El Observatorio de rayos X Chandra de la NASA ha conseguido la imagen más detallada de un jet relativista que se desprende del disco de acreción de un agujero negro. Sin embargo, los científicos a cargo del estudio están desconcertados. En la fotografía obtenida se muestra cómo la columna de materia expulsada ha impactado con un objeto desconocido de cientos de años luz de largo.
El agujero negro se encuentra en Centaurus A (Cen A), una de las galaxias más brillantes que se pueden observar desde la Tierra. Esta se encuentra a entre 10 y 11 millones de años luz de distancia. Es famosa por tener un núcleo galáctico activo, una clara señal de que alberga un fenómeno gravitacional supermasivo alimentándose de la materia a su alrededor. El chorro o jet que expulsa debido a la tensión magnética está compuesto de partículas subatómicas de alta energía que viajan a velocidades cercanas a la luz.
El sistema V4641 Sagittarii dentro de la Vía Láctea emitió una ráfaga de energía solo equiparable a la de los cuásares asociados a los agujeros negros supermasivos.
Los chorros de partículas que acompañan a algunos agujero negros se pueden extender por cientos de años luz de distancia. No son visibles para el ojo humano, pero aparecen en cuanto se analiza el cielo bajo el espectro de rayos X. Con instrumentos avanzados como Chandra, los científicos de inmediato se percatan cuando un objeto se interpone en el camino de los chorros de partículas subatómicas.
C4, el misterioso objeto en forma de “V”
Una parte del jet de Cen A ha coincidido con un destello en forma de “V” que la NASA describe como un parche de emisión conectado a una fuente brillante de rayos X. El evento, en sus propias palabras, no se había visto antes en esa galaxia. La misteriosa V de Cen A de momento se llama C4. Cada uno de sus brazos mide 700 años luz de largo.
El objeto está muy lejos para que los científicos puedan describir con precisión su naturaleza dadas las observaciones actuales. Con todo, los investigadores tienen una idea de qué es lo que puede ser. Su mejor suposición es que son emisiones de una estrella masiva navegando sola o con una compañera. “Los rayos X de C4 podrían ser causados por la colisión entre las partículas en el chorro y el gas en un viento que sopla lejos de la estrella. Esta colisión puede generar turbulencias, provocando un aumento de la densidad del gas en el chorro. Esto, a su vez, enciende la emisión de rayos X que se ve con Chandra”, afirma la NASA.
Hay precedentes de otros eventos de choques de chorros y estrellas supermasivas dentro de Cen A. Sin embargo, esta es la primera vez que se encuentran con un objeto con esa forma tan peculiar. “Chandra es el único observatorio de rayos X capaz de ver esta característica. Los astrónomos están tratando de determinar por qué C4 tiene esta apariencia diferente después del contacto, pero podría estar relacionado con el tipo de objeto que golpea el chorro o con qué tan directamente lo golpea”, concluye la agencia espacial.