La voz de Estados Unidos en el mundo es la del secretario de Estado; después del presidente y del vicepresidente, es la figura más importante en el Ejecutivo norteamericano. Según la prensa de ese país, el recién electo Donald Trump nombrará al senador republicano Marco Rubio para ocupar ese cargo. Esto sería histórico, pues nunca antes un estadounidense de origen latino ha dirigido esa oficina, por la que han pasado, por recordar solo dos nombres reconocidos, Henry Kissinger en los setenta o Hillary Clinton hace poco más de diez años.
Rubio es un republicano de 53 años, radicado en Miami, que ha estado en el Senado desde el año 2010, en donde preside la comisión de inteligencia. Hijo de una pareja de cubanos, Rubio representa “el sueño americano” y sus posturas conservadoras han ganado cada vez más terreno no solo en Florida, el lugar donde tiene su capital político, sino en todo el país. De hecho, Rubio fue clave en el triunfo de Trump, a quien acompañó a varios mitines y aconsejó sobre temas clave de la comunidad hispana en los “swing states” o estados pendulares, en donde el republicano ganó de lejos a la demócrata Kamala Harris.
Algunas cifras para dimensionar el ascenso de Trump entre los hispanos habilitados para votar: en 2020, Biden ganó a los votantes latinos a nivel nacional, 65% frente al 32% de Trump. Pero este año, la ventaja de Harris fue solo del 52% frente al 46% de Trump. Este segmento demográfico que representa el 12% del electorado total. En mediciones expuestas por la cadena CNN, se ve una cifra aún más impactante: el republicano ganó a los hombres latinos por 12 puntos, un cambio de 35 puntos desde 2020. Pero Rubio y Trump no siempre se han llevado bien (ver nota inferior).
Lo cierto es que de confirmarse el nombramiento de Rubio como secretario de Estado, se puede prever algunas de sus posiciones en materia internacional según su historial en el Senado y declaraciones públicas sobre la invasión rusa en Ucrania, el conflicto en Medio Oriente, la dictadura en Cuba y el régimen venezolano. De último, pero no menos importante, la posición de Rubio sobre Colombia.
“Gustavo ‘Chávez’ Petro”
Son varios los pronunciamientos que el próximo secretario de Estado, en calidad de legislador, ha hecho específicamente sobre Gustavo Petro, incluso antes de que llegara a ser presidente. “¿Acaso el presidente de #Colombia, Gustavo “Chávez” Petro le dio RT a una publicación de una cuenta paródica del líder palestino Abu Mazin agradeciéndole por lograr lo que la OLP no pudo, poner fin a las relaciones con #Israel y luego termina el tweet con #VivaShakira? (sic)”, dijo Rubio en su cuenta de X en mayo de 2024. En otra publicación se lee: “Hoy el pdte. de #Colombia (sic), partidario de Hamás, rompió relaciones diplomáticas con #Israel. Es muy triste ver que un país tan increíble, de personas que tanto han sufrido a manos de los narco-terroristas, esté actualmente gobernado por un simpatizante terrorista que quiere ser la versión colombiana de Hugo Chávez”.
Hay otra decena de mensajes de Rubio contra el mandatario colombiano en sus redes sociales. Por su parte, Gustavo Petro, antes de ser presidente, dijo en 2019: “así no le guste decirlo a nuestra prensa, el senador Rubio es expresión de los sectores más retardatarios de la política estadounidense y ha ayudado a construir una política exterior violenta. Esa política ha asesinado a millones de personas en el Siglo XXI”.
¿Las referencias de Rubio contra Petro podrían impactar las relaciones políticas entre ambos países? EL COLOMBIANO conversó con Manuel Camilo González, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana.
“La relación con Colombia no tendría alteraciones. Se seguirá cooperando en términos de lucha contra el narcotráfico y se profundizará mucho más las negociaciones sobre la agenda migratoria. En ese sentido, es muy posible que esos dos temas sean sujetos de constantes llamados de atención desde Washington, como por ejemplo la meta de erradicación o la contención de la migración por el Darién, que pueden levantar molestias en el Gobierno colombiano debido a las distintas formas de encarar los desafíos”.
