El fútbol (como casi todos los deportes) están rodeados de una especie de mística especial. Esa percepción recurrente de que además de la técnica, la táctica y el físico, también juegan factores exógenos. Una suerte de magia que atribuye a los protagonistas capacidad especiales. Para la victoria. Para la derrota.
El caso es que la cábala, como los futbolistas, también juegan. Que se lo pregunte a un Diego Pablo Simeone que, como entrenador del Atlético de Madrid, es amante de todos estos pequeños detalles. Tanto, que incluso condicionó la final de la Champions en 2016 a no repetir ninguna de las rutinas que había tenido el equipo en la final de Champions de 2014, la que perdieron de forma dolorosa contra el Real Madrid gracias al gol del empate de Sergio Ramos en el 93’.
El caso es que precisamente las finales de las Champions se están viendo sometidas a una maldición que, a los incrédulos de este tipo de guiños, les hará dudar de si las casualidades son solo eso o en realidad fruto de algún tipo de fuerza oculta. Sucede que en los últimos años, cada jugador que ha sido nombrado MVP de la final ha sufrido, la temporada siguiente o incluso sin opción a terminar el año, serias lesiones que han lastrado su rendimiento futuro.
De seguirse esta macabra tradición, en esta temporada los jugadores del Liverpool (y especialmente sus estrellas, potenciales candidatos a MVP) deberían estar asustados. Según las apuestas de Betfair, los ‘reds’ son los máximos favoritos a ganar el título con una probabilidad del 20%, por delante del FC Barcelona y el Arsenal, que comparten en la segunda posición las mismas opciones según estos pronósticos.
Van Dijk inició todo
Precisamente el Liverpool descorchó esta maldición hace cinco años, cuando en 2019 se midió al Tottenham en la disputa por la orejona que se jugó en el Metropolitano, en Madrid. Sucede que de aquel partido, Virgil van Dijk fue nombrado el MVP. El central neerlandés cuajó un gran partido… y un gran torneo. Era incluso uno de los favoritos al Balón de Oro. Pero cuando las páginas del calendario pasaro al curso siguiente, sufrió una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla y quedó fuera de combate desde octubre de 2020 hasta julio de 2021.
En 2020 la final de la Pandemia la disputaron en un desierto estadio de Da Luz (Lisboa) el PSG y el Bayern de Múnich. Los bávaros se llevaron aquella Champions con gol de Coman, que fue nombrado MVP. Pues la maldición también le persiguió y en 2021 sufrió una tortura de lesiones en forma de dolencias de todo tipo: en el tendón de la corva, en la pantorrilla, en el muslo el COVID y en el Tobillo. Entre todas esas ausencias acumuló 103 días de ausencias. Casi tres meses.
En 2021 el Chelsea fue el campeón de una final en la que N’Golo Kanté ejerció un papel fundamental, motor de un centro del campo rotundo que le permitió llevarse también la final y el segundo título de. Champions para los ‘blues’. Pues bien, como le pasó a su compatriota Coman, el curso siguiente fue una pesadilla de lesiones con hasta siete lesiones diferentes que lo tuvieron un total de 80 días fuera. Pero es que solo un año después, en el verano de 2022 se lesionó en el tendón de la Corba y acumuló medio año fuera: 214 días en total.
Turno para los clubes y jugadores españoles
En 2022 el MVP de la final entre el Real Madrid y el Liverpool fue un Thiebaut Courtois que paró todo lo parable y más a los reds. Y aunque el gol del triunfo lo hizo Vinicius, fue él, Courtois, el escogido como mejor del partido. En el verano de 2023, la maldición lo persiguió y lo castigó: se lesionó el cruzado anterior de la rodilla en una dolencia que lo dejó fuera de los terrenos de juego durante casi un año, justo a tiempo de jugar la última final de la Champions, que de nuevo ganó el Real Madrid con Dani Carvajal como MVP. Pues bien, él también se topó con esta maldición y entrado el otoño, cayó en otra rotura del ligamento cruzado anterior que lo dejará fuera hasta el curso que viene.
Cabe recordar que entre ambas Champions el Manchester City de Guardiola alzó su primer título continental con Rodri como MVP, por su partidazo y por el gol del triunfo. El mediocentro español, como Carvajal, cayó también de la misma dolencia casi a la para que su compañero de selección con (de nuevo) una rotura de cruzado anterior que lo dejará también fuera de la temporada y que confirma una maldición que, por ahora, sigue siendo implacable.
