Meses de especulación y quejas sobre cuándo, o incluso si el gobernador Gavin Newsom daría su discurso anual (conocido como State of the State address), terminaron esta mañana con un suspiro en lugar de un estruendo.
Unos minutos después de las 10 a.m., Newsom publicó un discurso pregrabado en sus canales de redes sociales. Rodeado de banderas estadounidenses y californianas, el gobernador Demócrata advirtió solemnemente que “el estilo de vida californiano está bajo ataque” por fuerzas amenazadas por la diversidad, el pluralismo y el espíritu innovador del estado.
“Nuestros valores y nuestro estilo de vida son el antídoto al populismo venenoso de la derecha, y al miedo y la ansiedad que tantas personas sienten hoy”, dijo Newsom. “Para los conservadores y los detractores delirantes de California, su éxito depende de nuestro fracaso.”
Eludiendo la convención de dar discursos en vivo a la Legislatura en las elegantes cámaras de la Asamblea del Capitolio, el enfoque apagado de Newsom este año atrajo una feroz condena de sus críticos Republicanos, quienes habían seguido meticulosamente los días desde que canceló su discurso original en marzo y lo llamaron cobarde por no presentarse en persona para defender su récord en el cargo.
“Aunque este discurso pregrabado cumple con el mandato legal del gobernador, no cumple de ninguna manera real con su responsabilidad hacia los californianos que merecen un futuro seguro, asequible y lleno de oportunidades”, dijo el senador Kelly Seyarto, un republicano de Murrieta, en un video de pre-respuesta.
Pero es poco probable que la evasión del gobernador importe a la mayoría de los californianos, muchos de los cuales pueden no registrar este evento de bajo perfil en absoluto, menos de 1,000 personas sintonizaron el estreno en YouTube. Y ese es precisamente el punto.
Permitir que la reprogramación del discurso anual se prolongara durante tanto tiempo fue un error que expuso a Newsom a críticas innecesarias, aunque en gran medida inconsecuentes, dijo Rob Stutzman, un consultor republicano que se desempeñó como director de comunicaciones para el ex gobernador Arnold Schwarzenegger. Renunciar a un gran discurso termina la saga con la menor atención posible.
“Se encontró en circunstancias difíciles aquí”, dijo Stutzman.
Las observaciones de Newsom incluyeron una extensa defensa de lo que California ha logrado en los últimos años: proteger los derechos reproductivos, incautar fentanilo en la frontera con México, despejar campamentos de personas sin hogar, lo cual, argumentó, socava una narrativa persistente de un estado fallido.
Ante las crecientes preocupaciones sobre cómo California está manejando el crimen, Newsom señaló estadísticas que indican que las tasas de violencia con armas de fuego y homicidios son más altas en los estados liderados por Republicanos, un punto de conversación favorito del gobernador.
“Todos esos hechos desmienten a los que odian a California y quieren derribarnos porque saben que nuestro éxito es un foco en sus propios fracasos”, dijo Newsom.
El gobernador también destacó el sistema de la ley CARE Court que desarrolló para impulsar a más personas con graves desafíos de salud mental hacia el tratamiento y un bono aprobado por los votantes en marzo para financiar más camas para esos pacientes.
“Cada año, la gente de California asombra al mundo con algo nuevo que nuestros detractores nunca podrían haber soñado”, dijo. “La única sorpresa es que siguen sorprendiéndose”.
No es sin precedentes que Newsom se haya saltado un discurso anual de California. Lo ha hecho tres veces en sus seis años en el cargo, incluyendo un discurso desde un estadio de los Dodgers vacío en el 2021, durante el apogeo de la pandemia de coronavirus, y una gira de políticas de cuatro días por California el año pasado.
El evento de hoy, que cumple con la obligación constitucional del gobernador de “informar a la Legislatura cada año sobre la condición del estado” enviándoles el texto de sus observaciones, fue el más apagado del mandato de Newsom, reflejando el amargo clima político que actualmente enfrenta.
Newsom originalmente planeó entregar el discurso en marzo, después de las elecciones primarias, pero abruptamente retrasó el discurso (State of the State) cuando los resultados de su propuesta emblemática de atención de salud mental terminaron demasiado cerca para llamar. Finalmente pasó por menos de cuatro décimas de un punto porcentual, después de semanas de conteo.
La oficina del gobernador dijo en su momento que trabajaría con la Legislatura para encontrar una nueva fecha. Sin embargo, a medida que las semanas se convirtieron en meses, su tiempo se consumió en negociaciones para cerrar el déficit presupuestario de miles de millones de dólares de California, sin mencionar las audiencias de proyectos de ley y un viaje del gobernador al Vaticano para discutir sobre el cambio climático. Newsom también ha luchado recientemente con los defensores de una iniciativa para endurecer las penas criminales por delitos de drogas y propiedad, intentando sin éxito eliminarla de la boleta de noviembre.
En medio de una temporada de titulares poco halagadores para el gobernador, una nueva encuesta del Instituto de Política Pública de California este mes encontró que solo el 44% de los encuestados aprobaba el desempeño laboral de Newsom, mientras que el 54% desaprobaba, la peor evaluación que ha recibido desde que asumió el cargo en 2019.
Con Newsom y los líderes legislativos llegando a un acuerdo presupuestario durante el fin de semana, y la Legislatura pronto saliendo de la ciudad durante la mayor parte de julio en receso, el discurso anual estaba de repente de vuelta, más o menos.
La oficina del gobernador anunció su plan para un discurso reformateado el domingo. En lugar de visitar las cámaras de la Asamblea, Newsom celebró una recepción privada con los legisladores la noche antes de que sus comentarios se publicaran en línea.
A pesar del alboroto sobre el discurso de este año, el fasto y la ceremonia del discurso anual han fluctuado mucho a medida que diferentes gobernadores encontraron utilidad variable en el evento.
Hace dos décadas, Schwarzenegger capitalizó su poder de estrella de cine y logró que los noticieros nocturnos transmitieran sus discursos en vivo. Stutzman dijo que el discurso anual era una herramienta para que Schwarzenegger lanzara su agenda anual.
“Hay cierto beneficio para el gobernador al trabajar con la Legislatura para establecer algunas prioridades al comienzo de la sesión”, dijo Stutzman. “Hazles saber dónde vas a poner tu capital político”.
El sucesor de Schwarzenegger, el gobernador Jerry Brown, no parecía disfrutar del requisito e incluso lo incorporó a la inauguración de su último mandato. Pero Brown estaba muy ligado a la tradición, señaló Miriam Pawel, autora de “Los Browns de California: La dinastía familiar que transformó un estado y moldeó una nación”, y se presentó ante la Legislatura cada año para hablar, aunque a menudo durante menos de 20 minutos, ofreciendo admoniciones filosóficas junto con resúmenes de sus logros.
“Estaban muy en su personaje”, dijo Pawel. “Eran cortos, iban al grano.”
Aunque considerablemente más largo, el último discurso de Newsom se inclinó hacia el modo de Brown, situando a California en un “momento extraordinario en la historia”. El gobernador evocó la propagación del fascismo en Europa en 1939 y, sin nombrar al ex presidente Trump, sugirió que California era un baluarte contra un retroceso similar del progreso.
“Se nos presenta una elección entre una sociedad que abraza nuestros valores y un mundo oscurecido por la división y la discriminación”, dijo Newsom. “Pero California no se doblegará. Somos una historia de éxito precisamente por nuestra universalidad y nuestra extraordinaria diversidad, y porque practicamos el pluralismo”.
