Un nuevo Barcelona, con cinco cambios del equipo que había certificado frente al Getafe la séptima victoria consecutiva en la Liga, se plantó en Pamplona. “Es normal que haya rotaciones, hay muchos partidos”, justificó Pedri, capitán del Barça en El Sadar. Esta vez, la fórmula de Hansi Flick no funcionó. “No es excusa. Teníamos que salir los 11 mentalizados. El resultado al descanso nos penalizó”, continuó el canario. El Barcelona saltó al campo con tres jugadores que la temporada pasada jugaban en Primera RFEF: Pau Víctor, Sergi Domínguez y Gerard Martín. Además, la media de edad del equipo era de 23,18 años. Un promedio de edad que elevaba Lewandowski (36). Sin el polaco, bajaba a 21,9. “Hemos hecho muchos cambios en el equipo y quizás esa es la razón que explique la derrota. Pero los muchos cambios no son excusa, no teníamos otra opción”, se sumó Hansi Flick.
Flick nunca se ha quejado de su grupo, al contrario. “Estoy muy contento con la plantilla que tengo”, aseguraba el técnico alemán, en el cierre del último mercado de fichajes. Confiaba en los jugadores experimentados, en los canteranos –”El nivel de los jóvenes es muy alto”, exponía el preparador-; pero, sobre todo, buscaba convertirse en un entrenador del club. Sin declaraciones que se entendieran en la directiva como una señal de protesta, mucho menos como una excusa. Ni siquiera se quejó cuando en la enfermería del Barcelona se acumularon siete futbolistas (Ter Stegen, Araujo, Olmo, De Jong, Gavi, Christensen y Fermín), el 32% de la plantilla. Y si se tiene en cuenta a Marc Bernal, con ficha de filial, los lesionados son ocho. “No hay excusas con las bajas, las podemos gestionar”, decía Flick. Lo respaldaban los resultados, también el juego. El Barcelona no paraba de ganar en la Liga, al mismo tiempo que crecía el fútbol azulgrana. Hasta que el Barça llegó a Pamplona.
“Tienes que aceptar estas derrotas. No hemos jugado muy bien. Es mi responsabilidad, proteger a los jugadores, porque llevan muchos minutos. Pero no esperaba que jugásemos así. Le he dicho al equipo que hay que seguir adelante. Jugamos el martes, el domingo… y estamos en el camino correcto”, expuso Hansi Flick. En la misma línea, Pedri añadió: “La primera parte no estuvimos bien. No salimos bien al partido. El segundo gol nos penaliza. En la segunda mitad, merecimos un poco más, pero llegaron goles cuando mejor estábamos”.
De entrada, en el despertar de la Liga, Flick quería consolidar su idea de juego. Y lo hacía a partir de un once inicial sin demasiados cambios. Pero mientras el Barcelona sumaba victorias, el técnico acumulaba confianza para apostar por los jóvenes. Era el tiempo de rotaciones en masa, exitosas frente al Villarreal y ante el Getafe. Pamplona, sin embargo, se le atascó. “Por lo que escuchado es una atmósfera increíble, un estadio bonito. Pero para un jugador esto es bueno, porque puedes dar el 100% y demostrar a todo el mundo tu calidad”, sostenía Flick, en la previa. Al Barça lo aturdió el ruido de El Sadar y el fútbol del equipo de Vicente Moreno. Las rotaciones de Flick se quedaron sin respuesta en Pamplona. “Después del parón de selecciones volverán jugadores, tendremos más para elegir. Los cambios eran necesarios, hay muchos partidos y muchos minutos acumulados”, insistió el técnico alemán.
