Hace unas semanas conocimos que Estados Unidos tenía la intención de reactivar los aranceles a los productos de China, una situación que apuntaba a provocar un aumento desmesurado del precio de los productos tecnológicos. Esta medida, instaurada por primera vez en septiembre de 2019, ha traído de cabeza tanto a las empresas como a los usuarios: mientras los primeros pagan más por importar los productos creados o elaborados en China, los segundos ven cómo dicha medida afecta directamente a su bolsillo, ya que en precio de los dispositivos tecnológicos puede llegar a crecer hasta un 25%. Y, si no, que se lo digan a aquellos que compraron una tarjeta gráfica en 2022.
Sin embargo, como señala el portal TechSpot en una reciente publicación, la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos ha extendido una vez los aranceles tal y como ha hecho en otras ocasiones. En esencia, la intención era restaurarlos una vez y que estos comenzasen a aplicarse el pasado 31 de mayo, razón por la que a medida que se acercaba la fecha muchas empresas y usuarios de a pie comenzaban a tener dudas. Sin embargo, como ha sucedido otras veces, se ha vuelto a prorrogar la medida y, con ella, se ha conocido que la misma no será efectiva hasta el futuro 31 de mayo de 2025, momento en el que se volverá a estudiar si se impone o se vuelve a aplazar.
Cada producto tecnológico podría incrementar su precio un 25%
Como indica TechSpot, esta medida tendría un impacto directo en el precio de multitud de dispositivos tecnológicos. De esta forma, todo aquello creado o elaborado en China vería cómo su precio aumenta para las empresas, razón por la que estas optarían por subir el importe de venta y, por consiguiente, provocar que los usuarios pagasen más. Por ello, como ya sucedió en el pasado, podríamos llegar a ver aumentos de hasta un 25% en productos como tarjetas gráficas o placas base. De producirse, esto implicaría que una GPU que cuesta 1.000 euros se pondría a la venta por un importe cercano a los 1.250 euros.
Sea como fuere, al menos por el momento, no hay que lamentar el posible impacto económico que tendría esta medida en los usuarios de a pie. Aunque sea una legislación exclusiva de territorio norteamericano, podría llegar a tener impacto global tal y como sucedió en el pasado. De hecho, la vigencia de esta normativa desde septiembre de 2019 hasta enero de 2021 implicó el aumento de precio de multitud de dispositivos tecnológicos. Por el momento, la intención es retrasar un año más la imposición de esta vigencia. Además, no hay señales de que la administración de Joe Biden planee eliminar los aranceles. A medida que se acerque el 31 de mayo de 2025, tendremos más noticias sobre la imposición de los aranceles a los productos chinos.
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