Una persona mide su glucosa en sangre.
- Un estudio señala que reducir el consumo de estos nutrientes puede ser de gran ayuda para las personas que sufren esta condición.
- Más información: Hito científico: consiguen ‘curar’ la diabetes en una paciente de 25 años gracias a un trasplante de células madre
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La diabetes es una enfermedad metabólica que provoca alteraciones en los niveles de azúcar en sangre y, si no se controla, puede causar daños en otros órganos. Se estima que afecta al 10% de la población mundial entre los 20 y 79 años, según la Federación Internacional de Diabetes (FID), y genera un alto coste económico tanto para los pacientes como para los sistemas de salud.
Un estudio publicado en The British Medical Journal predice que para 2030, los casos de diabetes tipo 2 aumentarán un 25 % y podrían llegar al 51 % en 2045. Este incremento tiene como una de las principales causas el envejecimiento de la población, a la que se unen la vida sedentaria y los avances médicos que prolongan la esperanza de vida, lo que supone una mayor presión sobre los sistemas de salud.
A pesar de ello, también hay estudios que aportan buenas noticias a las personas que padecen esta enfermedad. Según una nueva investigación publicada en la revista Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism de la Endocrine Society, los adultos con diabetes tipo 2 que siguen una dieta baja en carbohidratos pueden ver beneficios en la función de sus células beta, lo que les permitirá controlar mejor su enfermedad y posiblemente suspender la medicación.
Las que producen insulina
“Este estudio muestra que las personas con diabetes tipo 2 que siguen una dieta baja en carbohidratos pueden recuperar sus células beta, un resultado que no se puede lograr con medicamentos”, señala la autora principal del estudio, Barbara Gower, de la Universidad de Alabama en Birmingang. “Las personas con diabetes tipo 2 leve que reducen su ingesta de carbohidratos pueden dejar de tomar medicamentos y disfrutar de comidas y refrigerios con mayor contenido de proteínas y que satisfacen sus necesidades energéticas”.
Los investigadores recopilaron datos de 57 adultos con diabetes tipo 2, la mitad con una dieta baja en carbohidratos -un 9% de carbohidratos y un 65% de grasas- y la otra mitad con una dieta alta en carbohidratos -un 55% de carbohidratos y un 20% de grasas-, y examinaron la función de sus células beta y la secreción de insulina al inicio y después de 12 semanas.
Los investigadores descubrieron que quienes seguían una dieta baja en carbohidratos en comparación con quienes seguían una dieta alta en carbohidratos experimentaron mejoras en las respuestas agudas y máximas de las células beta que fueron dos veces y un 22% mayores, respectivamente.
Curiosamente, las personas de color con una dieta baja en carbohidratos experimentaron mejoras un 110% mayores en la respuesta aguda de las células beta y los adultos blancos tuvieron mejoras en la respuesta máxima de las células beta que fueron un 48% mayores que sus respectivas contrapartes con la dieta alta en carbohidratos.
España, la segunda tasa más alta en Europa
La diabetes afecta al 14,8 % de la población adulta en España, la segunda tasa más alta de Europa. Uno de cada siete adultos padece la enfermedad, lo que coloca al país entre los diez con mayor gasto sanitario relacionado. Sin embargo, según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), casi la mitad de estas personas estarían sin diagnosticar.
En términos económicos, la diabetes supone el 8,2 % del gasto en salud, unos 8.600 millones de euros, repartidos entre costes directos (5.800 millones) e indirectos (2.800 millones). Según la revista Elsevier, los costos de la diabetes representan una parte considerable del presupuesto sanitario, lo que pone de manifiesto la necesidad de mejorar la eficiencia en su control y tratamiento para reducir sus complicaciones.
A pesar de que España gasta menos por paciente (2.817 euros anuales) que otros países europeos, esa cifra ha aumentado un 11,7 % desde 2019. En los últimos cuatro años, el número de diabéticos ha crecido un 42 %, pasando de 4 a casi 6 millones de personas, con previsiones de alcanzar los 9 millones en 2025, según datos del Atlas de la Diabetes de la Federación Internacional de Diabetes (IDF).