Francisco: “¿Han rezado por Valencia? ¿Han pensado en hacer una ayuda a esta gente?”

Jesús, contra los escribas y fariseos. Una cuestión muy actual en la Iglesia católica de nuestro tiempo. Jesús, que “denuncia ante el pueblo la actitud hipócrita de algunos escribas”, fue el tema de la reflexión del Papa Francisco en el rezo del Angelus de este domingo, en la que volvió a recordar la tragedia de Valencia. “Les hago una pregunta: ¿han rezado por Valencia? ¿Han pensado en hacer una ayuda a esta gente? Es una pregunta solamente”.

Ante miles de fieles, Bergoglio explicó cómo el pueblo “tenía en gran estima” a los escribas, que “leían, transcribían e interpretaban las Escrituras”. Aunque, “más allá de las apariencias, su comportamiento a menudo no se correspondía con lo que  enseñaban“.

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“Algunos, en efecto, con el prestigio y el poder de que gozaban, menospreciaban a los demás, se  daban aires de superioridad y, ocultándose tras una fachada de pretendida respetabilidad y legalismo, se arrogaban privilegios e incluso llegaban a cometer auténticos robos contra los más débiles, como las viudas”, recordó el Papa.

Arrogancia y manipulación

“En lugar de utilizar el papel del que estaban investidos para servir a los demás, lo convirtieron en  un instrumento de arrogancia y manipulación”, glosó Francisco, haciendo a mucho mirarse en el espejo de su “piedad fingida”.  “Se comportaban como corruptos, alimentando un sistema social y religioso en el que era normal  aprovecharse a espaldas de los demás, especialmente de los más indefensos, cometiendo injusticias y  garantizando la impunidad”, denunció. 

Es precisamente de esas personas de las que “Jesús recomienda alejarse, «tener cuidado», no imitarlas”, y explica cómo debe ser la verdadera autoridad, “en términos de abnegación y servicio humilde, de ternura maternal y paternal hacia las personas, especialmente hacia los necesitados”. Y hace un llamamiento a los lídres religiosos: “Invita a quienes están investidos de ella  a mirar a los demás, desde su posición de poder, no para humillarlos, sino para levantarlos, dándoles esperanza  y ayuda”. 

“Entonces podemos preguntarnos: ¿cómo me comporto en mis ámbitos de responsabilidad? ¿Actúo con  humildad, o me enorgullezco de mi posición? ¿Soy generoso y respetuoso con las personas, o las trato con  rudeza y autoridad? Y con mis hermanos y hermanas más frágiles, ¿estoy cerca de ellos, puedo agacharme  para ayudarles a levantarse?“, culminó Francisco, antes del rezo de la oración mariana, pidiendo a la Virgen que “nos ayude a combatir en nosotros la tentación de la hipocresía, a hacer el bien sin  apariencias y con sencillez”.  “Jesús les dice a ellos: hipócritas. Es una gran tentación la hipocresía”, cerró.

Tras la oración, y en los saludos finales, Francisco volvió a mostrar su cercanía a “los habitantes de Valencia y otras partes de España, que sufren las consecuencias del aluvión”. “Les hago una pregunta: ¿han rezado por Valencia? ¿Han pensado en hacer una ayuda a esta gente? Es una pregunta solamente”, señaló. A su vdez, el Papa recordó la beatificación del beato Torres Padilla, celebrada ayer en Sevilla, y pidiendo un aplauso al nuevo beato.

“Hace tres años, se iniciaba la plataforma de acción Laudato Si: Deseo que la conferencia COP29 que inicia en Bakú, de un aporte eficaz para el cuidado de la casa común”, explicó, mostrándose cerca a la población de la isla de Flores, en Indonesia, “que ha sido afectada por la erupción de un volcán”.

“Son preocupantes las noticias que llegan de Mozambique, invito a todos al diálogo y la tolerancia, para que la presente situación no haga desaparecer la confianza en el camino de la democracia, la justicia y la paz”, cerró el Papa, quien pidió que “sigamos rezando por la atormentada Ucrania, donde se están atacando hospitales y edificio civiles. También por Palestina, Israel, Líbano, Myanmar, Sudán, y recemos por la paz en el mundo”.