Una administradora de empresas y coordinadora de cátedra del Instituto Cultural Dominico Americano instó a las mujeres emprendedoras a no claudicar al momento de emprender un proyecto empresarial ante las adversidades que se presenten a corto plaza.
La experta Karol Felipe Gómez recordó que en la vida todos los inicios son difíciles, pero que cuando eso ocurre aumentar la confianza, la insistencia y perseverancia juegan un papel clave para alcanzar éxito a largo plazo cuando se articula una pequeña o microempresa.
“Las emprendedoras deben creer en ellas porque ese es su poder para impulsar cualquier meta o proyecto empresarial que genere recursos económicos y garantice su independencia financiera”, afirma la licenciada Gómez.
Sostuvo que cuando se articula una empresa por primera vez “hay una lucha constante de fe y propósitos que nos envuelve, por lo que considero que creer en uno mismo es muy importante para materializar los sueños como emprendedora”.
Exhortó a las mujeres emprendedoras a acercarse a las personas que confían en sus proyectos empresariales para contribuir a potencializarlos para que perdure en el tiempo.
Manifestó que para ser una mujer de negocios se requiere tener vocación de servicios y la capacidad de detectar los nichos que contribuyan suplir necesidades demandadas por la población.
“Hay que tener una visión a futuro porque no solo es tener esa idea o propósito con el que tú quieres a través de tus servicios suplir necesidades, sino también tener esa visión de que tendrá éxitos en el futuro”, agregó.
Añadió que el emprendimiento tiene varias etapas que en primera instancia pueden conllevar a la desmotivación porque no se ven los resultados esperados por lo que hay que mirar largo plazo.
Resaltó las aristas de los proyectos sociales para ayudar a la sociedad ofreciendo bienes o servicios para impactar de manera económica, cuidando el medio ambiente.
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“Cuando tenemos ideas de negocios debemos pensar en esas tres aristas que mi producto servicios que esté ofreciendo no solamente impacte económicamente a la sociedad, generando empleos, sino que contribuya a suplir esa necesidad protegiendo el medio ambiente”, puntualizó.
“Puede ser un producto que sea amigable o igualmente que no dañe tanto al medio ambiente, no solamente en temas de empaques cambiando el plástico por vidrio, pero garantizando que no sean tóxicos para el medio ambiente”, dijo.
Recordó que hace una década los proyectos sociales no eran rentables y que sin recursos, no era posible operar. Sin embargo, asegura que en la actualidad se ha convertido en una ventaja competitiva debido a que los consumidores cada día están más informados del alcance que pueden tener sus compras y su impacto positivo.
Afirma que una empresa social es aquella que, así como cualquier otra que oferta bienes y servicios que buscan solucionar las necesidades y los principales problemas de un grupo de personas lucrándose en el proceso, y a medida que crecen, ayudan a más gente.
“Este tipo de organizaciones traen muchos beneficios al desarrollo de los países por sus intenciones marcadas de producir una mejora en la sociedad, en la economía y en el medioambiente”, añadió.
Reprochó que el modelo de negocios tradicional ni siquiera incluye una forma de ser socialmente responsables como empresa con el medio ambiente y sus recursos naturales.
Un apunte
Como sería
“Este tipo de organizaciones traen muchos beneficios al desarrollo de los países por sus intenciones marcadas de producir una mejora en la sociedad, en la economía y en el medioambiente”, añadió.
Reprochó que el modelo de negocios tradicional ni siquiera incluye una forma de ser socialmente responsables como empresa con el medio ambiente y sus recursos naturales.