Voces a ambos lados del Rio Bravo respaldan las críticas del Papa al posible plan. El cardenal de Chicago consideró una “afrenta a la dignidad” un eventual plan de expulsiones. En México, en tanto, crece la preocupación por el discurso anti-inmigrante y de odio
Cupich, McElroy o Aguiar secundan al Papa en su preocupación por los migrantes ante la toma de posesión de Trump
En un inédito mensaje enviado a un presidente que toma posesión de su cargo, el papa Francisco jugó hoy fuerte para recordar a Donald Trump que Estados Unidos ha sido históricamente “tierra de oportunidades y bienvenida para todos”, en una referencia directa al rechazo del Vaticano al posible plan de deportaciones que dejó ya entrever el Tycoon.
“Con motivo de su toma de posesión como cuadragésimo séptimo Presidente de los Estados Unidos de América, le ofrezco un cordial saludo y la seguridad de mis oraciones para que Dios Todopoderoso le conceda sabiduría, fortaleza y protección en el ejercicio de sus altos deberes“, sostuvo el Papa en la misiva dada a conocer este lunes por la Santa Sede.
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“Inspirado por los ideales de su nación de ser una tierra de oportunidades y bienvenida para todos, tengo la esperanza de que bajo su liderazgo el pueblo estadounidense prospere y se esfuerce siempre por construir una sociedad más justa, donde no haya lugar para el odio, la discriminación o la exclusión”, agregó Francisco, horas después de una serie de reclamos de las Iglesias de México y de Estados Unidos para que no se pongan en marcha las expulsiones .
“Inspirado por los ideales de su nación de ser una tierra de oportunidades y bienvenida para todos, tengo la esperanza de que bajo su liderazgo el pueblo estadounidense prospere y se esfuerce siempre por construir una sociedad más justa, donde no haya lugar para el odio, la discriminación o la exclusión”
“Al mismo tiempo, mientras nuestra familia humana enfrenta numerosos desafíos, sin mencionar el flagelo de la guerra, también pido a Dios que guíe sus esfuerzos para promover la paz y la reconciliación entre los pueblos. Con estos sentimientos, invoco sobre usted, su familia y el amado pueblo americano abundantes bendiciones divinas”, planteó también Jorge Bergoglio, en lo que se lee como un pedido para que se trabaje por la estabilidad con Medio Oriente y Ucrania como ejes centrales.
La Iglesia norteamericana alza la guardia ante posibles deportaciones masivas de Trump
Mientras el papa Francisco advirtió que el posible plan de expulsión de migrantes del nuevo presidente de Estados Unidos Donald Trump sería “una verdadera desgracia” en caso de materializarse, la Iglesia norteamericana a ambos lados de la frontera del Rio Bravo ha alzado la guardia ante las posibles deportaciones masivas que el jefe del Salón Oval podría impulsar durante el mandato de cuatro años que inicia este lunes.
“Esto, si es cierto, será una verdadera desgracia, porque hace que los pobres infortunados que no tienen nada paguen la factura del desequilibrio. ¡No funciona! Las cosas no se resuelven así. No se pueden resolver de esa manera”, planteó el pontífice el domingo a última hora en la televisión italiana, horas antes de la asunción de Trump y mientras crecen las versiones de una nueva oleada antimigratoria del Tycoon que ya ocupó La Casa Blanca entre 2017 y 2021.
En realidad, las palabras de Francisco van en línea con la promoción como arzobispo de Washington del pro-migrantes James McElroy, hasta hoy titular de la arquidiócesis fronteriza de San Diego y único creado cardenal de los titulares de las tres sedes de oro de la Baja California: San Diego, San Francisco y Los Ángeles.
En esa línea de una protección discursiva de las personas que podrían ser deportadas, el arzobispo de Chicago, Blaise Cupich, se sumó a los dichos del papa y nada más y nada menos que desde Ciudad de México, consideró que esa hipótesis “sería una afrenta a la dignidad de todas las personas y negaría el legado de lo que significa ser estadounidense”.
“Debe saberse que nos opondremos a cualquier plan que llame a la deportación masiva de ciudadanos estadounidenses nacidos de padres indocumentados”, aseveró Cupich desde la Basílica de Guadalupe, donde celebró la Misa dominical con Carlos Aguiar Retes.
Se trata de palabras fuertes en un lugar simbólico, México, en cuyas fronteras -según datos proporcionados en diciembre pasado por las autoridades locales- hay cerca de 10.000 migrantes tratando de llegar a Estados Unidos. Una cifra récord y un aumento de más del 70%, en comparación con los meses anteriores que también habían visto una aceleración de los flujos.
De acuerdo a Cupich, se trata de personas que “huyen de sus países de origen en busca de tierras más seguras” porque “es una cuestión de vida o muerte para ellos y sus hijos”.
Francisquista al 100%, Cupich tomó prestado el llamamiento que el pontífice hizo en el mensaje del pasado diciembre al Foro Mundial de Refugiados en Ginebra y sentenció también que “nadie debe ser repatriado a un país en el que podría enfrentarse a graves violaciones de los derechos humanos o incluso a la muerte”.
Al mismo tiempo, en contemporánea, la revista oficial del arzobispado mexicano, Desde la Fe, planteó en el editorial de su último número su preocupación por el discurso anti-inmigrante que ha caracterizado parte de la retórica de Trump, que amenaza con volver cargado.
En el escrito, que representa la línea de la arquidiócesis que comanda un Aguiar Retes que en 2024 se encontró más de cinco veces con el Papa, se enfatiza que la migración es un fenómeno complejo que requiere soluciones humanas y compasivas, y no se puede ignorar el sufrimiento de aquellos que buscan un futuro mejor lejos de sus tierras natales.
“Tradicionalmente, la Iglesia Católica ha sido una institución que acoge y apoya a los migrantes, reconociendo en ellos el rostro de Cristo”, se sostiene antes de comprometer apoyo y acompañamiento a quienes lo necesitan, independientemente de las políticas que se implementen y recordando que la misión de la Iglesia es estar siempre del lado de los más necesitados, defendiendo sus derechos y su dignidad.