Ester Navarrete, de la enfermería al maratón olímpico: “Desde que soy madre, no pongo tantos peros al entrenar”

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Ester Navarrete (Vigo, 1990) llegó tarde a la élite después de muchos años en la crema del fondo en pista nacional, pero sin dar el gran salto. Tuvo que ser en la carretera. Cuando descubrió la ruta, y cuánto podía valer en una maratón, cuando solicitó suspensión de llamamientos en su puesto de enfermera para apostarlo todo al atletismo, correr en 2:24:40 h en su debut en maratón y ganarse un sitio en los Juegos Olímpicos de París al ser la campeona de España el pasado febrero en Sevilla.

Runner’s World: ¿Te imaginabas hace un año ir a los Juegos Olímpicos?

Ester Navarrete: Hace un año yo estaba entrenando para un 5.000 y para un 10.000, y nunca me lo había planteado. Me sentía muy cómoda en esas distancias. Preparar una maratón sí que había estado en mi mente, pero tenía pensado dentro de unos años, no tan pronto.

¿Cómo fue la experiencia de París?

Tengo un sabor agridulce. Llevaba una preparación mejor que la de Sevilla y no se ha visto reflejado en la maratón. He pasado momentos malos, anímicamente me encontré muy bien. En el kilómetro 19 empecé a sentirme mal y hasta el 25 no me recompuse, y ahí ya disfruté. Antes sufrí muchísimo, creo que me dio un corte de digestión, porque sentí mucho frío, vomité dos veces y luego me recuperé.

Quedaste la 42, con 2:32:07 h, 24 puestos mejor que tu marca.

Mejoré mi ranking de salida. Me quedo con eso. Hay que ver las circunstancias. Hay que analizar con calma, porque no siempre es 1+1.

¿Cuándo decidiste dejar tu trabajo de enfermera para centrarte al 100% en ser atleta?

Fue el pasado diciembre. El verano anterior me lo estaba planteando, pero después de hacer 1:09 h en la media maratón de Valencia [su tercera vez en los 21 kilómetros] decidimos centrarnos en preparar la maratón. Mi representante, mi familia y mi entrenador me apoyaron mucho, me decían que era año olímpico y una gran oportunidad.

¿Tenías claro que valías tanto en la ruta?

Yo me encontraba muy cómoda con los entrenamientos de la pista porque no metía muchos kilómetros, lo veía más fácil, y tenía mucho respeto a doblar sesión, a aumentar el kilometraje, a la recuperación… y eso que a más distancia me sentía mucho mejor, pero sin imaginar que podía llegar a esto.

Y nunca habías pasado de 100 kilómetros a la semana.

No. Cuando empezamos con la preparación de la media maratón en agosto del año pasado fue cuando subimos hasta 130 kilómetros, y fue bien. Después, respondía bien, y para la maratón ya llegamos a 160.

¿Cómo preparaste las dos medias maratones anteriores?

Hice dos medias sin prepararlas. Y en una estaba preparando los 1.500 metros, con entrenamientos muy diferentes: algo muy rápido, muy corto, demasiado explosivos para una media. Me sentí muy bien en esa media, pero nunca me centré en ella. Fue como un entrenamiento de maratón.

¿Te arrepientes de no haber saltado antes al maratón?

No, me arrepiento de no haber conseguido mejor marca en el 10.000 y en el 5.000, porque sé que valgo mucho menos. A veces preparas tanto una cosa y nunca sale el momento para hacer esa marca.

Casi 30 años sin que cayera el récord de España y ahora todo el mundo baja de 2:26h. ¿Cómo explicas esta explosión del maratón femenino en España?

Creo que hay varios factores. Sobre todo, la zapatilla, que ha mejorado mucho; y la suplementación, que es muy importante. También se ha avanzado mucho en la recuperación, el descanso, la nutrición, y después está la competitividad entre nosotras. Si ves a una compañera de tu nivel que lo hace, dices: ‘Yo creo que puedo llegar hasta allí’.

Háblame de las zapatillas. ¿Cuáles usas y cómo te ayudan?

Mis zapatillas favoritas para competir son las Puma Deviate Nitro Elite 3, que me encantan porque tienen una placa de carbono que da una gran propulsión y una gran efectividad, una espuma que es increíble, la Nitro Foam, que ayuda mucho a su energía de retorno y después de tanto esfuerzo y tanta fatiga muscular no lo notas tanto, no llega tan rápido, y sobre todo te recuperas para seguir al día siguiente con los entrenamientos, que para mí es primordial. Y luego está su ligereza y un tejido transpirable, que para competir es importante.

Las PUMA DEVIATE NITRO ELITE 3 son sus zapatillas favoritas para competir porque “tienen una placa de carbono que da gran propulsión y efectividad”.

¿Cómo cambió tu preparación para el Maratón de Sevilla?

Veníamos de muy poco volumen y teníamos mucho miedo de meter demasiados kilómetros y que el cuerpo se resintiera y llegara una lesión, una fatiga o una anemia. Quisimos ser prudentes y subir el volumen muy poco a poco. No fuimos con mucho volumen, sí con buenos ritmos. Subimos los kilómetros poco a poco y el cuerpo respondía superbién, y así fue cuando dije: ‘Esto es para mí’. Llegué a hacer 160 kilómetros, que para mí era una barbaridad viniendo de no llegar a 100 y teniendo un niño. Sacaba tiempo de donde no lo había.