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Sin embargo, el profesor González advierte que de por sí la lejanía de Petro con Trump cambiará las prioridades en materia de inversión en nuestro país y también se le reclamará un rol más activo frente a Venezuela. El Gobierno colombiano ha dicho que no reconocerá las elecciones en las que Nicolás Maduro se reeligió hace unos meses si no se muestran las actas y el escrutinio de la elección antes del 10 de enero, donde se renueva el mandato presidencial. Ese escenario parece improbable y Petro quedará en una encrucijada pues al tener un actor como Rubio de secretario de Estado, que conoce la región (y habla español con fluidez), no tendrá tanto margen de maniobra diplomática como sí lo tuvo con Joe Biden.
“El nombramiento de Trump podría indicarnos que buscará una aproximación de ‘máxima presión’ hacia Caracas, lo que en la agenda de Rubio también pasa por aplicar este mismo tratamiento a sus aliados, como Cuba y Nicaragua. Esto implicaría que se volvieran a las sanciones contra la economía venezolana sin dejar de hacerlo contra los funcionarios del Gobierno Maduro, que no una posibilidad de invasión o gobierno paralelo porque como admitió el mismo Trump, fue un error que terminó fortaleciendo a Maduro”, agrega el profesor González.
Venezuela, Ucrania e Israel
De hecho, las posiciones de Rubio como senador han sido duras en condenar el régimen venezolano. Constantemente hace referencia de los efectos negativos que han dejado Fidel Castro y Hugo Chávez en Cuba y Venezuela y ha atacado a Nicolás Maduro y Daniel Ortega, presidente de Nicaragua. Frente a otros conflictos internacionales, Rubio también ha sido vehemente. El republicano estimó a principios de noviembre que hay que “poner fin” a la guerra en Ucrania, porque se halla en un “punto muerto”.
En una entrevista con EWTN, una red de medios de comunicación católicos, Rubio dijo que Ucrania ha sido valiente en la lucha pero ha alcanzado un “punto muerto” contra los invasores rusos y Estados Unidos debería mostrar “pragmatismo” en lugar de enviar miles de millones de dólares más en armas. “No me gusta lo que hizo (el presidente ruso) Vladimir Putin, y sí estamos interesados en lo que sucede allí”, dijo. “Pero creo que el futuro del siglo XXI va a estar en gran medida definido por lo que suceda en el Indo-Pacífico”, añadió.
Trump conversó con Vladimir Putin hace pocos días por más de 25 minutos y planteó que una salida negociada del conflicto con Ucrania es el mejor escenario, según medios norteamericanos, no sin antes advertirle de la presencia militar que ese país tiene en Europa. Sin embargo, los republicanos, incluyendo a Rubio, han sido críticos en los paquetes de ayuda militar y económica que Estados Unidos le ha dado a Ucrania, por lo que una salida negociada sería una de las tareas e intereses del nuevo secretario de Estado.
Rubio también ha mostrado posiciones claves en materia de política exterior como una línea dura contra Irán y China. En el caso de Israel, ha apoyado las decisiones del primer ministro Benjamin Netanyahu en Gaza. The New York Times recordó que cuando una activista por la paz le preguntó a finales del año pasado qué pensaba de las numerosas muertes de civiles palestinos, dijo: “Creo que Hamás es culpable al 100 por ciento”.
¿Qué viene?
Pero, ¿qué mensaje envía Trump con este casi seguro nombramiento? Esto opina el internacionalista González: “Es un golpe de escena que refleja las intenciones de Trump de cumplir sus promesas. Así como Susie Wiles es la primera mujer jefa de gabinete, Marco Rubio será el primer latino en el Departamento de Estado y demuestran nombramientos inusuales pero con mucha carga partidista. Los aprendizajes de su primera administración”.
Para el experto, podría entenderse bajo dos grandes lecturas: “Por un lado, se está rodeando de personas leales en campaña y, miembros del conservador Proyecto 2025 que podríamos ubicar en el extremo del Partido Republicano, y, por otro creo que envía el mensaje de la forma de cumplirle al electorado es tener un gabinete y una burocracia más leal que técnica, que no ponga trabas a las decisiones del Ejecutivo como ha confesado el mismo Trump que experimentó entre 2017 y 2021”.
