Ya pasaron más de 24 horas desde que se conoció sobre la masacre contra toda una familia reconocida de Aguachica, Cesar, quienes murieron por varios disparos mientras almorzaban en ‘La Morienda’, un restaurante ubicado en la calle 5 con carrera 30, del centro de la ciudad.
En Aguachica, esta familia era reconocida por predicar en la iglesia Principe Paz Villaparaguay, pues Marlon Lora (padre) era pastor; Yorley Rincón (mamá) y su hija Ángela Lora Rincón también predicaban allí.
Su otro hijo, Santiago Lora, quien lucha por su vida en un centro médico, también estaba en el lugar y actualmente los médicos indican que tiene diagnóstico reservado.
Aunque no se tienen claras las causas e hipótesis de este lamentable hecho que enluta al municipio, la Policía indicó que las víctimas no habrían sufrido de amenazas y, se investiga si el ataque iba para una mujer que compartía con ellos en la mesa y por ende fue un error.
Sin embargo, apareció una tercera versión de que Ángela Lora Rincón, quien se desempeñaba como comunicadora social y periodista, hace dos meses habría recibido varias amenazas e intimidaciones a través de llamadas telefónicas.
Incluso, llamó a un familiar a contarle y en su momento estaba muy alterada y nerviosa por la situación.
Nilson Hernández, personero de Aguachica y primo de la familia asesinada, reveló en EL TIEMPO que, en un principio se investigó y se supo que ese número de dónde salió la llamada era de una cárcel de Colombia y se podría tratar de una extorsión.
“Nunca me manifiesta qué le decían, solo me contaba que la habían amenazado, yo le pedí el número y cuando verifiqué, era un número de esos de donde hacen extorsiones desde la cárcel, porque a mí también me amenazaron de ese número, y yo le dije: tranquilízate porque es desde una cárcel, todo quedó ahí”, explicó a este medio el personero.
No obstante, las intimidaciones no pararon, y luego de esas llamadas, al mes volvieron a comunicarse con Ángela, pero desde un número privado y oculto, según dijo Hernández.
“No tuve más conocimiento, pero se pudo verificar que eso venía desde un centro penitenciario del país. Esas amenazas fueron en el transcurso de hace dos meses cuando recibí las dos llamadas de ella informándome y como yo he recibido amenazas, cinco en mi contra, le di un parte de tranquilidad”, reveló.
Ángela se desempeñaba como comunicadora social periodista en la empresa de servicios públicos de Aguachica y su hermano Santiago, quien todavía lucha por su vida en un centro médico, trabaja en una tienda digital en Aguachica y ofrece servicios de producción de televisión.
La comunidad continua consternada por esta muerte violenta. Las autoridades están ofreciendo hasta 50 millones como recompensa a quien brinde información de los homicidas.
Además, se conoció que verificando las cámaras de seguridad se logró hacer un retrato hablado de los responsables.
Finalmente, la Unidad Investigativa de EL TIEMPO, informó que uno de los sicarios, al parecer, se habría filtrado en la iglesia para conocer los movimientos de la familia Lora Rincón.
Melissa Múnera Zambrano
Redacción – Nación.