Las amenazas de abandonar el Convenio Europeo de Derechos Humanos vuelven a circular en el Reino Unido, mientras el derechista Partido Conservador elige a su nuevo líder.
El Partido Conservador británico, de la oposición de derechas, está en proceso de elegir a su nuevo líder, y ha surgido un argumento familiar: ¿debe el Reino Unido salir de Europa o permanecer en ella? Esta vez, el debate no tiene nada que ver con la UE. En su lugar, el aspirante al liderazgo tory Robert Jenrick ha prometido retirarse inmediatamente del Convenio Europeo de Derechos Humanos (CEDH) si llega a ser primer ministro.
La razón, dice, es que el convenio es un obstáculo para controlar la inmigración, ya que permite a los inmigrantes recurrir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) para impugnar su expulsión del Reino Unido.
Aunque no ha hecho ninguna promesa, Kemi Badenoch, rival de Jenrick en la carrera por el liderazgo, también ha dicho que estaría dispuesta a abandonar la CEDH si fuera necesario para reducir la inmigración. Estas promesas han causado inquietud entre los moderados del partido. Pero, ¿serviría de algo abandonar el CEDH y su organización matriz, el Consejo de Europa?
No sólo el CEDH protege a los solicitantes de asilo
Aunque tiene cierta credibilidad la afirmación de que el TEDH impide al Reino Unido deportar a inmigrantes, no es del todo cierta por dos razones principales. La primera es que el Tribunal sólo puede intervenir en circunstancias muy concretas. Como bastión de los derechos humanos, el TEDH puede impedir las deportaciones si el solicitante de asilo en cuestión se enfrenta a un riesgo real de tortura o trato degradante en el país al que sería enviado, en violación del artículo 3 del CEDH.
“El Tribunal Europeo de Derechos Humanos sólo puede bloquear las deportaciones en casos en los que haya pruebas de que una persona puede sufrir daños muy graves si es devuelta a un tercer país”, explicó a ‘EuroVerify’ Ilias Trispiotis, catedrático de Derechos Humanos de la Universidad de Leeds.
“La segunda razón, y quizá la más importante por la que esa afirmación es falsa, es que el principio jurídico de no devolución no se basa únicamente en la CEDH“, añadió. “Es un principio básico del derecho internacional“. El principio de no devolución prohíbe a los países deportar a personas a un país que pueda amenazar su vida o su libertad por motivos como su raza, religión o nacionalidad.
Es un componente clave no sólo de la CEDH, sino de otros acuerdos internacionales como la Convención de la ONU sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la Convención de la ONU contra la Tortura. “Incluso si el Reino Unido decidiera retirarse de la CEDH, las autoridades estatales seguirían sin poder deportar a los inmigrantes que quisieran a terceros países debido a otras leyes, tratados y obligaciones internacionales al margen de la CEDH”, dijo Trispiotis.
Lo mismo ocurriría aunque el Reino Unido decidiera abandonar la CEDH y adoptar una Carta Británica de Derechos, idea defendida por el anterior Gobierno conservador. “En realidad, no habría habido mucha diferencia en relación con este punto concreto”, afirmó Gavin Phillipson, catedrático de Derecho Público y Derechos Humanos de la Universidad de Bristol. “Y cualquier carta de derechos que tengas sólo se ocupa de tu situación doméstica”.
“Si realmente quisieras tener total libertad internacional, tendrías que retirarte no sólo del CEDH, sino también de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados y de la Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura, cosa que no me parece realista que hagamos”, añadió.
También hay que señalar que el CEDH sólo impone algunas restricciones al trato que los países dan a los refugiados o solicitantes de asilo. Como señaló Phillipson, el Convenio no afecta en absoluto a la forma en que los países gestionan la migración legal, que representa la inmensa mayoría de las cifras de migración. “Todo eso se hace en función de la política gubernamental sobre visados y motivos de trabajo, y no tiene nada que ver con el Convenio Europeo de Derechos Humanos”, explicó.
Un nuevo Brexit
La inmensa mayoría de los países europeos forman parte del Consejo de Europa y, por tanto, son signatarios de la CEDH, lo que significa que no sólo el Reino Unido tiene que hacer frente en ocasiones a sentencias de deportación del TEDH que no le son favorables. Rusia y Bielorrusia son los únicos países que no forman parte del Consejo de Europa; el primero fue expulsado en marzo de 2022 debido a su invasión a gran escala de Ucrania. La Ciudad del Vaticano es Estado observador, mientras que Kosovo está en la fase final de adhesión.
