Desde hace algunos meses, los físicos sospechan que la energía oscura se está debilitando. En la última reunión de la Sociedad Estadounidense de Física, celebrada en California, se ha presentado un nuevo reporte que sustenta esa hipótesis. La idea es, cuando menos, inquietante. La fuerza de la energía oscura en el universo es una de las pocas “certezas cosmológicas” que tiene la ciencia. Gracias a esa enigmática energía, el universo se expande cada vez más rápido, a una tasa aproximada de 70 kilómetros por segundo por megaparsec (un pársec equivale a 3.26 millones de años luz).
La base de datos más reciente del proyecto DESI (Instrumento Espectroscópico de Energía Oscura) permitió a los físicos encontrarse con un nuevo rompecabezas cosmológico. Este consta de tres años de observaciones realizadas desde el Observatorio Nacional de Kitt Peak, en Arizona. La avanzada tecnología de fibras ópticas del instrumento permite medir cómo los objetos en el cielo se alejan de nosotros mediante el fenómeno del corrimiento al rojo (redshift, en inglés).
Hasta ahora, el proyecto DESI ha catalogado aproximadamente 18.7 millones de objetos, entre estrellas, galaxias y cuásares. Con los datos se creó un mapa tridimensional del universo visible que permite medir con mayor precisión su tasa de expansión. Los nuevos resultados son, en palabras de los científicos portavoces del proyecto, sumamente intrigantes. La expansión del cosmos sigue acelerando, pero a menos velocidad que antes y no hay explicación para ello.
Las diferencias en las mediciones de la constante de Hubble revelan “lagunas en la comprensión de la física”
No es la primera vez que se registra un cambio en la tasa de expansión del universo. Según el modelo cosmológico actual, hasta hace aproximadamente 5,000 millones de años, la energía oscura “pisó el acelerador” en la expansión. Antes de ello, el universo pasó por un periodo de latencia, y en el principio, ocurrió el evento de inflación cósmica, el cual duró menos de un segundo. Esta reciente y aparente pérdida de energía presenta una nueva etapa en el comportamiento del universo.
“Es emocionante pensar que podríamos estar a punto de realizar un descubrimiento importante sobre la energía oscura y la naturaleza fundamental de nuestro universo”, contó Alexie Leauthaud-Harnett, coportavoz del proyecto DESI.
La necesidad de actualizar el modelo cosmológico
Aunque impactantes, los nuevos datos no contradicen el modelo cosmológico actual. Los físicos coinciden en que los resultados deben interpretarse bajo el principio de parsimonia: la explicación más sencilla suele ser la correcta. Las mediciones de DESI son altamente precisas (antes, se señaló la posibilidad de un error de calibración en los instrumentos). Además, debido a la naturaleza desconocida de la energía oscura, es probable que otros elementos aún no identificados estén influyendo en su comportamiento. El universo es más complejo de lo que se estima actualmente, y eso es algo que los científicos aceptan.
Hasta ahora, el modelo cosmológico ha funcionado. Los físicos detrás de DESI opinan que quizá es tiempo de modificarlo para que se adapte a los nuevos descubrimientos. “Cada vez parece más probable que necesitemos modificar nuestro modelo estándar de cosmología para que estos diferentes conjuntos de datos tengan sentido en conjunto, y la energía oscura en evolución parece prometedora”, señaló Will Percival, otro coportavoz de DESI.
Un vistazo a dos bases de datos, una de la infancia del universo y otra de su posición actual, reveló que el cosmos tiene una estructura diferente de la que se deduce de los modelos actuales.
En cuanto a la verdadera naturaleza de la energía oscura, existen varias teorías bajo evaluación. Algunas sugieren que, al igual que otras fuerzas fundamentales, la expansión del universo podría estar mediada por partículas similares a los gluones, fotones y bosones. Otras hipótesis apuntan a fluctuaciones cuánticas en el vacío, cuya presión negativa impulsaría la separación entre galaxias.
Por ahora, el proyecto DESI es una de las herramientas más importantes de la ciencia para abordar el misterio de la energía oscura. Lleva tres años en funcionamiento, pero su objetivo es completar un mapa en cinco años con un total de 50 millones de galaxias.