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El equipo del presidente entrante dijo que tomaría medidas unilaterales en diversos frentes durante sus primeras horas en el cargo, entre ellas 10 órdenes ejecutivas para abordar la migración y los inmigrantes.
[Video en vivo: La ceremonia de cambio de mando en Estados Unidos]
El lunes, el presidente Donald Trump empezará a promulgar un aluvión de órdenes ejecutivas, incluyendo importantes medidas para reprimir la inmigración y desmantelar las iniciativas sobre diversidad en el gobierno federal, según dijo su equipo a la prensa, iniciando su presidencia con un uso enérgico del poder que pretende señalar un brusco cambio de rumbo respecto a las políticas existentes.
Trump también actuará unilateralmente para poner fin a los mandatos sobre vehículos eléctricos aprobados por el gobierno de Joe Biden, retirar las protecciones a los estudiantes transgénero y suspender el reasentamiento de refugiados durante al menos cuatro meses, dijeron.
La avalancha de acciones ejecutivas es un esfuerzo por hacer retroceder muchas de las políticas nacionales más significativas del presidente Biden, principalmente en materia de clima e inmigración, al tiempo que vuelve a imponer una agenda que pondría en marcha la perforación y explotación minera de los recursos naturales y alteraría fundamentalmente el papel global de Estados Unidos como santuario para refugiados e inmigrantes.
Trump prometió una ráfaga de acciones en cuanto tome posesión. En una cena con donantes celebrada el domingo por la noche, Trump dijo que “a las pocas horas de tomar posesión, firmaré decenas de órdenes ejecutivas; cerca de 100, de hecho”. No está claro si Trump firmará todas las directivas el lunes por la tarde, o si se espera que firme más en los próximos días.
Algunas de las órdenes que firmará serán impugnadas ante los tribunales y otras serán en gran medida simbólicas. Pero, en conjunto, supondrán un brusco cambio de rumbo tras el gobierno de Biden, un esfuerzo por empezar a cumplir sus promesas electorales y los primeros pasos para acabar con lo que él y sus asesores consideran un esfuerzo del “Estado profundo” para frustrar su agenda.
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