Orden o caos, libertad o tirana. “El de estas elecciones es el voto ms importante seguramente que nunca hayis depositado. Esta eleccin va ms all de escoger entre dos partidos y dos candidatos. Es una eleccin sobre si queremos un pas con libertad para todos o uno gobernado por el caos y la divisin”. Ese es el mensaje que ha lanzado este martes Kamala Harris desde el corazn de Washington, en su mitin ms multitudinario y con mayor cobertura meditica, con la Casa Blanca detrs y el gran obelisco delante. “No somos un simple vehculo para los planes de un aspirante a dictador. EEUU es la idea ms grande jams concebida por la humanidad”, ha dicho como rplica al nuevo mantra del lder republicano, que cree que la nacin se ha convertido en “un enorme cubo de basura”.
Hay pocos lugares en el mundo tan cargados de smbolos y simbolismo como el Mall de Washington DC, la zona que va del monumento a Lincoln al Capitolio y de la Casa Blanca al mausoleo de Jefferson. Es lo primero que le viene a la cabeza a millones de americanos cuando piensan en el Gobierno federal, en los Padres Fundadores y en la nocin de patria y libertad. All es donde se honra a las instituciones, donde juran su cargo los presidentes, donde se manifiestan los descontentos, donde se protestan las guerras e injusticias. Pero tambin donde, en tiempos en los que la paz no est garantizada, se movilizan recursos y mandan los mensajes ms importantes.
Cuando Charles L’Enfant present su Plan para la capital estadounidense al presidente George Washington incluy todo tipo de figuras geomtricas. Las ms conocidas hoy son el Tringulo Federal, el Pentgono, el Museo Octagon House, the Washington Circle y, por supuesto, destacada, la Elipse, si bien su forma actual, al sur de la Casa Blanca, fue perfilada a finales del siglo XIX. All se establecieron soldados y ganado durante la Guerra Civil (1861-1865), se montaron depsitos y barracones en la Primera Guerra Mundial y oficinas de emergencia y bateras antiareas en la Segunda. Y all es donde el 6 de enero de 2021 Donald Trump, en uno de los das ms negros de la historia del pas, anim a sus partidarios a marchar sobre el Capitolio para no aceptar el resultado de las urnas: “Luchamos con todas nuestras fuerzas. Y si no luchamos con todas nuestras fuerzas, ya no tendremos pas”, afirm entonces instndolos a no asumir la derrota.
Cuando a las 13.10 de ese da Trump termin su discurso, el asalto ya haba empezado. Se lo comunicaron enseguida, pero no fue hasta las 16.17 cuando mand un mensaje a sus partidarios usando su cuenta de Twitter para pedirles que se retiraran. Esos 187 minutos de infamia son a los que este martes, la vicepresidenta del pas y candidata del Partido Demcrata a las elecciones, Kamala Harris, ha aludido una y otra vez en su esperado ‘discurso de clausura‘ ante ms de 75.000 personas, segn la organizacin. “Hace casi 250 aos, Estados Unidos naci cuando arrebatamos nuestra libertad a un mezquino tirano. A lo largo de las generaciones, los estadounidenses han preservado la libertad, la han ampliado y, al hacerlo, han demostrado al mundo que un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo es fuerte y puede perdurar. Quienes nos precedieron, los patriotas de Normanda y Selma, de Seneca Falls y Stonewall, en las granjas y en las fbricas, no lucharon, no se sacrificaron y no dieron la vida slo para vernos ceder nuestras libertades fundamentales, slo para vernos someternos a la voluntad de otro tirano de pacotilla“, dijo Harris logrando las mayores ovaciones.
‘Closing arguments’ lo llaman en la poltica estadounidense, usando la terminologa de los tribunales, algo familiar para la ex fiscal de California. Un alegato que en realidad no es el ltimo, pues la campaa contina hasta el prximo lunes, pero es el ms simblico. Histricamente ha sido cuando el aspirante resuma su estrategia, sus prioridades; recapitulaba sus virtudes y promesas. Pero tambin la ocasin de dejar visto para sentencia a su rival.
