En 2017 un inesperado visitante de forma extrañamente oblonga pasó velozmente por el sistema solar. El objeto interestelar al que luego llamaron ‘Oumuamua, se clasificó inicialmente como asteroide hasta que las mediciones revelaron que aceleraba alejándose del sol como un cometa. Esta conducta híbrida hizo que los científicos lo identificaran como un cometa oscuro: un objeto que parece un asteroide, pero que actúa como un cometa. Ahora, las nuevas investigaciones han duplicado la cantidad de cometas oscuros conocidos y los agrupó en dos clases diferentes.
Un trabajo publicado esta semana en Proceedings of the National Academy of Sciences detalla el descubrimiento de siete cometas oscuros, lo que lleva la cantidad total de cometas oscuros conocidos a 14. Ese estudio también revela que estos objetos misteriosos forman dos grupos distintos según su órbita y tamaño. Con este último descubrimiento los científicos aprenden más sobre los cometas oscuros y su potencial papel en haber contribuido a la vida en la Tierra.
El primer cometa oscuro se detectó en 2016 cuando los científicos notaron que la trayectoria del asteroide cercano a la Tierra 2003 RM era un tanto diferente a la de los asteroides o rocas espaciales. “Cuando observas una perturbación así en un objeto celeste, usualmente significa que es un cometa con material volátil que sale de su superficie dándole algo de impulso”, declaró Davide Farnocchia, investigación en el Laboratorio de Propulsión de la NASA y coautor del nuevo estudio. “Pero aunque lo buscamos, no encontramos señales de que hubiera una cola de cometa. Se veía como cualquier otro asteroide, un puntito de luz y nada más. Así que por un tiempo tuvimos este objeto celeste extraño al que no entendíamos del todo”.
Un cometa diferente
Al año siguiente entró en escena ‘Oumuamua, y los científicos de inmediato relacionaron los dos objetos. “El hecho de que el primer objeto que habíamos descubierto en el espacio interestelar evidenciara conductas similares a las de 2003RM hacía que 2003RM fuese todavía más intrigante”, añadió Farnocochia.
Para 2023 se habían identificado seis objetos celestes más con cualidades de asteroide y cometa a la vez, y los investigadores les dieron el nombre oficial de cometas oscuros. Con el descubrimiento de seis cometas oscuros más los investigadores del estudio sintieron que había llegado el momento de empezar a sondear las diferentes características de estos objetos. “Ya teníamos una cantidad suficiente de cometas oscuros y podíamos empezar a preguntar si había algo que los diferenciara”, dijo Darryl Seligman, becario de postdoctorado del departamento de Física en la Universidad Estatal de Michigan y autor principal del nuevo trabajo.
Al analizar su reflectividad y sus órbitas se identificaron dos poblaciones definidas de cometas oscuros dentro del sistema solar. Los cometas oscuros externos que se parecen a los cometas de la familia de Júpiter, tienen órbitas excéntricas o elípticas y son más grandes. El segundo grupo es el de los cometas oscuros internos que viajan dentro del sistema solar en órbitas casi circulares, y son de menor tamaño.
Los investigadores apenas si están empezando a rascar la superficie de estos extraños objetos. Un estudio reciente sugirió que casi el 60% de todos los objetos cercanos a la Tierra so cometas oscuros que pueden haber formado parte de cuerpos mucho más grandes en el principal cinturón de asteroides, región del sistema solar que está entre Marte y Júpiter, antes de que salieran despedidos y se rompieran en fragmentos más pequeños que ahora se trasladan en proximidad a la Tierra.
Los cometas oscuros tal vez tuvieran un papel crucial en el origen de la vida en la Tierra. Son una nueva potencial fuente de haber llevado a la Tierra los materiales necesarios para el desarrollo de la vida”, dijo Seligman. “Cuanto más podamos aprender sobre ellos mejor podremos entender su papel en el origen de nuestro planeta”.
Este artículo ha sido traducido de Gizmodo US por Lucas Handley. Aquí podrás encontrar la versión original.