El próximo lunes 28 se cumple un año de la muerte de Matthew Perry, el recordado Chandler Bing de Friends. Su familia le ha recordado estos días en programas de televisión, hablando de sus últimas veces juntos y de lo duro que es vivir con su ausencia. Sin embargo, no han hablado apenas de su herencia y de qué sucederá con sus bienes; hasta ahora solo se sabía que habían creado una fundación para ayudar en la lucha contra las adicciones. Ahora se ha conocido que precisamente estos días, cuando se cumple el primer aniversario, la casa en la que el actor vivió y murió, en cuyo jacuzzi falleció ahogado a causa de los efectos de una alta dosis de ketamina, una droga anestésica, ha sido vendida. El comprador, compradora en este caso, ha desembolsado por ella 8.550.000 dólares.
El actor, de 54 años, vivía casi retirado en esa vivienda, aparentemente sencilla pero lujosa, situada en la zona de Pacific Palisades, un tranquilo y acomodado barrio al oeste de Los Ángeles situado entre montañas y frente al océano Pacífico. Allí residía desde 2020, cuando él mismo compró y después reformó la casa por seis millones de dólares; eso implica que la propiedad se ha revalorizado en casi un 50% en estos cuatro años.
La nueva propietaria es una mujer nacida y residente en Arizona, en la zona de Scottsdale (junto a Phoenix) llamada Anita Verma-Lallian, de 42 años, que se dedica al desarrollo inmobiliario y es también productora de cine a través de una empresa propia fundada por ella y llamada Camelback Productions. Es hija de Kuldip Verma, nacido en Nabha, India, y fundador de Vermaland, una de las empresas privadas que más territorio acumulan en el Estado. Medios como Business Insider estiman su fortuna en unos 70 millones de dólares. Según el diario local Arizona Republic, su hija, Verma-Lallian, ha manejado durante los últimos años terrenos, tanto residenciales como comerciales, por valor de más de 1.000 millones de dólares; entre otras operaciones, en agosto vendió un terreno de 8,5 kilómetros cuadrados por 160 millones de dólares, que había comprado dos años antes por 40 millones. La compraventa ha tenido lugar en una operación fuera del mercado, según ha informado en exclusiva el diario The New York Times, y gestionada por la inmobiliaria Christie’s. Según este diario, la empresaria la ha comprado como inversión; es decir, no pretende residir en ella. Tampoco ha querido hacer comentarios al respecto.
Esta no era la única propiedad de Perry, que también tenía una casa al oeste de la ciudad en Hollywood Hills, las célebres colinas de Hollywood, sobre la famosa avenida Sunset. La había comprado en mayo de 2023, apenas cuatro meses antes de morir, por unos cinco millones de dólares. En este caso era una casa de 1957 de una sola planta y unos 260 metros cuadrados con chimenea, tres dormitorios, tres baños, una salita de cine y un patio central de 900 metros cuadrados que cuenta con una piscina. Tras la muerte del actor, salió a la venta en mayo de 2024 por 5.195.000 dólares. Por el momento, sigue en el mercado.
La casa de Pacific Palisades era un caramelo en el mercado inmobiliario angelino. Construida a mediados de los años sesenta en el estilo típico midcentury de las viviendas de la ciudad, tiene unos 325 metros cuadrados distribuidos en una sola planta con cuatro habitaciones, cuatro cuartos de baño y un aseo. Perry la reformó, añadiéndole una piscina, en la que había una señal roja de Batman, ya que era un apasionado del personaje de DC Comics.
Perry amaba su hogar, en el que pasaba mucho tiempo y que había personalizado a su gusto. En sus redes colgaba habitualmente fotografías de su casa, tanto del interior como del exterior. De hecho, la última imagen que subió a Instagram fue de él mismo escuchando música en el jacuzzi, viendo el Pacífico. En ella mostraba esa pasión por Batman, haciéndose llamar Mattman.
En ese jacuzzi falleció el intérprete en la noche del 28 de octubre de 2024. Le encontró su asistente y, en un principio, su muerte pareció un ahogamiento. Pero los forenses vieron que la ketamina había estado muy presente; él la usaba de manera terapeútica y había pasado por una sesión 10 días atrás, pero la cantidad presente en su cuerpo era mucho más alta. Aun así, calificaron la muerte de accidental. Sin embargo, el pasado mes de agosto y tras una larga investigación, se desarticuló una trama de distribución de ketamina en Los Ángeles. Fueron detenidas cinco personas, todas ellas relacionadas con Perry: el asistente que le encontró en la piscina, Kenneth Iwamasa; dos médicos llamados Mark Chávez y Salvador Plasencia; una traficante, Jasveen Sangha, conocida como la reina de la ketamina; y Erik Fleming, un quinto hombre que hacía de correo entre ambos. Están a la espera de juicio, pero tanto uno de los médicos, Plasencia, como Sangha enfrentan penas que podrían tenerles en la cárcel durante el resto de sus vidas. La vista tendrá lugar el próximo marzo.