Donald Trump ha ganado a Kamala Harris la presidencia de Estados Unidos en las elecciones del martes 5 de noviembre. Y lo ha hecho con el mismo nmero de votos con el que perdi frente a Joe Biden hace cuatro aos, segn recalca Luisa Garca, directora global de Operaciones (COO) en LLYC. Esto nos lleva a preguntarnos si ha tenido algo que ver en la derrota de la candidata demcrata el hecho de ser mujer.
Garca, que recuerda tambin que Harris “ha perdido casi 10 millones de votos que obtuvo Biden”, considera que “va a ser difcil aislar ese fenmeno”. Pero s que se detiene en la confirmacin de “algo que sabamos de otras contiendas electorales: las mujeres no votan a las mujeres porque s”.
De hecho, el 54% de las estadounidenses ha apoyado a la actual vicepresidenta. “Quien piensa que es mejor candidato Trump o que es mejor quedarse en casa no le da el voto a Harris slo por ser mujer”, insiste.
Un factor decisivo?
En el mismo sentido se pronuncia la experta en cuestiones de gnero Gloria Lomana, fundadora y directora de 50&50 Gender Leadership, quien opina que en estas elecciones “el hecho de que Kamala Harris sea mujer no ha influido de manera decisiva. Ha sido un voto muy antisistema, de castigo, populista”.
Lomana piensa, adems, que la vicepresidenta ha cometido un error durante la campaa electoral: “Ha buscado mucho el voto de la mujer y ese ha sido un error en el sentido de que no se ha abierto todo lo posible. Le ha faltado ese gancho que Trump, como provocador que es, tiene”.
Poltica y sexismo en EEUU
Resultado aparte, est preparado Estados Unidos para ser gobernado por una mujer? Es la pregunta machacona que se oye desde hace dcadas y que, desde el verano pasado, cuando Joe Biden cedi el testigo a Kamala Harris, se afin un poco ms: est preparado para una presidenta negra? Est dispuesto a ver a un hombre, en este caso Doug Emhoff, desempeando las funciones tradicionales de anfitrin como primer caballero?
Adam Eichen, Jesse Rhodes y Tatishe Nteta, politlogos de la Universidad de Massachusetts Amherst que realizaron una encuesta sobre el punto de vista de los estadounidenses con respecto al gnero y hasta qu punto el sexismo sigue calando entre los ciudadanos, descubrieron que s, que “el sexismo sigue siendo una fuerza poderosa en la poltica de ese pas y que las las cicatrices de la campaa de 2016, en la que este factor desempe un papel clave en la derrota de Hillary Clinton por Trump, siguen abiertas para los demcratas”.
Otros antecedentes
La poblacin ha vuelto a inclinar la balanza a favor del hombre, rubricando esa gran brecha de gnero presente en el 61% de los pases del mundo que nunca han sido gobernados por una mujer. En el resto, s van ocupando la cabeza del Estado con relativa igualdad.
Es difcil entender por qu Estados Unidos va tan rezagado y qu est dificultando la presencia de una mujer en la Casa Blanca. Esta vez ha sido Kamala, pero en 2016 fue Hillary Clinton. Y mucho antes, en 1972, Shirley Chisholm, primera mujer negra en postularse a la presidencia. A pesar de ver frustrado su intento, al menos dibuj en el imaginario colectivo la posibilidad de tener una democracia gobernada por una mujer negra e hija de inmigrantes. Inspir a generaciones como la de Kamala, que en 2020 hizo historia como la primera vicepresidenta negra. En su mente lleva grabada a fuego una advertencia de su madre: “Kamala, puede que seas la primera en hacer muchas cosas, pero asegrate de no ser la ltima”.
El factor racial
Las mujeres negras representan el 7,7% de la poblacin estadounidense. Cualquiera de ellas con la edad de Kamala que ha ido escalando puestos se ha encontrado con que es la primera mujer negra en cada uno de ellos. Algunos analistas no descartan el aspecto racial como una de las piedras que se interponen en el camino hacia la Casa Blanca y argumentan que los habituales ataques sexistas se vuelven an ms virulentos por este factor.