No obstante, la cuestión de la pertenencia a la CEDH parece ser especialmente tóxica en el Reino Unido, probablemente debido a la persistencia del euroescepticismo en la derecha ocho años después del referéndum del Brexit. Esto a pesar de las encuestas que muestran un creciente “arrepentimiento Brexit” entre el electorado británico y el hecho de que el Consejo de Europa y el TEDH por extensión no tienen nada que ver con la UE.
“Este es un ejemplo característico de la propaganda dirigida al Tribunal”, dijo a ‘EuroVerify’ Dimitrios Giannoulopoulos, catedrático de Derecho en Goldsmiths, Universidad de Londres. “La demonización del Tribunal es un reflejo del movimiento euroescéptico. Es un ejemplo flagrante de que estamos reviviendo el psicodrama del Brexit”.
“Hemos abandonado la UE, pero en la mente de muchos de los que participaron en el referéndum, deberíamos haber abandonado el Tribunal Europeo de Derechos Humanos al mismo tiempo, porque el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo fue atacado como apoderado de la UE durante mucho tiempo”, añadió.
La cuestión del TEDH también da que hablar en el Reino Unido debido a los planes fallidos del anterior Gobierno conservador de deportar a solicitantes de asilo a Ruanda para su tramitación, que según alegó se vieron frustrados por el TEDH. El nuevo Gobierno laborista ha desechado el plan de Ruanda, tachándolo de “truco”.
¿Dejar o quedarse?
Los expertos coinciden rotundamente en que las ventajas de permanecer en la CEDH superan con creces las de retirarse. “Sería un golpe devastador para la reputación del Reino Unido dentro y fuera de Europa como país que acepta las obligaciones básicas en materia de derechos humanos”, dijo Phillipson. “También causaría grandes dificultades con la UE en relación con nuestro acuerdo Brexit con ellos, que implícitamente requiere que sigamos acatando la CEDH”.
Añadió que causaría problemas en relación con el Acuerdo de Viernes Santo entre el Reino Unido e Irlanda, que puso fin a la mayor parte de la violencia de los Problemas en Irlanda del Norte y que tiene la CEDH específicamente incrustada en su texto. Algunos recuerdan que el Reino Unido fue miembro fundador del Consejo de Europa y siempre ha estado en el centro del CEDH, en lugar de situarlo como un organismo extranjero que ejerce su voluntad sobre Estados soberanos.
“El Reino Unido ha desempeñado un papel destacado históricamente en la conceptualización y posterior configuración del Convenio Europeo de Derechos Humanos”, dijo Giannoulopoulos. “Todo empezó con Churchill y los demás socios europeos”. “Y entonces el Reino Unido no sólo se convirtió en uno de los países que ayudaron a desarrollar la legislación del Convenio Europeo de Derechos Humanos, sino que ahora es uno de los mejores alumnos, si se quiere, del sistema del Consejo de Europa relacionado con el CEDH”, continuó.
El sistema jurídico del Reino Unido trabaja en armonía con el TEDH, no en su contra: Los tribunales británicos están “en constante diálogo” con Estrasburgo, según Giannoulopoulos, y el Tribunal Supremo en particular es “lo suficientemente prestigioso y robusto” como para alzar la voz y contradecir las sentencias europeas que no tienen sentido a sus ojos. “La narrativa de la derecha está restando atención a garantizar la coexistencia fluida de ambos”, dijo.
En última instancia, el TEDH ha tenido un efecto profundamente positivo en la protección de los derechos humanos en el Reino Unido, según Trispiotis. “Gracias a las sentencias del TEDH, la Policía no puede detener y registrar a las personas sin motivo; el Estado no puede conservar indefinidamente el ADN de personas inocentes; se protegen libertades de prensa fundamentales; las personas pueden servir en el Ejército británico independientemente de su orientación sexual; el castigo corporal en las escuelas es ilegal”. “Y estos son sólo algunos de los muchos ejemplos de que la CEDH refuerza la protección de los derechos humanos en el Reino Unido, especialmente para algunos de los más vulnerables”, continuó Trispiotis. “Abandonar la CEDH sería un error histórico“.
