Inquietante nombre: dermocosmética. Pero cada vez más escuchado. ¿Con trasfondo científico real o puro marketing? En este nuevo artículo profundizamos en un nuevo concepto que, claramente, está marcando una tendencia de futuro entre especialistas y amantes del cuidado de la pie, Alba Belastegui Julián, enfermera dermoestética especializada en dermocosmética y actual docente en el Máster de Enfermería Estética, Micropigmentación y Tricología en Madrid, nos ayuda a entenderlo,
“Se trata de una rama de la cosmética que se centra en la relación entre la piel y el sistema nervioso. Sabemos que la piel está repleta de terminaciones nerviosas que se conectan directamente con el cerebro, lo que significa que nuestras emociones, el estrés o incluso el placer tienen un impacto directo sobre su apariencia y salud. La neurocosmética trabaja a través de ingredientes capaces de modular las señales neurosensoriales, generando beneficios visibles y, lo que es más importante, sensaciones de bienestar que van más allá de la simple estética”, explica la reconocida dermatóloga con clínica en Ibiza.
800.000 receptores sensoriales conectan piel con cerebro
Aquí va el dato. Según indican en ‘Perfumería Moderna’, piel y cerebro se intercomunican a través de hasta 800.000 receptores sensoriales que estimulan en gran medida procesos como, por ejemplo, la función inmune, la regeneración de las células o la pigmentación. Pero, sin embargo, cuando estos sufren las consecuencias indirectas de la edad, las emociones y, por supuesto, el medio ambiente, la piel comienza a estropearse y perder elasticidad.
Uno ejemplo práctico: la neurocosmética tiene una gran capacidad para influir en el
hipotálamo, una región clave del cerebro que regula nuestras respuestas al estrés y nuestras sensaciones de placer o bienestar. Al incorporar ingredientes que actúan sobre estas vías neuronales no solo mejora el estado de la piel, sino que también promueve una experiencia emocional positiva. “En mi último proyecto personal, Salada, estoy desarrollando una crema solar que fusiona lo mejor de la ciencia dermatológica y la neurocosmética. La protección solar es un paso esencial en cualquier rutina de cuidado de la piel, pero en Salada hemos querido ir un paso más allá. Nuestra
crema no solo se encargará de proteger la piel de los rayos UVA y UVB, sino que también está formulada para incidir en el bienestar emocional”, explica la catalana.
Estos son algunos de sus principios activos
Entre los activos de productos de neurocosmética como el mencionado destacan los péptidos de infinidad de orígenes y extractos de plantas. Pero, principalmente, el mentol o la capsaicina son dos de los ingredientes más elementales para una nueva área de la cosmética de la que muchos ya se están beneficiando de sus óptimos resultados piel-mente.
Si es la primera vez que escuchas hablar de esta joven disciplina científica, te sorprenderá entonces que algo tan aparentemente superficial como es la cosmética pueda beneficiarte con “tratamientos que no solo tratan problemas como las arrugas o la deshidratación, sino que también actúan sobre los desencadenantes emocionales y mentales que empeoran estas condiciones”. Y es que al incorporar estos principios en productos tan básicos como una crema solar, según Belastegui “estamos dando un paso adelante hacia un enfoque más integral del cuidado de la piel, donde el bienestar mental y físico se tratan de manera conjunta, porque al final, el cuidado de la piel debe ser algo que nos haga sentir bien, no solo vernos bien”.
La lucha contra el estrés también se ‘pelea’ con cremas de cara
“El estrés es un factor clave en el envejecimiento prematuro y en las reacciones cutáneas como la inflamación o las rojeces”. Y es que, efectivamente, la neurocosmética se convierte también en una aliada perfecta para luchar contra estados mentales como este, tan habituales en la sociedad actual. A través del cuidado de la piel con productos elaborados con precisión para tratar el bienestar mental y físico de forma conjunta, conseguirás un buen aspecto facial pero también mejorar tu estado de ánimo.
Qué gran frase hecha esta con la que terminar. Porque desde luego esconde mucho más de ciencia de lo que en antaño creían. “Poseemos los nervios a flor de piel. La piel y el cerebro son hermanos embriológicos nostálgicos por su origen común: el ectoblasto. La piel es la prolongación periférica del sistema nervioso”, explica una de las creadoras de neurocosmétia, Laurent Misery.