Este lunes el presidente de Estados Unidos, Donald Trump anunció que su país impondrá un arancel secundario a Venezuela, “por diversas razones”, incluyendo el hecho de que ese país ha enviado a EE.UU., “de forma deliberada y engañosa, a decenas de miles de delincuentes de alto rango y de otros tipos, muchos de los cuales son asesinos y personas de naturaleza muy violenta”, escribió en Truth Social.
Según Trump, entre las bandas enviadas a Estados Unidos se encuentra el “Tren de Aragua”, designado como “Organización Terrorista Extranjera”.
Presuntos miembros del Tren de Aragua en el Centro de Reclusión de Terroristas (CECOT). Foto:AFP
“Estamos en proceso de devolverlos a Venezuela. ¡Es una gran tarea! Además, Venezuela ha sido muy hostil hacia Estados Unidos y las libertades que defendemos. Por lo tanto, cualquier país que compre petróleo o gas de Venezuela estará obligado a pagar un arancel del 25% a Estados Unidos sobre cualquier comercio que realice con nuestro país. Toda la documentación se firmará y registrará, y el arancel entrará en vigor el 2 de abril de 2025, Día de la Liberación de América. Por favor, que esta notificación sirva para indicar que el Departamento de Seguridad Nacional, la Patrulla Fronteriza y todas las demás agencias del orden público de nuestro país han sido notificadas. ¡Gracias por su atención!”, escribió Trump en su cuenta de Truth Social.
Esta decisión se suma a la revocatoria de la licencia petrolera de Chevron, la cual vencía el próximo 3 de abril pero que justo este lunes el Departamento del Tesoro anunció que se extendía hasta el 27 de mayo.
El cese de operaciones conlleva a que el país caribeño dejará de percibir al menos 400 millones de dólares mensuales, que entre otras cosas, servían para las intervenciones cambiarias que realiza el Gobierno de Maduro en el Banco Central de Venezuela y así aguantar la inflación y la devaluación del Bolívar.
Maduro y Trump no han tenido enfrentamientos públicos como en el pasado. En la primera administración del estadounidense, los insultos de ambas partes eran constantes, sobre todo porque la Casa Blanca apoyó la remoción del régimen venezolano a través del reconocimiento de Juan Guaidó como “presidente interino” de Venezuela, una estrategia que no funcionó contra el chavismo, que suma 25 años en el poder.
Presión con sanciones, persecución a venezolanos y deportaciones
Trump firma una orden ejecutiva para desmantelar el Departamento de Educación. Foto:AFP
La política de Trump hacia Venezuela es considerada como ambigua. Por un lado tiene a radicales y enemigos de Maduro como el secretario de Estado, Marco Rubio y los republicanos conocidos como los “crazy cubans”: Mario Díaz-Balart, María Elvira Salazar y Carlos Giménez, quienes presionaron para revocar la licencia Chevron y celebraron la medida.
En otra esquina hay nombres como el del también republicano Bernie Moreno quien ve la relación Caracas-Washington en un tono más pragmático.
Moreno dijo a principios de año que Trump “trabajará con Maduro porque él es el que va a tomar posesión del cargo”. Declaraciones que ofreció antes del 10 de enero cuando el chavista juró como presidente hasta el 2031.
Sin embargo, la estrategia de Trump se ha centrado en un área controversial: la migración. A unos 600.000 venezolanos se les revocó el beneficio del TPS y en días reciente se anunció la eliminación del Parole Humanitario, lo que afectaría a unos 120.000 venezolanos.
Además el presidente de EE.UU. ha exigido celeridad en los vuelos de deportación, alegando que todos los enviados son miembros de la banda criminal “El Tren de Aragua”, una acusación que no se ha podido comprobar.
De los más de 500 migrantes deportados de Estados Unidos ha Venezuela, solo 18 tienen antecedentes criminales y ninguno está vinculado con “El Tren de Aragua”, dijo el ministro de Interior y Justicia del vecino país, Diosdado Cabello.