Una dieta de proteínas de origen vegetal en lugar de animal, puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y coronarias. Un estudio de Harvard muestra cómo esta fuentes de proteínas tiene un efecto preventivo en la salud del corazón.
Una dieta equilibrada con todos los nutrientes importantes, incluidas las proteínas, es crucial para la salud, pero no todas las fuentes de proteínas tienen el mismo efecto positivo. Un estudio actual de Harvard muestra que una mayor proporción de proteínas vegetales puede reducir significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares y coronarias.
Las proteínas son nutrientes esenciales compuestos de aminoácidos. Las proteínas animales suelen contener todos los aminoácidos esenciales, mientras que las proteínas vegetales también aportan fibra, grasas saludables y sustancias vegetales secundarias.
En consecuencia, una dieta que dependa más de proteínas vegetales que animales puede reducir significativamente el riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) y enfermedad coronaria (CHD). Así lo demuestra un extenso estudio realizado por la Escuela de Salud Pública T. H. Chan de Harvard. Por primera vez se examinó cómo la proporción entre proteínas vegetales y animales influye en la salud del corazón.
El consumidor medio consume proteínas vegetales y animales en una proporción de 1:3. “Nuestros resultados sugieren que una proporción de al menos 1:2 es mucho más efectiva para prevenir enfermedades cardiovasculares”, explica la autora principal Andrea Glenn, becaria postdoctoral en la Escuela Chan de Harvard y profesora asistente en el Departamento de Nutrición y Estudios Alimentarios de New York. Universidad de York.
“Para prevenir la enfermedad de las arterias coronarias, se debe obtener una proporción de 1:1,3 o superior de origen vegetal”.
Promover alternativas basadas en plantas
Según los investigadores, los efectos positivos se deben principalmente a que las carnes rojas y procesadas se sustituyen por proteínas vegetales como frutos secos, legumbres o productos integrales. Las proteínas vegetales también proporcionan fibra valiosa, antioxidantes y grasas saludables, que en conjunto mejoran los factores de riesgo cardiometabólico, como los lípidos en sangre y los marcadores inflamatorios.
“La mayoría de nosotros necesitamos comenzar a cambiar nuestra dieta a proteínas de origen vegetal”, dice el autor principal Frank Hu, profesor Fredrick J. Stare de Nutrición y Epidemiología en la Escuela Chan de Harvard. “Podemos lograr esto comiendo menos carne, especialmente carnes rojas y procesadas, y comiendo más legumbres y nueces. Este patrón dietético es beneficioso no sólo para la salud humana, sino también para la salud de nuestro planeta”.
Sin embargo, se necesitan nuevas recomendaciones nutricionales y educación pública para promover un cambio sostenible.
Análisis de datos a largo plazo
La investigación se basa en datos de casi 203,000 personas que fueron encuestadas periódicamente sobre su dieta y estilo de vida durante 30 años. Durante este tiempo, se documentaron más de 16,000 eventos cardiovasculares, incluidos más de 10,000 casos de enfermedad coronaria y 6,000 accidentes cerebrovasculares.
El análisis muestra que los participantes con una mayor proporción de proteínas vegetales tenían un 19 % menos de riesgo de ECV y un 27 % menos de riesgo de enfermedad coronaria. Aquellos que también consumieron más proteínas en general (21 % de la ingesta calórica) se beneficiaron aún más de este efecto: los riesgos de ECV y CHD se redujeron en un 28 % y un 36 %, respectivamente.
Curiosamente, el estudio no encontró una relación directa entre las proporciones de proteínas y el riesgo de accidente cerebrovascular. Sin embargo, también se produjo un efecto positivo cuando la carne roja se sustituyó por alternativas de origen vegetal.
Recomendaciones para la práctica
Los investigadores sugieren poner mayor énfasis en la proporción de proteínas vegetales y animales en la dieta. Un enfoque sencillo es sustituir las harinas cárnicas con mayor frecuencia por alternativas de origen vegetal. Los frutos secos y las legumbres son especialmente adecuados porque tienen una alta densidad de nutrientes.
Aunque los resultados son estimaciones, la evidencia es lo suficientemente sólida como para ajustar las recomendaciones nutricionales. Los estudios futuros deberían aclarar cómo se pueden perfeccionar estos hallazgos, por ejemplo con respecto al riesgo de accidente cerebrovascular o la proporción óptima de proteínas para diferentes grupos de población.
El estudio señala los beneficios de una dieta basada en plantas para la salud del corazón. La sustitución selectiva de proteínas animales por alternativas de origen vegetal no sólo reduce el riesgo para la salud individual, sino que también contribuye a la sostenibilidad. Esto significa que los cambios en la dieta pueden tener un impacto mucho más allá del nivel personal.
Referencia de la nota:
Glenn, A. J., Wang, F., Tessier, A.-J., Manson, J. E., Rimm, E. B., Mukamal, K. J., Sun, Q., Willett, W. C., Rexrode, K. M., Jenkins, D. J. A., & Hu, F. B. (2024): Dietary plant-to-animal protein ratio and risk of cardiovascular disease in 3 prospective cohorts. The American Journal of Clinical Nutrition, 120, 6, 1373–1386.