Llega septiembre, sube la temperatura y se reaviva la motivación de realizar actividades al aire libre. En estos días, los espacios verdes de la ciudad se “repoblaron” de personas ejercitándose: algunos optan por caminar o correr, otros andan en bicicleta, como también se llenan las infraestructuras deportivas públicas que hay en distintos puntos de la ciudad.
Por su parte, los gimnasios también son otro de los puntos más concentrados: “En septiembre-octubre me acomodo para ir antes porque las clases de la tarde explotan”, contó Sol (32), que asiste a un gimnasio de la zona del Puerto. Por otro lado, la Lic. en Nutrición, Cecilia María Carastorre (MP 631), confirmó a El Litoral que “en esta época del año las consultas aumentan. Hay más personas que les interesa el cambio y entonces inician, muchos les dan continuidad y otros lo mantienen solo por la temporada”.
Una de las tantas estaciones de entrenamiento que hay en la ciudad. Foto: Archivo.
“Durante el invierno te dan menos ganas de salir de tu casa y activar para ir al gimnasio. Pero es una realidad que la gente también lo relaciona con la llegada del verano”, comentó Luciana (40), quien terminaba su entrenamiento en la costanera. Mientras que Fernando (25), quien principalmente hace ciclismo, sostuvo que “la preocupación por lo estético siempre está en esta época, por algo se usa la famosa frase de ‘llegar al verano’, que para mí es un horror”.
El regreso de temperaturas más elevadas trae con ello otro tipo de indumentaria, que implica mostrar más piel y vuelven las preocupaciones con respecto a “los cuerpos”. Estar más tonificado, bajar la grasa corporal, eliminar la celulitis, son los principales objetivos que nombran los santafesinos en este “plan verano”.
Sin embargo, con el paso de los años, los estigmas relacionados con la apariencia física y el peso se fueron rompiendo y hay una preocupación “más orientada a la salud”, dijo la Lic. Carastorre y agregó que “se percibe en el consultorio un cambio de que no es un hecho de pesocentrismo sino de composición corporal. Si bien la preocupación por la estética y la imagen corporal no desapareció, el camino está rotando y hay una ocupación más vinculada a la salud”.
“Los estándares no son como antes, la gente no se mata en el gimnasio. Creo que no es tan exagerado como otros años que se quería bajar un montón de peso en pocos meses. Pero sí el verano trae este plus estético”, opinó Sol (32). Por su parte, Julieta (32) señaló: “necesito ejercitarme para salir de mi rutina y de mi trabajo”. Mientras que Raúl (67), quien se mantiene en movimiento durante todo el año, sostuvo que por su edad realiza ejercicio “principalmente por salud, sin embargo hay gente que sé que lo hace por estética”.
Luego de Japón, Argentina se posiciona segunda en el ranking mundial de trastornos de la conducta alimentaria.
“Los TCA crecen año a año en el país”
Si bien, profesionales y personas confirman que eligen el ejercicio por salud física y mental, en el país hay una problemática que preocupa hace años. Argentina se posiciona segunda en el ranking mundial de trastornos de la conducta alimentaria, según datos de la International Association of Eating Disorder Professionals (IAEDP).
Según estudios internacionales impulsados por Mervat Nasser, psiquiatra especializada en investigación en temas de salud y desarrollo del instituto de psiquiatría del King’s College en Londres, el país que cuenta con el mayor índice de TCA en el mundo es Japón, con un 35% de la población afectada y el segundo lugar lo ocupa la Argentina con un 29%. Por su parte, según un relevamiento realizado por la Sociedad Argentina de Pediatría, “arrojan una prevalencia de las patologías vinculadas a los trastornos de la conducta alimentaria -como anorexia nerviosa o bulimia nerviosa- de casi 1 de cada 3 mujeres jóvenes”.
Además, el estudio de la SAP especifica que “la situación producida por la pandemia, principalmente la cuarentena con etapas prolongadas de restricciones en la circulación y de aislamiento social, han repercutido en los comportamientos y en el acceso al sistema de salud en estadios iniciales de presentación, sobre todo en aquellos jóvenes más vulnerables”.
“La prevalencia de las TCA crece año a año en adolescentes en el país y en el mundo, no discrimina sexos y un diagnóstico temprano es un buen pronóstico en la recuperación. En esto somos responsables todos los agentes de la salud”, dijo la Lic. Carastorre.
“Hay personas que se ven súper tonificadas y parecen sanas. Pero en realidad viven comiendo solamente pollo y huevo para aumentar masa muscular y además se inyectan anabólicos o toman creatina”, comentó Fernando mientras entrenaba y agregó que “se suele asociar mucho la imagen con la salud y es re engañoso, porque quizás esa persona que vos ves tan bien tiene un montón de ‘mambos’ con su figura”.
Con respecto a la cifra mundial de TCA, cerca de 70 millones de personas en el mundo sufren de un trastorno de la conducta alimentaria. Un 90% sucede entre la infancia y la adolescencia y se reporta que una persona muere cada 62 minutos en el planeta como consecuencia de un desorden de alimentación. Los TCA tienen una alta morbilidad médica y psiquiátrica que pone en riesgo la vida del que lo padece independientemente del peso corporal.
