Más de cien organizaciones están pidiendo a la Casa Blanca que cierre una centro de migrantes en la base naval de Guantánamo, Cuba, y que deje de detener ahí a los solicitantes de asilo que se encuentran en el mar.
“El gobierno de Estados Unidos no puede seguir distrayendo la atención publica y ocultar el maltrato de los solicitantes de asilo exiliándolos a Guantánamo, fuera del alcance de sus familias, sus defensores, la conciencia pública y la ley”, dijeron las organizaciones en una carta enviada al presidente Joe Biden el miércoles por la mañana.
El Proyecto Internacional de Asistencia a Refugiados, un grupo de defensa y asistencia jurídica, envió la carta junto con el Haitian Bridge Alliance, un grupo que aboga por los inmigrantes haitianos en todo Estados Unidos. Los 125 firmantes de la carta incluyen grupos de inmigración y derechos humanos, proveedores de servicios legales, grupos de defensa de la infancia y organizaciones religiosas.
La base de Guantánamo es conocida por albergar a presuntos terroristas después de los ataques del 11 de septiembre. Pero durante décadas, también ha albergado una instalación separada para migrantes, incluidos miles de haitianos y personas con VIH a principios de este siglo. Hoy en día, el gobierno federal lo utiliza para procesar a las personas que la Guardia Costera de Estados Unidos encuentra en el mar, incluidos cubanos y haitianos que solicitan asilo.
El mes pasado, el Proyecto Internacional de Asistencia a Refugiados, en un informe acusó al gobierno de Estados Unidos de detener a refugiados en condiciones inhumanas, similares a las de una prisión, en su Centro de Operaciones de Migrantes, lo cual hasta ahora Estados Unidos ha negado. El grupo, junto con otros en la carta dirigida a la Casa Blanca, pide al gobierno federal que cierre las instalaciones y procese a los solicitantes de asilo en Estados Unidos.
“Estados Unidos tiene una larga y notoria historia de detener personas en Guantánamo sin protección o supervisión legal adecuada, y la detención de solicitantes de asilo y refugiados allí es parte de esta horrible historia que continúa hoy”, dijo Hannah Flamm, abogada y asesora de política publica del proyecto.
El informe de septiembre del proyecto decía que los migrantes en el centro, incluidas familias y niños, estaban retenidos indefinidamente y en condiciones similares a las de una prisión que violaban sus derechos. El grupo entrevistó a ex empleados e inmigrantes que fueron procesados en el centro como parte de su investigación, que concluyó que los inmigrantes recibían atención médica inadecuada, poca o ninguna representación legal y estaban privados de libertad de movimiento.
Un portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, que administra las instalaciones junto con el Departamento de Seguridad Nacional, dijo el mes pasado al Miami Herald que las conclusiones del informe sobre las condiciones son falsas. El portavoz dijo que la instalación es de naturaleza humanitaria, que los migrantes tienen varias comodidades y recursos en el lugar y que no son detenidos porque pueden ir a lugares como la tienda de comestibles de la base.
Pero Flamm dijo que la organización mantiene su informe y acusó al gobierno federal de presentar una opción falsa a las personas detenidas entre permanecer indefinidamente en las instalaciones del gobierno de Estados Unidos o regresar a un país donde enfrentan persecución, daño o muerte.
“La idea de que alguien no está bajo custodia porque puede elegir ser repatriado a un país del que huyó es un paradigma falso”, afirmó Flamm. “Todo solicitante de asilo merece la oportunidad de solicitar protección en Estados Unidos”.
La presión para lograr que Estados Unidos deje de utilizar a Guantánamo como centro de migrantes se produce en medio de informes de que la administración Biden ha estado considerando la instalación para procesar a migrantes haitianos en caso de que se produjera un éxodo masivo a Estados Unidos en medio del empeoramiento de la violencia y la crisis de hambre en el país. A principios de este mes, la República Dominicana anunció que deportaría hasta 10,000 haitianos por semana, aumentando la preocupación de que aquellos que se ven obligados a regresar a Haití intenten arriesgar sus vidas en el mar para escapar de la creciente violencia de las pandillas que ahora ha desplazado a más de 700,000 personas de sus hogares.
Guerline Jozef, directora ejecutiva y fundadora de Haitian Bridge Alliance, dijo al Herald que los recientes ataques contra inmigrantes haitianos en Ohio y el encarcelamiento en curso de solicitantes de asilo en Guantánamo están conectados “por el odio, la lucha contra la negritud y la xenofobia”. Pidió al gobierno que detuviera las deportaciones a Haití y cerrara las instalaciones de Guantánamo.
“Instamos encarecidamente al presidente Biden y a su administración a que suspendan el encarcelamiento de haitianos que buscan seguridad en Gitmo”, dijo.