Sin embargo, segn la opinin mayoritaria de los politlogos y los datos que arrojan las encuestas, lo que existe es una desconfianza mayscula en la mujer para gobernar el pas. Incluso si rene las cualidades necesarias, su condicin femenina frena a la hora de depositar el voto en las urnas.
Una burbuja que se desinfl
Agustn Laje Arrigoni, escritor y politlogo, cree que “Harris tuvo su mejor momento en los das posteriores a ser elegida como reemplazo a Joe Biden. Pero fue un efecto burbuja, lo que vimos fue el entusiasmo inmediato del cambio de candidatura, la emocin por la idea de mujer afroamericana, progresista, demcrata, construida a base de medios de comunicacin que despus no pudieron sostener la ficcin del candidato que estaban creando. Despus empez a desinflarse y no tuvo buenas respuestas en trminos de poltica econmica, que es lo que ms le importa hoy al estadounidense medio”.
Una idea profunda
Hay una teora ms extrema que eleva la desconfianza a una misoginia casi estructural. De hecho, todava hoy la mujer tiene el acceso restringido a muchos clubs privados poco conocidos donde los hombres manejan muchos hilos del poder. Es el caso del hermtico Bohemian Grove, en el condado californiano de Sonoma.
La unin de estos elementos, sumada al fracaso de las aspirantes, ha ido derivando en que slo unas pocas mujeres ambicionen la presidencia de Estados Unidos, tal vez porque de antemano saben que ni siquiera contarn con el apoyo suficiente el seno de los partidos polticos. A Hillary Clinton se le reconoci que era una poltica muy cualificada, con un slido historial y altos ndices de aprobacin como senadora y secretaria de Estado bajo el gobierno de Barack Obama. Sin embargo, como candidata se convirti en diana de burlas y desinformacin. Su derrota result decepcionante para muchas mujeres. La sensacin es que tienen que ser doblemente capaces para obtener la mitad del crdito.
Encuestas y resultados
Lo ms paradjico es la desconexin entre la respuesta de los ciudadanos cuando se les pregunta en la calle y su eleccin final. Desde 2003 las encuestas reflejan reiteradamente que una amplia mayora considera que es el momento de que haya una mujer aspirante a la Casa Blanca, pero esto no se traslada al voto. Los sondeos de Gallup, la CBS News, el Instituto de Investigacin Hearst/ Siena College o Roper Center han ido aportando porcentajes favorables a esta idea por encima del 80%.
Por qu esta contradiccin? En la prctica, la poblacin sigue creyendo que algunas cuestiones clave, como la seguridad, el terrorismo o la economa en poltica exteriores, son prerrogativas masculinas, mientras que s les encomendaran la atencin sanitaria, la educacin, el medio ambiente y otros aspectos considerados ms domsticos.
Un lder poderoso
Su percepcin es ms negativa entre las lites, que imponen en su valoracin del liderazgo rasgos tpicamente masculinos, como la fuerza o la toma rpida de decisiones. De ah algunas actitudes de Kamala, como el nfasis en su vestimenta masculinizada. De acuerdo con algunas encuestas que se realizaron despus de la derrota de Hillary Clinton, la insistencia de la candidata en la idea del techo de cristal y el sexismo condicion la determinacin de muchos indecisos de ofrecer su voto a Trump.
La mujer, aparte de estar cualificada, se tiene que ganar su credibilidad como lder firme y decidida en el manejo de esas esferas estereotipadamente masculinas: seguridad, poltica exterior y economa. Incluso culturalmente, en Estados Unidos sigue imponindose el culto a la personalidad y ese machismo presidencial que ensalza la imagen heroica y el tono duro, algo que puede verse en pelculas como Air Force One, con Harrison Ford en la piel de presidente. Es difcil que una candidata encaje en ese arquetipo. Nadie pone en duda que llegar el da en que una mujer ocupe el cargo ms alto de Estados Unidos, pero, de momento, el techo de cristal sigue intacto.