El JPMorgan Chase & Co., el mayor banco de Estados Unidos y de Occidente, a tono con otras entidades de la potencia norteamericana, alertó en un duro informe sobre un pronóstico ominoso para el crecimiento del país y la estabilidad laboral de resultas de la ofensiva proteccionista y arancelaria del gobierno de Donald Trump.
Sus previsiones apuntan a una contracción de la actividad a un ritmo trimestral anualizado del 1% en el tercer o y del 0,5% en el cuarto, una recesión de dos trimestres.
Las preocupaciones por la enorme crisis que ha estallado también parecerían llegar a la Casa Blanca, aunque sin señales de cambio de rumbo. Al cabo de una semana con desplomes históricos de las Bolsas y una extraordinaria destrucción de riqueza, el mandatario salió este sábado a reconocer que el camino “no será fácil” y llamó a resistir, pero insistió en que sus medidas, resistidas por los mercados y las corporaciones, serán exitosas.
El jueves y viernes, en solo dos ruedas, se fulminaron casi 6 billones de dólares (millones de millones) de riqueza de las principales empresas que cotizan en Wall Street.

Previsiones pesimistas
Frente a ese situación, el JP Morgan hizo su análisis de un ingreso del país en recesión este año por el impacto de los aranceles que provocarán una sensible caída del crecimiento.
“Esperamos que el PIB real se contraiga por el impacto de estas medidas y para todo el año vemos un crecimiento del PIB real del -0,3%, inferior al 1,3% previsto”, declaró Michael Feroli, economista jefe del banco para Estados Unidos, en una nota dirigida a los clientes.
“Se espera que la contracción prevista de la actividad económica reduzca la contratación y, con el tiempo, eleve la tasa de desempleo al 5,3%”, añadió. Trump recibió una economía en crecimiento, con una inflación por debajo de 3% anual y una desocupación en niveles históricos bajos.
“El resultado será histórico”, promete Trump
El presidente insistió este sábado que sus medidas, que según los analistas son un clásico paquete proteccionista, configuran “una revolución económica y vamos a ganar. Resistan, no será fácil, pero el resultado será histórico. Haremos que EE.UU. sea grande de nuevo”.
El líder republicano aseguró que su plan permitirá que la potencia “recupere empleos y negocios como nunca antes”. Esa visión es cuestionada por los economistas que temen un alza de precios y, debido a las réplicas, una guerra comercial que ralentice el crecimiento mundial.

Trump afirmó que China, que respondió con aranceles del 34% para EE.UU, “ha sido golpeada mucho más fuerte”. El viernes había afirmado que Beijing “ha entrado en pánico. El mandatario hizo estos comentarios desde Florida, donde se quedó a jugar golf por tercer día desde que declaró el miércoles una guerra comercial al resto del mundo, provocando un derrumbe bursátil desde Asia a Norteamérica no visto desde el estallido de la pandemia en 2020.
Esta semana el índice S&P500, el panel preferido de acciones estadounidenses. alcanzó su nivel más bajo en 11 meses . El pronóstico de JPMorgan coincidió con expectativas similares por parte de otros bancos, que han estado recortando drásticamente sus proyecciones de crecimiento para EE. UU. este año desde el anuncio de los aranceles. El jueves, Barclays Plc anunció que prevé una contracción del PIB en 2025, “en consonancia con una recesión”.
El viernes, los economistas del Citi redujeron su pronóstico de crecimiento para 2025 a 0,1 %, y los de UBS lo redujeron al 0,4 %.
“Prevemos que las importaciones estadounidenses del resto del mundo caerán más de 20% durante nuestro horizonte de pronóstico, principalmente en los próximos trimestres, lo que devolverá el porcentaje de importaciones del PIB a los niveles anteriores a 1986”, declaró Jonathan Pingle, economista jefe de UBS.
“La contundencia de la medida de política comercial implica un ajuste macroeconómico sustancial para una economía de 30 billones de dólares”, agregó.
Feroli afirmó que espera que la Reserva Federal comience a recortar su tasa de interés de referencia en junio y proceda con recortes de tasas en cada reunión posterior hasta enero, situándola en un rango de 2,75% a 3% desde el actual del 4,25% al 4,5% como herramienta para sostener la actividad y luchar contra la recesión. Estos recortes se producirían a pesar de un aumento en un indicador clave de la inflación subyacente al 4,4% para finales de año, desde el nivel actual del 2,8% que preocupa a la FED.
“El impacto del aumento de precios que prevemos para los próximos meses podría ser más fuerte que el del pico inflacionario pospandémico, ya que el crecimiento de los ingresos nominales se ha moderado recientemente, en lugar de acelerarse en el episodio anterior”, escribió Feroli en ese entido. “Además, en un entorno de mayor incertidumbre, los consumidores podrían mostrarse reacios a recurrir demasiado a sus ahorros para financiar el crecimiento del gasto”.
“De concretarse, nuestro pronóstico estanflacionario plantearía un dilema a los responsables de la política monetaria de la Fed”, escribió Feroli. “Creemos que la debilidad sustancial del mercado laboral prevalecerá al final, sobre todo si resulta en un menor crecimiento salarial, lo que dará al comité mayor confianza en que no se está consolidando una espiral de precios-salarios”.