Es lunes, 25 de noviembre, pero en Madrid llueve como si fuera 22 de mayo de 2004. El tráfico en el corazón de la urbe es denso, como suele, con el agravante del agua. Si en la capital cae una sola gota, el mundo entero parece detenerse. Aun así, la hazaña de sortear los vehículos por el Paseo de la Castellana hasta llegar a la Plaza de Cibeles y atravesar, por la calle Los Madrazo, las históricas fachadas del Banco de España, merece, sin duda, la pena.
La mencionada institución presentó a los medios —de manera embargada hasta este martes 26 a las 13:00 horas— los retratos de los reyes de España, Felipe VI (56 años) y Letizia (52), encargados a finales del año pasado a la prestigiosa fotógrafa estadounidense Annie Leibovitz (75).
EL ESPAÑOL estuvo presente para conocer, de primera mano, el resultado de uno de los secretos artísticos mejor guardados de Sus Majestades. Finalmente, como se observa en las imágenes aportadas por este diario, se trata de un díptico en el que Felipe VI viste el uniforme de gala del Ejército de Tierra, rodeado por los elementos característicos del retrato clásico: un espejo, una mesa, una lámpara de araña y una puerta abierta con cortinajes.
Los reyes Felipe y Letizia fotografiados por Annie Leibovitz. David Morales EL ESPAÑOL
Por su parte, Letizia luce un vestido negro de corte palabra de honor, confeccionado en tul de seda plisado, junto con una capa de gala, también de seda, en color fucsia. Todo el conjunto lleva la firma del diseñador vasco Cristóbal Balenciaga, considerado el mejor couturier de la historia de España.
Estas piezas han sido cedidas por la Fundación Antoni de Montpalau, que cuenta con una exquisita colección textil nacida en Sabadell en diciembre de 2004. La fundación, creada por Josep Casamartina i Parassols y Anna M. Casanovas, tomó su nombre en homenaje al escritor Joan Perucho y su novela Les històries naturals, ambientada en la Cataluña del siglo XIX.
Actualmente, la colección supera las 6.000 piezas, entre vestidos, complementos, tejidos, dibujos, fotografías, objetos y documentos, que se conservan en su sede en la calle de Gràcia, 52, de Sabadell.
Durante la sesión histórica fotográfica, la Reina posó con la diadema -que no tiara, ya que en España no se utiliza este término- de la Flor de Lis y la banda de la Orden de Carlos III. Finalmente, Leibovitz decidió romper con esta idea y optó por que Letizia apareciera sin estos atributos aunque sí con otras joyas. El vestido, desde el principio, iba a ser ese: Balenciaga. El Rey también lució chaqué y frac, pero Leibovitz optó por el uniforme militar con banda y fajín.
En el plano de las joyas, la reina Letizia llevó los pendientes de chatones, un regalo de Alfonso XIII a la entonces princesa Victoria Eugenia de Battenberg. La pieza más impresionante del retrato es el collar, también parte del “lote de pasar”, un grupo de joyas que la citada soberana estipuló que debían pasar de reina a reina. De este collar existen varias versiones —una de ellas, con infinidad de brillantes—, pero parece que Letizia lleva el más pequeño, compuesto sólo por 27 diamantes. Lo lució por primera vez durante la entronización de Naruhito (64) en Japón.
El deseo cumplido de Leibovitz
El rey Felipe lució uniforme de gala del Ejército de Tierra. David Morales EL ESPAÑOL
“Annie Leibovitz es una de las grandes retratistas contemporáneas. Recibió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 2013, otorgado por los entonces príncipes Felipe y Letizia. Esto fue un detalle determinante. Su deseo, desde que los conoció, era realizar estos retratos. Leibovitz ha tenido absoluta libertad: desde el escenario, barajando incluso hacerlo en el exterior del Palacio Real, hasta el atuendo”, comentó a Yolanda Romero, comisaria de la exposición y conservadora de la colección de pintura del Banco de España.
