco, que propiciaron la caída del régimen de su esposo, Bashar al Assad, quien gobernó el país árabe por más de dos décadas con mano de hierro.

Junto a su marido y sus tres hijos, Asma al Assad abandonó Siria con destino a Rusia, donde, según confirmaron medios estatales rusos el domingo, les concedieron asilo por “razones humanitarias”.

En defensa de su esposo

Mientras los partidarios de su esposo se refieren a ella como “el jazmín de Damasco”, algunos de sus enemigos la han apodado “la dama de la muerte”.

En varias oportunidades, Asma Al Assad le expresó lealtad a su esposo y a su gobierno.

En abril de 2017, Asma publicó en sus redes sociales un comunicado de la presidencia de Siria criticando un ataque con misiles de Estados Unidos contra una base aérea de la nación árabe.

Este fue autorizado por el entonces presidente Donald Trump en respuesta al presunto ataque químico llevado a cabo por el ejército sirio el 4 de abril de 2017 en Jan Sheijoun, un pueblo controlado por los rebeldes.

El gobierno de Al Assad negó contundentemente haber empleado armas químicas en sus operaciones en el norte de Idlib y señaló como posible explicación la explosión de una fábrica de armas químicas de al Qaeda.

Más de 80 personas murieron.

Asma al Assad junto a su esposo Bashar al Assad

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Pie de foto, La pareja participó en un evento de la presidencia de Francia, en París, en 2008, al que asistieron otros líderes mundiales.

Años antes, en agosto de 2013, cientos de personas murieron en un ataque con armas químicas en una zona controlada por los rebeldes en las cercanías de Damasco.

Las potencias occidentales y la oposición culparon al régimen de Al Assad, aunque el gobierno negó su participación. Finalmente, ante la presión internacional accedió a desmantelar su arsenal químico.

Pero eso no terminó con la larga lista de atrocidades en la guerra civil. Hubo más ataques químicos y las comisiones de Naciones Unidas acusaron a todos los bandos combatientes de crímenes de guerra.

En su reacción al ataque ordenado por la Casa Blanca, en 2017, Asma al Assad señaló:

“Lo que EE.UU. ha hecho es un acto irresponsable que solo refleja miopía, un horizonte estrecho, una ceguera política y militar ante la realidad y una búsqueda ingenua de (hacer) una campaña frenética de propaganda falsa“, decía el mensaje difundido en sus cuentas de Instagram y Facebook.

Como resultado, el partido Liberal Demócrata de Reino Unido le pidió entonces a quien era la ministra británica del Interior, Amber Rudd, que le quitara la ciudadanía británica a Asma al Asad, nacida en ese país.

Además, en un artículo de opinión publicado en el diario The Guardian, el parlamentario Nadhim Zahawi, del Partido Conservador, escribió:

“Asma al Assad ya no es digna de la ciudadanía británica. No lo es cuando ha utilizado las redes sociales para defender a su esposo, negar el uso de armas químicas y atacar a Occidente, mientras retrata como felizmente normal la vida en un país devastado por la guerra”.

“Nunca he pensado en irme”

Esa no era la primera vez que Asma al Assad causaba polémica. En octubre de 2016, decidió hablar al mundo en una entrevista en la que dejó en claro que no saldría de Siria y que se mantendría al lado de su esposo.

“He estado aquí desde el inicio y nunca he pensado en irme a otra parte en absoluto”, dijo Asma al Assad en una entrevista de 2016 con el canal de televisión ruso Rossiya 24.

Y agregó que había rechazado ofertas para salir de la nación azotada por la guerra civil.

Un niño con el rostro y el cuerpo ensangrentados

Fuente de la imagen, Aleppo Media Center

Pie de foto, El pequeño Omran Daqneesh sobrevivió en 2016 a un ataque aéreo contra un barrio opositor al régimen de Bashar al Assad.

“Sí, me ofrecieron la oportunidad de salir de Siria o, más bien, de huir de Siria. Estas ofertas incluían garantías de seguridad y protección para mis hijos e incluso seguridad financiera”, declaró.

Dijo que quienes habían hecho la oferta estaban tratando de socavar la presidencia de su esposo.

“No se requiere ser un genio para saber qué es lo que busca esta gente. Nunca se trató de mi bienestar ni del bienestar de mis hijos. Fue un intento deliberado de destruir la confianza de la gente en su presidente“, indicó.

Y cuando se le preguntó por qué prefería quedarse en Damasco, aseguró: “No se trata de una cuestión de preferencia. Estoy con él porque mis convicciones así me lo dictan”.

Exbanquera británica

Esa había sido la primera vez en ocho años que Asma al Assad daba una entrevista en la televisión.

Al inicio de la guerra, en 2011, la madre de los tres hijos del presidente Al Assad había estado presente en los medios con una serie de intervenciones en las que apoyaba a su esposo, cuyo régimen ya había sido acusado de matar a miles de manifestantes y opositores durante el conflicto.

Seis años después, estaba presente principalmente en las redes sociales, donde mantenía páginas llenas de fotografías de sus reuniones con huérfanos y sus visitas a clínicas y hospitales.

Asma al Assad habla con un niño

Fuente de la imagen, LOUAI BESHARA/AFP via Getty Images

Pie de foto, La presidencia siria destacaba las labores de la primera dama en diferentes causas.

Era un ambiente muy diferente del de Acton, en el oeste de Londres, donde nació y creció con el nombre de Asma Akhras, en una familia de ascendencia siria.

Su padre, Fawaz Akhras, era cardiólogo y practicaba la medicina en una clínica privada. Su madre Sahar, era diplomática y había trabajado como primera secretaria en la embajada siria en Londres.

