Con el asesinato a balazos de los cuatro integrantes de la familia Lora Rincón, el pasado 29 de diciembre de 2024 en un restaurante ubicado en Aguachica, Cesar, las autoridades señalaron que se trató de la masacre número 76 en el reciente año terminado.
Un hecho que causó conmoción en todo el país, pero del que también surgieron múltiples investigaciones para encontrar las razones de por qué acabaron con la vida de estas personas, quienes eran una familia de pastores.
Le puede interesar: Esta es la identidad de la mujer que sería el real objetivo de la masacre en Aguachica; era pareja de presunto capo narco
Ahora la investigación de las autoridades reveló que la hija mayor del pastor (Ángela Lora), quien habría sido la que los sicarios presuntamente confundieron con el objetivo real del atentado (Zaida Andrea Sánchez Polanco), recibió varias amenazas por medio de llamadas desde una cárcel antes de la masacre.
Familia de Pastores, Lora Rincón. FOTO: REDES SOCIALES
Y es que la muerte de Marlon Lora, su esposa Yurlay Rincón, su hija mayor Ángela Natalia y su hijo menor Santiago, quien sobrevivió, pero también falleció dos días después por la gravedad de las heridas, dejó una gran incógnita en las autoridades que investigan lo que pasó.
Según dio a conocer El Tiempo, una prestamista local, quien es Zaida Andrea Sánchez Polanco, fue a declarar en la estación de Policía tras lo sucedido y aunque sus declaraciones se mantienen reservadas, la investigación de las autoridades indicaron que los sicarios al parecer confundieron a Ángela con Zaida por su vestimenta parecida el día de los hechos.
Sin embargo, recientemente, dieron a conocer que la misma Ángela habría recibido una serie de llamadas extorsivas desde un centro carcelario de Boyacá en donde la amenazaron en repetidas ocasiones, por lo que buscan establecer si hay relación con el atentado o si en verdad se trató de una confusión.
¿Qué es lo que se sabe de las extorsiones?
Con esta información, los investigadores no descartan que toda la familia haya sido víctima de extorsiones y hasta de seguimientos a sus labores con la iglesia Príncipe de Paz, parte del Concilio Iglesias Bíblicas Misioneras.
Las autoridades pudieron establecer que dichas llamadas extorsivas provenían de una sim card de un lote usado por delincuentes que se encuentran en la cárcel de Cómbita, en el departamento de Boyacá, una de los centros penales de máxima seguridad en el país, siendo esto lo nuevo en el caso, según información publicada por El Tiempo.
Anteriormente, Nilson Hernández, personero de Aguachica y primo de las víctimas, aseguró en Blu radio que Ángela recibió dichas llamadas hace aproximadamente tres meses y que de ahí en adelante comenzó a temer por su vida.
“Ella me llamó a decirme que la estaban llamando de cierto número telefónico y me manifestó que estaba recibiendo una llamada como amenazante, que tenía miedo, pero no tengo conocimiento de lo que le estaban diciendo”, dijo Hernández al medio radial.
Ángela Lora, hija mayor de la familia masacrada en Aguachica, Cesar. FOTO: REDES SOCIALES
El personero le habría pedido calma a Ángela por lo que estaba pasando, sin embargo, ella le aseguró que el hombre que llamaba contaba con datos de todos los miembros de su familia y particularmente de un emprendimiento de publicidad que ella tenía.
Al parecer se trataba de un negocio de venta de camisetas con mensajes cristianos estampados, por lo que, según las autoridades, los delincuentes habrían podido conseguir la información por medio del registro del negocio en Cámara de Comercio.
Aunque también dieron a conocer que nunca se denunciaron dichas amenazas, las autoridades buscan establecer si en los celulares de las víctimas hay alguna información relacionada con estos delincuentes que llamaron desde la cárcel y si tiene que ver al igual con el ataque armado.
Al final, las investigaciones detallaron que las llamadas amenazantes comenzaron en agosto de 2024 y se intensificaron en noviembre, hasta la masacre ocurrida el pasado 29 de diciembre.
Otras novedades del caso
Las autoridades encontraron la moto utilizada en el atentado junto con las huellas dactilares de los presuntos implicados, por lo que ofrecen una recompensa de hasta 50 millones por información de valor que permita dar con su paradero.
“Se trata de dos personas de sexo masculino para que las personas nos ayuden a identificarlas. Huyeron en una motocicleta y estamos también trabajando en el desarrollo de la ruta de escape”, afirmó el brigadier general Herbert Luguiy Benavidez Valderrama, comandante de la Región de Policía Nro. 8.
El caso también tendría relación con la muerte de Alexander González, conocido como alias El Calvo, un presunto capo del narcotráfico de 39 años, oriundo de Aguachica, Cesar, y pareja de la prestamista Zaida Andrea Sánchez Polanco, quien fue encontrado muerto dos días antes de la masacre.
También le puede interesar: Policía localiza la moto de los sicarios de la familia de pastores de Aguachica
