La pobreza alimentaria pone de manifiesto, según una reciente investigación, los peligros de la mala alimentación en el embarazo.
Publicado por Pilar Fonseca
Periodista especializada en maternidad, infancia y crianza
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La pobreza alimentaria, también conocida como inseguridad alimentaria, representa un desafío importante para muchas mujeres embarazadas en todo el mundo. Esta condición, definida como la dificultad para acceder a alimentos asequibles y nutritivos, tiene implicaciones devastadoras tanto para la salud física como mental de las futuras madres y sus bebés y se relaciona con algunos de los problemas de salud que podrías sufrir durante el embarazo con más frecuencia.
Según estudios recientes, las mujeres embarazadas que enfrentan inseguridad alimentaria tienen hasta cuatro veces más probabilidades de experimentar problemas de salud mental y enfrentan mayores riesgos de complicaciones durante el embarazo.
El equipo de investigadores de las universidades de Newcastle, Teesside y King’s College London destaca que las medidas actuales, como el uso de bancos de alimentos, no son suficientes para abordar las causas profundas de la inseguridad alimentaria. Los expertos insisten en que se necesita un mayor apoyo financiero y político para garantizar que las mujeres embarazadas y sus bebés estén protegidos porque es importante tener en cuenta lo que debe comer una embarazada trimestre a trimestre para garantizar realmente la salud tanto de la madre como del futuro bebé.
Además, llaman a realizar más investigaciones en países como el Reino Unido, donde los datos sobre la relación entre inseguridad alimentaria y embarazo son limitados.
Cómo afecta la inseguridad alimentaria en el embarazo
La inseguridad alimentaria ocurre cuando las personas no pueden acceder regularmente a alimentos suficientes o de calidad. Esto lleva a que muchas mujeres embarazadas recurran a opciones más económicas pero menos nutritivas, lo que impacta directamente en su bienestar y en su salud y la del futuro bebé.
Según una investigación liderada por la Universidad de Newcastle, el aumento en los precios de frutas y verduras ha forzado a muchas familias a depender de productos ultra procesados, con alto contenido calórico pero poco valor nutricional, lo que complica poder llevar una dieta saludable durante el embarazo a pesar de que sea muy necesaria.
Nicola Heslehurst, profesora de Nutrición Maternoinfantil en la Universidad de Newcastle, señala que como científicos saben perfectamente “lo importante que es para las mujeres embarazadas consumir una dieta nutritiva y equilibrada para su propia salud y la de su bebé en desarrollo. La inseguridad alimentaria afecta gravemente esta calidad dietética” a pesar de la necesidad de cuidar la alimentación en el embarazo incluso como medida preventiva de posibles afecciones posteriores tanto de la madre como del futuro hijo.
Impacto en la salud mental y física
La profesora de Nutrición Maternoinfantil en la Universidad de Newcastle, como participante de este estudio señala que aunque “esperábamos ver algunos riesgos para la salud durante el embarazo, el alcance de los que encontramos fue bastante impactante, especialmente en lo que respecta a la salud mental, la obesidad y la diabetes del embarazo.”
Unos resultados que para estos científicos plantean inevitablemente “implicaciones a largo plazo, como que las madres y sus hijos tengan más probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 más adelante” a lo largo de sus vidas.
“Nuestros estudios aportan nueva evidencia de las desigualdades en los riesgos del embarazo para las mujeres y los bebés cuando no hay acceso a alimentos asequibles, nutritivos y saludables, y la necesidad de más apoyo para ayudar a reducir el impacto de la inseguridad alimentaria”, añade esta investigadora.
Los estudios publicados en revistas como PLOS Medicine y Obesity Reviews revelan que las mujeres embarazadas en situación de pobreza alimentaria tienen:
- Mayor riesgo de problemas de salud mental: Ansiedad, depresión y estrés son significativamente más comunes.
- Obesidad y diabetes gestacional: Estas condiciones están relacionadas con dietas poco saludables y tienen efectos a largo plazo, aumentando el riesgo de diabetes tipo 2 tanto para la madre como para el bebé.
- Problemas dentales: La falta de acceso a alimentos ricos en nutrientes esenciales afecta la salud bucodental.
Abordar este problema es fundamental para romper el ciclo de desigualdad y garantizar un mejor comienzo de vida para los bebés. La evidencia es clara: sin alimentos nutritivos y accesibles, las embarazadas enfrentan riesgos innecesarios que podrían prevenirse con apoyo adecuado y políticas integrales.
Y estos riesgos no solo afectan la calidad de vida durante el embarazo, sino que también tienen repercusiones en el desarrollo del bebé y su salud futura.
Desigualdad en los riesgos del embarazo
La inseguridad alimentaria es una realidad cada vez más común en los países de ingresos altos, especialmente tras crisis como la financiera de 2008 y la pandemia de COVID-19.
En el Reino Unido, por ejemplo, más de una cuarta parte de los hogares con niños pequeños sufren inseguridad alimentaria. Este problema afecta desproporcionadamente a las familias con tres o más hijos.
Cuando las familias enfrentan esta situación, se ven obligadas a priorizar otros gastos como alquiler, calefacción y facturas, dejando un presupuesto muy limitado para alimentos. Esta situación de estrés financiero agrava aún más los problemas de salud mental de las madres.
“Cualquier medida de emergencia temporal para abordar la inseguridad alimentaria, como el uso de bancos de alimentos, no resolverá los problemas sociales y económicos subyacentes. Necesitamos mucho más apoyo financiero del Gobierno para garantizar que las mujeres y los bebés estén protegidos de la inseguridad alimentaria durante el embarazo”, destacan los investigadores.
Aunque las soluciones a largo plazo requieren cambios estructurales, hay medidas inmediatas que podrían ayudar:
- Ampliar el acceso a ayudas económicas: Políticas públicas que garanticen ingresos adecuados para las familias.
- Educación nutricional: Proveer información práctica sobre cómo maximizar el valor nutricional con presupuestos limitados.
- Apoyo comunitario: Fortalecer programas locales de alimentación y acceso a productos frescos.
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