Asma, quien es musulmana sunita, asistió a un colegio privado para niñas, el Queen’s College, posteriormente estudió informática en la prestigiosa King’s College, donde se graduó en 1996, y después emprendió una carrera como banquera en la “City”, el centro financiero de Londres.

Allí conoció a su esposo. Bashar se había graduado de medicina en Damasco y estaba en la capital británica estudiando una especialización de oftalmología.

El “nuevo rostro” de Siria

Cuando en junio de 2000 murió el presidente Hafez al Assad, que había gobernado el país desde 1971, Bashar, su hijo, asumió la presidencia.

En noviembre de ese año Asma viajó a Siria para casarse con Bashar en una boda que sorprendió a muchos ya que no se habían conocido informes sobre su relación ni su noviazgo.

Muchos pensaron entonces que el matrimonio con una británica -y musulmana sunita- podría ser un signo de progreso e integración y que alentaría las reformas en un país de mayoría sunita que estaba gobernado por los alauitas de la familia Al Assad.

Asma al Assad saluda sonriente, detrás de ella hay una foto de Bashar al Assad y su padre Hafez al Asad

Fuente de la imagen, LOUAI BESHARA/AFP via Getty Images

Pie de foto, Asma ayudó a su esposo en sus intentos proyectar la imagen de un líder occidentalizado.

Pero tal como explica Kim Ghattas, quien fue corresponsal de la BBC en Medio Oriente, con el paso de los años quedó claro que Bashar era igual a su padre, “un líder duro que aparentaba ser reformista”.

“En sus intentos para proyectar la imagen de un líder occidentalizado, Al Assad recibió ayuda de Asma, su bella esposa siria criada en Londres”, explicaba Ghattas.

“Una fuente anónima de la familia sugirió que Al Assad se casó con Asma sabiendo que ella sería muy valiosa para mostrar un rostro moderno en Siria”.

Los Assad incluso buscaron la ayuda de una compañía de relaciones públicas británica, Bell Pottinger, para promover la imagen de Asma -y de Siria- en el escenario internacional.

Sin embargo, dice Kim Ghattas, “la forma como Asma abordó su papel de primera dama causó tensiones dentro de la familia Al Assad, particularmente con la hermana del presidente, Bourshra, y con su madre, Anisseh, a quienes no les importaban mucho las relaciones públicas”.

“Rosa en el desierto”

Los esfuerzos produjeron cierto éxito.

En febrero de 2011, la revista de moda Vogue publicó un perfil de la primera dama siria de 3.200 palabras titulado: “Una rosa en el desierto”.

En este describía a Asma como “glamurosa” y afirmaba que Siria era “el país más seguro de Medio Oriente”.

Asma al Assad

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Pie de foto, Asma al Assad en un evento de 2007, en Damasco.

Pero apenas un mes después, la policía reaccionó brutalmente a las protestas pacíficas y prodemocráticas en la ciudad de Deraa, lo que desencadenó un conflicto que se cobró la vida de alrededor medio millón de personas y desplazó a millones más.

Ese año, la comunidad internacional comenzó a ver a la primera dama siria bajo otra luz.

Poco después de que apareciera el perfil en Vogue, The New York Times informó que el artículo había sido parte de una campaña del régimen de Assad, que incluía el pago de US$5.000 mensuales a una firma de relaciones públicas estadounidense que había actuado de intermediaria entre Vogue y Asma al Assad.

El artículo fue retirado del portal web de Vogue poco después. Y la directora de la publicación, Anna Wintour, emitió una declaración condenando al régimen de Assad.

La enfermedad

En sus primeros comentarios públicos sobre la violencia en febrero de 2012, la entonces primera dama se mantuvo firmemente al lado de su marido.

“El presidente es el presidente de Siria, no de una facción de sirios, y la primera dama lo apoya en ese papel“, decía una declaración de su oficina al periódico británico The Times.

Con la guerra las cosas cambiaron rápidamente. En 2012 la Unión Europea impuso sanciones a Asma, prohibiéndole viajar y congelando sus bienes.

Pero Asma insistió en emitir declaraciones apoyando a su esposo y asegurando que se dedicaba a “consolar” a las “víctimas de la violencia”.

Asma al Assad con un pañuelo en la cabeza

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Pie de foto, En esta foto de diciembre de 2018, Asma al Assad participaba en una ceremonia de una organización siria para personas con discapacidad. En agosto de ese año, la presidencia informó que se le había diagnosticado cáncer de mama y que estaba bajo tratamiento.

En su entrevista con la televisión rusa de 2016, Asma dijo que estaba utilizando su posición “para organizar ayuda para los desplazados y heridos, para los soldados sirios y las familias de los ‘mártires’ que han muerto en la guerra”.

En 2018, las autoridades sirias informaron que Asma al Assad estaba recibiendo tratamiento para un cáncer de mama.

En una entrevista con la televisión estatal siria, en 2019, contó que se había recuperado gracias a que había sido detectado de forma temprana.

En mayo de 2024, la presidencia siria informó que había sido diagnosticada con leucemia.

“El comunicado decía que Asma, de 48 años, se sometería a un protocolo de tratamiento especial que requeriría que se aislara, y que, como resultado, se alejaría de los compromisos públicos”, reportó la agencia de noticias Reuters.

Ahora está en Moscú junto a su esposo y sus tres hijos.

*Este artículo fue publicado originalmente el 20 de octubre de 2016, actualizado en 2017 a raíz de la petición de quitarle la ciudadanía británica a Asma al Assad y después de la caída del régimen de Bashar al Assad.

Raya gris

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