¿Y tus tiradas largas?

Llegué a las 2 horas y 10 minutos. Y también me gustó. Todos me decían que iba a ser lo más duro de preparar una maratón, y lo llevé bastante bien y concienciada de que tenía que sufrir mucho.

¿Cambió algo en tu preparación olímpica respecto a Sevilla?

Seguimos con el mismo entrenamiento, el mismo plan, pero sí metimos más fuerza y cuestas sabiendo que sería una maratón muy dura, el circuito rompepiernas que fue. En junio fuimos a verlo. También incrementamos un poco más los kilómetros, hasta 170.

¿Cómo cambió tu vida desde que dejaste la enfermería para centrarte al 100% en el atletismo?

Mucho. Estoy más tranquila, porque antes iba muy estresada a todos lados, tenía miles de cosas y ahora puedo dedicarle más a lo que me gusta. Lo necesito para rendir al 100%, porque ahora soy profesional y con el patrocinio de Puma tengo mucha seguridad. Me levanto antes que mi hijo para hacer cosas en casa y un poco de movilidad. Después lo llevo a la guardería y allí se queda toda la mañana mientras entreno en primera sesión. Come con nosotros y dos o tres días doblo sesión y se queda con mis padres. Tengo la suerte de que mi familia me apoya mucho. Cuando salgo de entrenar, voy rápido a por él, le ducho y a dormir. Y así todos los días.

¿Y os deja descansar después de un día de entrenamientos?

Depende. Mi prioridad es él, y después el resto. Si un día está malo, tengo que cambiar mis planes y estar con él. De todas las maneras, ser madre me ha hecho ser más organizada, más ordenada, más eficaz en muchos aspectos. No sé cómo lo hago, pero me da tiempo a hacer muchas más cosas que antes.

A nivel físico, ¿la maternidad te ha supuesto algún cambio?

Más bien mental. No pienso tanto en los entrenamientos y puedo con más cosas de las que podía antes. No pienso tanto, hago el entrenamiento y punto; no pongo tantos peros como antes. Tengo ese tiempo y lo aprovecho.

Los 4 pilares de Ester Navarrete

1. Manolo Vigo. El entrenador que le ha acompañado 15 años.
2. Su hijo. Para estar con él no se concentra fuera de Vigo.
3. Constancia y perseverancia.
4. Las zapatillas PUMA DEVIATE NITRO ELITE 3, que le ayudan a recuperarse, entrenar más y correr rápido.

¿Qué consejo le darías a una corredora popular que se convierte en madre y que igual se olvida un poco del deporte por falta de tiempo?

El deporte hay que hacerlo, es importante para sentirse bien. En el momento en que podía lo aprovechaba. Era mi hora de desconexión, de desestresarme y me ha venido muy bien. He disfrutado en todo este proceso y es cuando he conseguido las cosas, disfrutando.

¿Cuánto tardaste en hacer deporte después del parto?

Tras dos semanas ya estaba haciendo máquinas y elíptica, pero tardé casi tres meses en correr. El fisio dijo: ‘No tenemos prisa, tranquila’.

Otro aspecto habitual en los fondistas son las concentraciones en altitud, pero tú no las haces.

Me encantaría hacerlas. Lo tengo en mente para cuando pueda, pero ahora creo que sería perjudicial para mi salud mental. No me podría llevar a mi hijo a centros como Sierra Nevada o Font Romeu y tendría la cabeza en él y en que me lo estoy perdiendo durante los entrenamientos y en pensar si estaré haciendo lo correcto, así que me quedo en Vigo.

¿Cuáles dirías que son tus mayores cualidades?

Soy muy constante y perseverante, como una hormiguita que cada día trabaja y no me cuesta.

¿Y defectos?

Soy muy extremista, o todo o nada, y a veces necesito a alguien que me haga ver que hay más cosas entre el blanco y el negro, que me abra los ojos. Eso a veces me lleva al fracaso o a querer ser más ambiciosa. Por ejemplo, quiero hacer la maratón y hacer 2:25h, y si no, no me vale. En vez de pensar que será mi primera vez, que voy a disfrutar y que 2:30h es una buena marca, pienso que o 2:25h o no lo quiero. Eso puede ser bueno, pero también frustrante.

En Sevilla, además, te fallaron las liebres y tuviste que correr sola mucho tiempo.

Sí, pasamos los primeros 10 kilómetros mucho más rápido de lo que pensamos, y las liebres ya no las encontramos. Tuve la suerte de que estaba Meritxell Soler con su pareja en un ritmo muy bueno y otra chica portuguesa [Solange Jesus] de Puma, y nos fuimos ayudando todas hasta que salió la marca. Y aun así siempre quieres más. Dices: ‘Si hubiese hecho esto en este momento’… Siempre inconformista.

¿Cuánto crees que vales en maratón?

Yo creo que valgo menos. 2:23h, siendo ambiciosa.