El equipo de Maranello no es lo que se vio en el Gran Premio de Canadá 2024 de Fórmula 1, el peor fin de semana desde que comenzó el año. Tan decepcionante que parece solo una mala copia del SF-24 que en las pruebas anteriores estuvo a escasas décimas de los líderes.
Durante el sábado, Fernando Alonso aseguró en tono cómico que estaban delante de gente buena, como Sergio Pérez o los propios Ferrari. Dos abandonos y cero puntos fue el balance, pero los italianos deben reaccionar a esa caída que irrumpió tras el entusiasmo de la victoria en el Gran Premio de Mónaco.
El conjunto rojo llegó demostrando que podían ser rápidos a un solo giro, pero con las cambiantes condiciones, se vieron superados por Mercedes, Aston Martin y el Visa CashApp RB, señal de que algo grande se hizo mal en la puesta a punto del monoplaza con los pianos.
La sensación, aunque es casi una certeza, es que Ferrari, al tener que levantar la parte inferior del coche con respecto al asfalto, perdió mucha más carga aerodinámica que el resto de la parrilla, por lo que el monoplaza no transfería suficiente energía a las gomas para mantenerlas en la ventana ideal de temperaturas.
Es cierto que fueron unas milésimas de segundo en la Q2 las que marcaron la diferencia, pero la escudería no supo reaccionar ante las dificultades, dejándose atrapar por el clima adverso en el fin de semana en territorio canadiense. Los propios pilotos parecían no tener opciones de luchar en comparación al resto, por lo que se podría creer que en el garaje del Cavallino Rampante se propagó un ‘virus’ que contribuyó a debilitar a todos.
Si a eso añadimos los problemas electrónicos con la unidad de potencia de Charles Leclerc, es fácil completar un análisis negativo de la carrera. El motor del monegasco no resultó dañado, aunque sufrió fallos de encendido irregular que le privaron de una potencia significativa durante quince vueltas, cerca de 80 CV, como confirmó el director de la escudería, Fred Vasseur.
Ferrari sustituirá por precaución la centralita de la unidad de potencia, y en el Gran Premio de España, todo debería volver a la normalidad, y esa cita será crucial, porque la pista española es una especie de túnel de viento al aire libre que reúne todas las características para ver si un coche es competitivo.
Un terreno que no suele ser favorable para el monoplaza rojo, ya que combina una larga recta y largas curvas y rápidas con un tercer sector que parece diseñado específicamente para destacar sus defectos.
En la reunión tras la cita en Maranello, Fred Vasseur no hizo ‘pruebas’ esperando que el Reparto Corse volviera a ver nada enseguida, confiando en que el potencial es otro. Las primeras simulaciones para el trazado catalán parecen alentadoras, y el deseo es extraer todo el potencial con un cuidadoso trabajo de puesta a punto.
De momento, el paquete de mejoras que se estrenó en el Gran Premio de Emilia Romagna dio cosas positivas, pero aún no mostró los números que los ingenieros de Enrico Cardille vieron en el túnel de viento. Hay un intento de anticipar algunas actualizaciones en la próxima cita, pero el director del equipo prefiere ir con pies de plomo, poniendo en el SF-24 solo piezas que se comprobaran a la perfección.
El golpe en el Circuito Gilles-Villeneuve fue fuerte, pero el responsable francés no flaquea, y espera que el resto de la dirección deportiva le siga, apostando por los valores técnicos y humanos.
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