Harris empez esta carrera extraa, atpica, en julio con un mensaje centrado en el optimismo, la esperanza, la recuperacin, la unidad. Pero ahora que quedan menos de siete das para las elecciones, ha recuperado la esencia que usaron con muy diferente xito Hillary Clinton o Joe Biden antes: Trump es “un fascista”, un “peligro”, la “mayor amenaza para la historia de la democracia”. Y eso, en este pas, y en ese lugar casi sagrado, son palabras mayores.
Tcticamente no tiene sentido a priori para una aspirante demcrata hacer campaa en la capital, un ‘feudo azul’, y menos cuando queda tan poco tiempo y hay tantos estados bisagra en juego. Siete nada menos: Arizona, Nevada, Wisconsin, Michigan, Carolina del Norte, Georgia y especialmente Pensilvania. Pero si algo distingue a Harris de Biden, al menos en trminos electorales, es que ha demostrado que para ellos los smbolos y sus dos termas principales de discurso, el aborto y el ataque a las instituciones en 2020 (los nicos realmente slidos, en los que no zozobra, cambia de idea ni necesita prompter para pronunciarse) son realmente prioritarios.
Es por eso que fue a Houston, en el corazn de Texas, el pasado lunes para hablar de derechos reproductivos junto a Beyonc, a pesar de que no tienen opciones de ganar ese estado. Por eso fue antes a Florida en el 50 aniversario de Roe vs Wade, la sentencia que desde 1973 hasta 2022 sent la base legal para poder abortar en EEUU, hasta que el Tribunal Supremo controlado por la mayora conservadora la revoc. O a Tennessee a hablar de control de armas. La victoria esos das no estaba en las urnas, como no lo est este martes en Washington, territorio completamente demcrata pase lo que pase. Sino que est en la cobertura meditica, en la atencin del pas, en no dejar que la cuestin quede en segundo plano. Por eso Harris escogi el Mall, escogi la Elipse. Y por eso, tambin, decenas de miles de personas decidieron acompaarla en una tarde de noviembre.
Jennifer O’Malley Dillon, su jefa de campaa, explic horas antes de que la vicepresidenta subiera al escenario, con la Casa Blanca de fondo, pero sin rastro de Joe Biden, apartado sin piedad de los mtines, que el mensaje tena como destinatarios a los millones de indecisos, en cuyas manos est todo. El objetivo era ofrecerles “una nueva generacin de liderazgo”, completamente ajena a Trump, pero tambin alejada de Biden, polticos ambos en torno a los 80 aos de edad.
Su intervencin sigui en lneas generales el guion clsico, lo que se ha visto de costa a costa. Un toque de su biografa, hija de emigrantes y clase media. Un toque de lo que la inspir. Promesas de una agenda econmica de oportunidades y futuro, con un coste de la vida asumible. Y el compromiso, calcado al de cualquier candidato, siempre, de unir al pas y superar el partidismo. Pero el corazn fue la oposicin frontal al proyecto republicano. Mientras ella insista en que EEUU es el mejor pas del mundo, y peda la confianza de los indecisos para “empezar a escribir el siguiente captulo de la historia ms extraordinaria jams contada”, su rival, en un mitin en Pensilvania, insista en la visin distpica y apocalptica de un EEUU convertido en “cubo de basura”, inseguro y peligroso, dominado por bandas criminales.
Harris apunta a casi todos los colectivos posibles, de afroamericanos a latinos, pero sobre todo a las mujeres blancas con estudios superiores y a los hombres blancos en general, el colectivo clave en la mayora de los estados en liza. Los grandes ausentes son los rabes y musulmanes, importantes en Michigan por ejemplo, a los que sistemticamente ignoran porque el apoyo a Israel es innegociable y sin ningn posible matiz. El mejor ejemplo lo representaron las protestas en varias zonas de la Elipse, incluso algunos a pocos metro de Harris, que fueron expulsados por la seguridad en cuanto abrieron la boca pidiendo un embargo de ambas o el fin de la ayuda militar a Tel Aviv.