Tras la pandemia de Covid-19, los hondureños abandonaron las computadoras de escritorio y adoptaron masivamente los teléfonos inteligentes como su principal ventana al mundo digital. Sin embargo, este cambio tecnológico ha desatado una nueva crisis: la creciente adicción a los smartphones, que no solo conecta a los usuarios a internet, sino que también abre la puerta a una ola silenciosa de problemas de salud mental.
Las estadísticas de Statcounter, empresa global de análisis web, revelan una transformación radical en los hábitos de conectividad en Honduras. En 2020, el 61.1% de las conexiones a internet las realizaban a través de computadoras de escritorio, mientras que solo el 37.31% desde teléfonos inteligentes y un modesto 1.59% a través de tabletas.
Para septiembre de 2024, el panorama ha cambiado drásticamente: los hondureños ahora priorizan los celulares, con un 59.58% de las conexiones, relegaron a las computadoras al 38.37% y mantien a las tabletas en un distante 2.05%. Esto, igualmente, ha implicado un cambio en el uso de sistemas operativos, liderado por Android (48.42%), Windosws (29.73), iOS (12.92) OS X (3.01) y otros.
El patrón de comportamiento de los hondureños es similar al mostrado por todo el mundo. A nivel global, los usuarios se conectan por medio teléfonos inteligentes principalmente (60.33%), después lo hacen por computadoras (37.56%) y en menor grado con dispositivos electrónicos portátiles con una pantalla táctil (2.11%).
En menos de cuatro años, los smartphones han cambiado silenciosamente la forma en cómo los hondureños se comunican, trabajan y se entretienen. Hoy hacen uso de redes sociales, aplicaciones de mensajería y plataformas de streaming. En 2014, el 65.7% de los hogares tenía un radio, hoy menos de 40%; el 77.4% poseía televisor, hoy alrededor de 75%; 20.6% contaba con computadora, ahora 15%, según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Este cambio de paradigma, que ha tenido un impacto positivo en la ciencia, educación, conocimiento y relaciones sociales, ha provocado una ola de problemas en la salud emocional de todas las personas, incluidos niños, por estar expuestos a los teléfonos inteligentes por largos períodos.
Pedronel González, doctor en psicología clínica y salud mental, plantea que en la medida que los celulares se propagan, más personas muestran problemas de adicción no sólo en Honduras sino en todos los países, “lo demuestran muchos estudios realizados por universidades y diferentes organizaciones”.
González afirma que existen estudios que explican que “se suele agrupar la adicción al celular al grupo de las adicciones comportamentales junto con la ludopatía, compras compulsivas o adicción a los video juegos” e indicó que el manual de trastornos mentales “considera una conducta como adictiva cuando se dan síntomas de abstinencia y tolerancia, falta de control, interferencia en el desarrollo de otras actividades y problemas derivados del uso”.
“Estamos viendo a más personas con esa adicción que es toda esa conducta repetitiva que se hace para calmar la ansiedad que se genera al no tener acceso a ella. La ansiedad que genera, que produce malestar, hace que la persona recurra a esa conducta. Entonces se genera un círculo vicioso”, dice.
Psicólogos consultados por Diario LA PRENSA coinciden en que el celular está causando más ansiedad y estrés (por estar pendientes de notificaciones y expuestos a contenidos negativos), depresión (a causa de consumo de redes sociales y hacer comparaciones de estilos de vida), nomofobia (miedo a no tener un celular en las manos) y mala higiene del sueño (la exposición a la luz azul de las pantallas altera el ritmo circadiano y provoca insomnio).
Hay un uso desmedido y descontrolado de aparatos
Aminta Paz, psicóloga del Instituto de Seguridad Social (IHSS) en San Pedro Sula y fundadora del consultorio privado Psicología CREE, dice que “uno de los mayores problemas hoy en día y más comunes a tratar en terapias son adicción al uso desmedido y descontrolado que podemos llegar a tener con el celular, esto debido a la carga de dopamina (neurotransmisor, que genera felicidad, placer y bienestar)”.
“Esta carga que recibimos al usar el celular se debe a la influencia que ejercen hoy en día las redes sociales con el contenido que se consume, lo que llamamos una vida lejos de la real, que cada ser humano podría vivir en su mundo real. Las redes sociales inyectan o trasmiten vidas completamente felices y llenas de extravagancias, esto en términos de adultos”, dce.
Paz alerta también sobre la situación que cruzan “los niños y jóvenes que son presos de esta adicción a las pantallas, vienen a ser presa de la influencia de redes sociales, videos juegos o ciber comunicación debido que este grupo de la sociedad tiende a pertenecer a grupos sociales cibernéticos donde sus contactos y fuentes de comunicación se vuelven detrás de una pantalla y no en los más cercanos de sus entornos, sean sociales o familiares”.
Psicólogos consultados por Diario LA PRENSA le recomiendan a los padres de familia tomar medidas para limitar el uso de celulares entre niños y adolescentes como lo están haciendo en Europa y Estados Unidos, donde autoridades de algunos estados han prohibido el uso de dispositivos electrónicos a los escolares.
La Asociación Americana de Psiquiatría (American Psychiatric Association, APA) de Estados Unidos advierte que los niños y adolescentes pueden ser particularmente vulnerables a la adicción tecnológica porque sus cerebros aún se están desarrollando. Para algunos de ellos, las redes sociales y los videojuegos desempeñan un papel significativo en las relaciones y experiencias que impactan su crecimiento, desarrollo y salud mental.
De acuerdo con APA, basada en investigaciones de Morning Consult, en Estados Unidos el 82% ha tomado medidas para gestionar el uso de tecnología en sus hijos. De esa población, el 42% ha limitado el tiempo frente a la pantalla, 39% ha retirado el teléfono, tableta, computadora u otro dispositivo móvil y el 38% ha utilizado sistemas de control parental o funciones de seguridad.
Datos de GSMA Intelligence muestran que en Honduras había 8.41 millones de conexiones móviles celulares a inicios de 2024. Entre enero de 2023 y principios del presente año hubo un aumento de 499,000 (6,3%), de acuerdo con DataReportal.
