Mundo, 27 dic 2024 (ATB Digital).- Si se observan los datos demográficos, es posible descifrar una sencilla historia reciente sobre la religión en Estados Unidos, España y otros países occidentales: está en declive.
Según Gallup, el 98% de los estadounidenses creía en Dios en 1952, y sólo el 81% lo hacía en 2022. El 22% de los estadounidenses de un estudio de 2023 del Pew Research Center se identificaron como personas espirituales pero no religiosas; el 28% en 2024 se describieron a sí mismos como ateos, agnósticos o nada en particular. En Norteamérica y Europa, cifras similares reflejan un descenso generalizado de personas afiliadas a una religión organizada (aunque las cifras son bastante diferentes en Oriente Medio, el sur de Asia y América Latina, donde la religión está creciendo).
España, por su parte, atraviesa mínimos históricos, con apenas un 19% de la población declarando ser católico practicante. Según el Observatorio del Pluralismo Religioso en España: “Desde el inicio del siglo XXI hasta 2021, las personas católicas han pasado de representar un 84,7% a un 61,4% de la sociedad española. […] Las personas no creyentes y ateas han pasado del 9% y 4% respectivamente, al 21% y al 13% de la población”.
La hermana Ilia Delio, profesora de teología en Villanova (Estados Unidos), ha observado de cerca los cambios en la fe, las creencias y la percepción. Y aunque ha analizado las tendencias, no cree que la fe en Dios esté desapareciendo. “No ha desaparecido, pero aparece de una forma nueva”, afirma. “Esto cambia realmente nuestra forma de pensar sobre estas cuestiones de Dios o la fe”, añade.
La tecnología (teléfonos inteligentes, redes sociales e incluso inteligencia artificial) está impulsando gran parte de este cambio, alterando la forma en que la gente encuentra enseñanzas religiosas, o personas afines o el modo en que reza. Hay sacerdotes robot que guían a la gente en busca de respuestas a las grandes preguntas, y una iglesia suiza incluso acaba de presentar a un Jesús de inteligencia artificial en uno de sus confesionarios. ¿Podrían estas nuevas formas tecnológicamente asistidas de llegar a las masas conducir a un renacimiento religioso? El futuro de la religión podría ser mucho más extraño de lo que sugieren los datos demográficos.
Fuente: National Geographic