Además de todos los conflictos e intereses internacionales de Estados Unidos, Rubio tendrá que liderar y enfrentar el tema migratorio. No solo fue uno de los “caballos de batalla” de Trump en campaña, sino que también hace parte del discurso de los republicanos con Rubio a la cabeza en el Senado. Esto incluye deportación de indocumentados, fortalecimiento de los controles de las fronteras y la negociación con otros países no solo de la región como México y Colombia sino del mundo.En una entrevista de 2012 con Time, Rubio recordó cómo su madre le dejó un mensaje de voz instándolo a no “meterse” con los migrantes en situación irregular porque son “personas como nosotros”. Veremos si las palabras de su madre cubana calaron en el próximo secretario de Estado de EE.UU.
¿Quién es Marco Rubio y por qué se “reconcilió” con Trump?
Un político de ascendencia cubana y defensor de la “mano dura” ahora está en una posición clave para dirigir la política exterior de Estados Unidos. En este rol, su experiencia y postura beligerante prometen un nuevo capítulo en las relaciones entre Washington y sus vecinos del sur.
Rubio, nacido en Miami de padres cubanos que llegaron en busca del llamado “sueño americano” conoce de cerca los efectos de los regímenes autoritarios. Su historia es la de miles de latinoamericanos que llegaron a Estados Unidos huyendo de dictaduras y economías en crisis, lo que moldeó su visión política y lo ha convertido en un firme defensor de la democracia.
Desde sus inicios en la política de Florida, Rubio se ha hecho notar por sus mensajes radicales y su enfoque en temas de política exterior. Y así, a los 34 años, ya era presidente de la Cámara de Representantes de Florida. Pasó al Senado, donde lleva más de una década y ha sido contundente contra los regímenes de izquierda en América Latina, lo que lo ha hecho resonar entre un electorado hispano.
EL COLOMBIANO habló con Rafael Piñeros, experto en relaciones internacionales de la U. Externado, quien explicó que Rubio representa “una figura que logra capturar los sentimientos de una comunidad latina, que va más allá de los cubanos y conecta con otras nacionalidades, desde venezolanos hasta ecuatorianos.”
Para Piñeros, este efecto de representación le dio a Rubio una “legitimidad ante ciertos sectores latinos que buscan una política de cambio en sus países de origen”.El nombramiento de Rubio significa un nuevo reto para Colombia, un país con el que EE.UU. mantiene una alianza estratégica en seguridad y migración, que seguramente se verá fortalecida. Según Piñeros, “con Rubio al mando, es probable que se endurezca la presión para que Colombia refuerce sus controles fronterizos y frene el flujo de migrantes por el Darién”.
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Por otro lado, Venezuela es un caso más complejo con un panorama aún más incierto. Rubio ha sido uno de los más fuertes críticos del régimen de Maduro y, según Piñeros, “no hay indicios de que vaya a suavizar su postura.” Con Rubio en Ejecutivo, es probable que aumente el apoyo a la oposición venezolana y se refuercen las sanciones que se ablandaron bajo la administración Biden.
“La llegada de Rubio podría mostrarnos una política de confrontación directa con el régimen de Maduro, dejando de lado las aperturas diplomáticas recientes”, dijo Piñeros. Y esto podría significar un regreso a las restricciones sobre el petróleo, lo que impactaría directamente a la economía venezolana. “Rubio es un político con posturas claras: si ve una amenaza para los intereses de su país, va a actuar sin esperar mucho. Esto significa que tanto América Latina como China y Rusia, pueden entrar en una etapa de ajustes en sus relaciones comerciales y diplomáticas.La migración es uno de los temas prioritarios para Rubio, y con el tiempo ha endurecido su postura frente al tema. “Es una figura que entiende la migración por experiencia propia, pero no la aprueba de manera masiva o descontrolada. Es probable que busque un balance entre el respeto a la migración y la seguridad nacional”, dice Piñeros.
Por otro lado, la llegada de Rubio a la Casa Blanca, marca un nuevo capítulo en la historia política entre el cubano y Trump, quienes se enfrentaron en el pasado cuando Rubio fue uno de los rivales más críticos de Trump, llegando a cuestionar públicamente la ética del magnate. Sin embargo, en política, las alianzas funcionan y los antiguos rivales ahora comparten una misma agenda. “Rubio ha sabido adaptarse y, en lugar de enfrentarse a Trump, ha optado por rodearlo y apoyarlo, la política es así de pragmática,” afirma Piñeros. La transformación de enemigos a aliados da cuenta de unos intereses claros que llegarán con Rubio al puesto más importante de la Casa Blanca después del presidente.