Defensores dicen que las recientes acciones del presidente Donald Trump sobre inmigración han creado un clima de miedo entre las comunidades de inmigrantes en Austin.
En su primer día en el cargo, Trump firmó más de 200 órdenes ejecutivas, muchas relacionadas con la inmigración, y emitió una política que permite a las autoridades ingresar a iglesias y escuelas para detener a personas indocumentadas.
Durante el fin de semana, agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), junto con la Administración para el Control de Drogas, llevaron a cabo una “aplicación selectiva” de las órdenes en ciudades de todo Estados Unidos, incluida Austin.
Danny Moreno y sus colegas en Defensa de los Trabajadores han comenzado entrenamientos sobre “Conoce tus derechos” para educar a inmigrantes y familias de estatus mixto sobre qué hacer si se acercan a ellos los agentes de Inmigración y Aduanas.
“El gobierno federal no puede tomar el control de nuestra policía y personal de la ciudad y exigirles que luego actúen como agentes de deportación”.
Chito Vela, miembro del Consejo de la Ciudad de Austin
Moreno dijo que es importante hacer hincapié en que los residentes indocumentados tienen los mismos derechos que cualquier residente documentado de Austin. Si ICE toca la puerta, no tienes que abrir, no tienes que responder a las preguntas y no debes firmar nada. Lo más importante, dijo, todo el mundo tiene derecho a un abogado, independientemente de su estatus migratorio.
La policía de Austin no tiene por qué participar en las redadas de inmigración. Tampoco los ayudantes del sheriff del condado de Travis. Aunque Texas aprobó una ley que permitiría a la policía local hacer cumplir las leyes de inmigración del estado, está siendo impugnada en los tribunales. (El caso está ante el Quinto Circuito de Apelaciones de Estados Unidos, uno de los tribunales más conservadores del país).
Aun así, dijo Chito Vela, miembro del Consejo de la Ciudad de Austin, los agentes del orden en Austin no estarán legalmente obligados a hacer cumplir ninguna orden federal de inmigración de la administración Trump.
“El gobierno federal no puede tomar el control de nuestra policía y personal de la ciudad y exigirles que luego actúen como agentes de deportación”, dijo. “Ese es un principio constitucional relativamente bien establecido, por lo que estamos protegidos de que nos tuerzan el brazo”.
La jefa de policía de Austin, Lisa Davis, dijo que el departamento “no tiene, y no ha tenido en el pasado, un papel en la aplicación de las leyes federales de inmigración civil”.
“Estamos enfocados en nuestra misión de mantener seguros a los habitantes de Austin e investigar la actividad criminal que asegura la justicia para aquellos que son víctimas del crimen”, dijo en un comunicado.
La sheriff del condado de Travis, Sally Hernández, dijo que “nada ha cambiado” en su departamento.
“Queremos que las víctimas corran hacia nuestra agencia en una crisis, no que huyan”, dijo. “Como siempre, seguiremos y haremos cumplir las leyes del Estado de Texas”.
Aparte de eso, Moreno dijo que le preocupa la desinformación. En el pasado, ha visto publicaciones en las redes sociales sobre redadas de ICE que en realidad no lo eran. Alguien vio algo y dijo algo, y eso contribuyó involuntariamente a la confusión.
“Puede haber personas bienintencionadas en la comunidad que accidentalmente lo compartan sin verificar”, dijo.
Incertidumbre y miedo
Vela dijo que la posibilidad de redadas de ICE en esos espacios previamente considerados fuera de los límites lo tiene a él -y a sus electores- preocupado.
“Mi principal preocupación son los niños que quedan atrás como parte de cualquier tasa de deportación. Muchos de esos niños son ciudadanos estadounidenses, probablemente la gran mayoría de ellos, y si deportan a mamá o papá, ¿quién va a cuidar de ellos? ¿Qué les va a pasar?”, dijo. “Su bienestar va a sufrir mucho”.
Anne Chandler, abogada del Consejo Legal de Inmigración de Texas, dijo que entiende que las familias estén confundidas y asustadas, pero les insta a no entrar en pánico.
“No significa que no debemos enviar a nuestros hijos a la escuela. No significa que mañana vamos a ver a oficiales de ICE en nuestras escuelas haciendo arrestos”, dijo. “No significa nada de eso”.
El Distrito Escolar Independiente (ISD, por sus siglas en inglés) de Austin dijo la semana pasada que está monitoreando las políticas de la administración.
En un comunicado, el superintendente Matías Segura dijo que entiende el “costo emocional” que las potenciales deportaciones podrían acarrear para las familias indocumentadas y de estatus mixto.
“Para muchos en nuestra comunidad, estas no son sólo discusiones de política, sino cuestiones profundamente personales que pueden crear incertidumbre y miedo”, dijo.
Las directrices del distrito establecen que el ISD de Austin no recoge documentación de inmigración, que el “estatus migratorio de nuestros estudiantes o familias no cambia nuestra obligación de educar”.
Los legisladores estatales demócratas también pidieron a la Agencia de Educación (TEA, por sus siglas en inglés) de Texas que proporcione protocolos más concretos para las escuelas de todo el estado.
En una carta el jueves, el Caucus Legislativo México-Americano pidió a la TEA que proporcione orientación sobre “cómo los distritos escolares locales y el personal escolar deben responder y prepararse para las acciones federales de aplicación de la ley de inmigración en las escuelas de Texas”.
‘La historia es instructiva’
El representante federal Greg Casar, exmiembro del Consejo de la Ciudad de Austin, dijo que la ciudad probablemente verá redadas de ICE en lugares de trabajo. Austin y otras ciudades de izquierda fueron blanco de redadas en el primer mandato de Trump.
“Esa historia es instructiva”, dijo.
Señaló que estas redadas a menudo condujeron a deportaciones de personas indocumentadas sin antecedentes criminales.
“Todos y cada uno de los agentes de la ley -del condado, locales, estatales, federales- con los que he hablado, no quieren ir detrás de personas que no suponen una amenaza para nadie”, dijo.
En vista de ello, Moreno ha aconsejado a las familias que tengan un plan, por si acaso. Reconoce que es “traumático” para los niños, pero necesario.
“Es la realidad de lo que va a pasar, ¿sabes?”, dijo. “Tenemos esas conversaciones con ellos sobre los planes de preparación de la familia … sólo prepararlos con sus documentaciones en el peor de los casos. … Por desgracia, tienen que tener esas duras conversaciones”.