Autoridades informaron que un predicador filipino acusado de abuso sexual y trata de personas en Filipinas y cargos similares en Estados Unidos se entregó el domingo a las autoridades en su complejo religioso en el sur y voló a Manila, donde fue puesto bajo detención policial.
Apollo Quiboloy y otros cuatro acusados se entregaron en la enorme sede religiosa de su grupo, llamado Reino de Jesucristo, en la ciudad de Davao, después de que la policía les diera un ultimátum de 24 horas para que se rindieran.
El secretario del Interior, Benhur Abalos, había dicho anteriormente que Quiboloy había sido capturado por las autoridades.
Quiboloy y su coacusado fueron trasladados en un avión C-130 de la fuerza aérea filipina a la capital el domingo por la noche y encerrados en un centro de detención fuertemente vigilado en la sede de la policía nacional, donde se tomaron sus fotografías y huellas dactilares, dijo el portavoz de la policía, coronel Jean Fajardo, en una conferencia de prensa citada por The Associated Press.
“La Policía Nacional de Filipinas les dio un ultimátum para que se rindieran, de lo contrario, allanaríamos un edificio en particular, al que se nos ha prohibido entrar”, dijo Fajardo, añadiendo que la advertencia condujo a su rendición pacífica.
Quiboloy se escondió a principios de este año después de que un tribunal filipino ordenara su arresto y el de varias otras personas por sospechas de abuso infantil y sexual y trata de personas, dijo Fajarto.
El Senado filipino ordenó por separado el arresto de Quiboloy por negarse a comparecer en las audiencias públicas del comité que estaba investigando las acusaciones penales en su contra.
El presidente Ferdinand Marcos Jr. había instado a Quiboloy a entregarse y le había asegurado un trato justo por parte de las autoridades.
El predicador y su abogado negaron las acusaciones en su contra, diciendo que fueron inventadas por críticos y exmiembros que fueron expulsados del grupo religioso.
Fiscales federales acusaron al predicador filipino en EE.UU.
En 2021, los fiscales federales de Estados Unidos anunciaron la acusación contra Quiboloy por presuntamente tener relaciones sexuales con mujeres y niñas menores de edad que enfrentaban amenazas de abuso y condenación eterna a menos que atendieran al autoproclamado hijo de Dios.
Quiboloy y dos de sus principales administradores se encontraban entre las nueve personas nombradas en una acusación formal sustitutiva emitida por un gran jurado federal y revelada en noviembre de 2021. Contenía una serie de cargos, entre ellos conspiración, tráfico sexual de niños, tráfico sexual por la fuerza, fraude y coerción, fraude matrimonial, lavado de dinero, contrabando de efectivo y fraude de visas.
El mes pasado, unos 2,000 policías respaldados por escuadrones antidisturbios allanaron el enorme complejo religioso de Quiboloy en Davao en una operación caótica a la que acudieron grandes cantidades de sus seguidores para oponerse a la redada.
La policía trajo equipo que podría detectar a personas escondidas en túneles subterráneos, pero no lo encontró en el complejo de 30 hectáreas (75 acres) que incluye una catedral, un estadio, una escuela, una zona residencial, un hangar y una calle de rodaje que conduce al Aeropuerto Internacional de Davao.
En 2019, Quiboloy afirmó haber evitado que un gran terremoto afectara el sur de Filipinas.
También fue un estrecho partidario y consejero espiritual del expresidente Rodrigo Duterte, quien está siendo investigado por la Corte Penal Internacional en relación con las ejecuciones extrajudiciales por parte de la policía de miles de sospechosos de tráfico de drogas, en su mayoría pobres.
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