La artista ha renovado el concepto de retrato: sus imágenes son pictóricas y evocan el estilo del Velázquez retratista, con una ambientación inspirada en el Salón de Gasparini. Leibovitz estudió retratos previos, como los de los reyes Juan Carlos I y Sofía de Grecia, realizados por Carmen Laffón.
La reina Letizia lució un vestido de alta costura de Cristóbal Balenciaga. David Morales EL ESPAÑOL
Felipe y Letizia, que son grandes admiradores de Leibovitz, destacaron su capacidad artística. Según el monarca, la fotógrafa es “universal” y desarrolla su obra con una “intensidad estética extraordinaria” y convierte sus trabajos en imágenes “escultóricas y llenas de belleza”.
La sesión fotográfica tuvo lugar el 7 de febrero, una fecha significativa y triste para la reina Letizia, pues se cumplían 17 años del inesperado fallecimiento de su hermana pequeña, Érika Ortiz. Tal vez por ello eligió el tono azabache para su vestido: elegante, distinguido, exquisito. También la lluvia decidió aparecer aquel funesto día de febrero de 2007.
Durante casi cinco horas, desde las 11:00 hasta las 16:00 horas, los Reyes posaron ante el divino objetivo de Leibovitz, quien disparó cientos de fotografías junto a su equipo de cinco personas llegadas desde Connecticut. “La Reina llegó un poco antes que el Rey y el ambiente fue distendido, ya que se conocían, y aunque la sesión fue intensa, también fue tranquila”, indicó Romero. “Annie Leibovitz es muy meticulosa, hizo muchas pruebas y ha elegido hasta los marcos”, recuerda Romero quien explica que se barajaron varios escenarios, incluso en los exteriores del Palacio Real, pero que la fotógrafa quedó impresionada con la sala en la que finalmente decidió inmortalizar a los Reyes.
Los retratos, al detalle
Detalle de la capa fucsia de la reina Letizia. David Morales EL ESPAÑOL
Las fotografías, de gran tamaño -223,52 x 170,18 centímetros cada una-, muestran a los Reyes con la pompa, el boato y el esplendor palaciego característicos de la estirpe Borbón.
“Annie Leibovitz ha sabido recoger la tradición del retrato institucional español“, destacó Yolanda Romero. Este díptico de los Reyes es el primer retrato realizado con fotografía que formará parte de la colección del Banco de España, la cual refleja su historia desde su creación en 1782, por iniciativa del rey Carlos III, como el Banco de San Carlos.
Los retratos de Sus Majestades estarán expuestos en la galería real junto a obras icónicas como el retrato de Carlos III realizado por Goya; el de Carlos IV, por Mariano Salvador Maella; el de Isabel II, por Federico de Madrazo; el de Alfonso XIII, pintado por José Villegas y Cordero; y, más recientemente, el de los reyes Juan Carlos I y Sofía, obra de Carmen Laffón.
Detalle del retrato del rey Felipe VI. David Morales EL ESPAÑOL
El coste de estos retratos asciende a 136.000 euros, realizados con motivo del décimo aniversario del reinado de Felipe VI, celebrado el pasado 19 de junio, así como los 20 años de matrimonio de los Reyes, conmemorados el anteriormente citado 22 de mayo. El contrato con la fotógrafa también incluyó el retrato del anterior gobernador del Banco, Pablo Hernández de Cos, con un coste de 97.000 euros, presentado en el mismo acto.
El díptico de Sus Majestades podrá verse en la exposición La tiranía del Cronos, que estará abierta al público del 27 de noviembre al 29 de marzo de 2025, previa reserva de invitaciones, en la sala de exposiciones del Banco de España. El resultado final: un díptico monumental, digno de unos reyes como Felipe y Letizia, que con su trabajo diario y compromiso han devuelto el prestigio a la Corona de España.