Giro a la ultraderecha: Por qué los católicos franceses se entregan a Marine Le Pen

Lo apuntaba el resultado de las pasadas elecciones europeas del 9 de junio: el populismo de ultraderecha había echado también raíces en Francia y Emmanuel Macron quiso lanzar un órdago convocando elecciones legislativas. A la luz de los resultados de la primera vuelta, celebrada el domingo, 30 de junio, el presidente galo se volvió a equivocar: la ultraderecha, con la Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen a la cabeza, arrasó en los comicios. El desenlace, el próximo 7 de julio, aunque no se prevén grandes cambios.

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Entre los colectivos que han dado la espalda a Macron están los católicos, cansados de que reciba a los obispos y se fotografíe sonriente con ellos, pero luego legisle a favor del incluir como un derecho en la constitución el aborto y casi inmediatamente después abra la puerta a la eutanasia.

De ahí que el 32% de los católicos, practicantes y no practicantes, votase por la formación de Le Pen, según una encuesta realizada por IFOP para el diario católico La Croix, recogida por OSV News.

Se trata de un 14% de voto católico más que en las elecciones europeas y que, unidos a los votos cosechados también por otras formaciones ultraderechistas, como el de la sobrina de Marine Le Pen, eleva al 42% el voto de los católicos a este tipo de fuerzas políticas.

“Hasta hace poco, era la derecha moderada tradicional la que reunía la mayoría de los votos de los católicos practicantes. El aumento masivo de aquellos que votaron por la extrema derecha esta vez es una sorpresa”, según señala a OSV News el historiador Paul Airiau, especialista en historia de la Iglesia contemporánea.

Raíces cristianas y atentados islamistas

Las razones que encuentra Airiau en este giro a la ultraderecha estarían, por un lado, en que el discurso contra los migrantes ha calado también en ellos, sobre todo después de los atentados islamistas de 2015 y, por otro, en la percepción, de que se están perdiendo las raíces cristianas de Francia.

“Los católicos practicantes valoran a Francia como una nación cristiana. Y les preocupa que desaparezca a un ritmo acelerado, sobre todo por la proporción de inmigrantes, que ahora consideran excesiva. Sienten que están a punto de convertirse en extranjeros en su propio país. Al votar por la extrema derecha, expresaron claramente su enojo por esto”, añade el historiador.

Pero en la laica Francia, la exhibición de signos religiosos distintivos por parte de estos migrantes ha cambiado la hasta ahora aceptable cohabitación que existía en una sociedad que no se caracterizaba por hace ostentación de su credo.

“Este enfado es algo nuevo. La percepción de los inmigrantes ha cambiado en los últimos años. Los norteafricanos que llegaron a Francia en los años 1970 eran discretos en cuanto a su religión. Pero hoy, sus hijas y nietas usan velos islámicos y exigen visibilidad”, señala Airiau, quien también hace hincapié en que estos mismos católicos no están de acuerdo con la postura de acogida reivindicada en tantas ocasiones por el papa Francisco.

Críticas al papa Francisco

“El Papa Francisco habla de hospitalidad, acogida y caridad. Pero sus palabras chocan con la realidad cotidiana de quienes se preocupan por la continua llegada de inmigrantes del África subsahariana y Asia central, muchos de ellos musulmanes. Los católicos temen un desequilibrio peligroso”, sentencia el especialista.

Y mientras tanto, los obispos guardan silencio. “Hasta la década de 2000, rechazaban casi explícitamente cualquier nacionalismo basado en el cristianismo”, recordó Airiau. “Pero ahora permanecen en silencio. En cualquier caso, si hablaran, serían criticados, sin importar lo que dijeran”, señala el historiador en entrevista con OSV News.