Iglesia es asaltada y pastor es agredido en India – Puertas Abiertas

La esposa de Laxman estaba enferma. Moribunda. Desesperado, Laxman, un hindú devoto en India, la llevó a una iglesia y pidió a alguien que orara. Este fue el comienzo de una historia extraordinaria y el momento en que su vida cambió para siempre. “Mi esposa fue sanada con solo una oración. Comprendí el poder de este Dios y me determiné a difundir este mensaje”, dijo.

Laxman estudió Teología y comenzó una iglesia, y cosas increíbles comenzaron a suceder. “Las personas venían a los cultos y eran liberadas de sus adicciones, como el alcohol y el cigarro”, cuenta. Otros, incluido el hijo recién nacido de Laxman, fueron sanados de enfermedades. La iglesia pasó de tres personas a cientos. Pero esta vibrante y fructífera comunidad estaba siendo observada.

India es la mayor democracia del mundo y la nación más poblada del planeta. Pero es el 11º lugar más peligroso para ser cristiano, y hay una tendencia preocupante de empeoramiento en la persecución y violencia. Por todo el país, los extremistas hindúes ven al cristianismo como una amenaza. Creen que los indios deben ser hindúes y amenazan a cristianos y otras minorías con intolerancia, discriminación y violencia. (La ideología nacionalista radical de los extremistas hindúes se conoce como hindutva).

En el estado donde vive Laxman, existen leyes para impedir la conversión forzada a otra religión que no sea el hinduismo. Estas leyes anticonversión son ampliamente mal utilizadas, por lo que los cristianos que comparten su fe a menudo son acusados de un crimen.

“Los extremistas me acusaron de engañar a las personas para que se convirtieran usando dinero. Escuché que si continuaba con mi ministerio, sería enterrado vivo”, dijo Laxman. Un miembro de su iglesia fue coaccionado a firmar un papel en blanco. Esto se utilizó para crear una declaración falsa, diciendo que el cristiano fue engañado para convertirse al cristianismo. Esta “evidencia” era exactamente lo que los extremistas necesitaban.

“Estaba dirigiendo un culto de oración y la policía llegó. Me agredieron, me tomaron del cuello y me golpearon con bastones. Pensé que los habitantes del pueblo me salvarían, pero nadie apareció. La policía me metió en prisión, me torturó y se burló de mí. Le pedí al Señor: ‘¿Qué haré ahora?’”, recuerda Laxman, con lágrimas en los ojos.

Después de seis días en prisión, el pastor fue liberado. El edificio de su iglesia estaba en ruinas, destruido por los extremistas. Los cristianos estaban aterrorizados, con demasiado miedo para reunirse. Sin reuniones en la iglesia, Laxman perdió sus ingresos. Ahora, está bajo constante vigilancia, y la policía invade su casa siempre que quiere. Es una situación desesperada, pero Laxman persiste. Se encuentra secretamente con un grupo de otros cristianos y confía en el Señor. “Dios prometió que estaría conmigo”.