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Establece metas para fortalecer tu bienestar

Autor: Administrador

Cuando se avecina el final de un año y comienzo de uno nuevo, es un periodo que para muchos sirve de introspección, para ver qué se logró, con qué se cumplió y con qué no, además de proponerse nuevas metas.

Más que de resoluciones, a Noel Quintero Jiménez, como doctor en psicología clínica y catedrático del programa Psy.D de la Universidad Albizu, recinto de San Juan, prefiere hablar de metas, pues estas son más viables ponerlas en práctica al ser más específicas y permitir establecer prioridades, mientras que las resoluciones tienden a quedarse más a modo general.

Ahora bien, dicho esto, ¿conviene establecernos metas que guíen nuestro comportamiento? La respuesta es “sí”. “Establecer metas está muy relacionado con el ejercicio de lo que a nivel cerebral y a nivel cognitivo llamamos las funciones ejecutivas, que son las responsables de planificar, organizar, y monitorear nuestros comportamientos y las emociones”, destacó el doctor Quintero. “Al establecer estas metas se da un tiempo o un espacio para autorreflexionar, ver qué hemos logrado y qué queremos lograr”.

En estos momentos de transición de un nuevo año, también se suele aspirar a transiciones en lo que son los aspectos laborales, educativos, vida familiar y en los ciclos de vida, que son espacios para renovarnos y establecer prioridades. También el experto aseguró que las metas nos pueden ayudar a redirigirnos, a centrarnos un poco en lo que aspiramos, y a encontrar opciones positivas en situaciones de crisis y dificultad, de las que nadie está exento.

No vivas “apagando fuego”

En nuestro diario vivir tenemos que enfrentar muchos estresores como, por ejemplo: se nos dañó el carro, un problema en la familia o cualquier tipo de situación difícil que surgió de imprevisto. Por lo tanto, el doctor en psicología clínica enfatiza en que muchas veces nuestras metas están dirigidas a “apagar fuego”.

“Es cuando nuestra alarma cerebral está siempre activa y eso es importante porque tenemos que resolver los problemas del diario vivir. Sin embargo, si nos enfocamos solo en las metas que son reactivas, que es manejar nuestros sentimientos, nuestras emociones, nuestras frustraciones y nuestras dificultades, nos quedamos cortos”, señaló.

Por tal razón, indica acerca de la importancia de enfocar las metas reactivas en unas metas más amplias, que tienen que ver con nuestros valores, bienestar y salud, que tienen que ver con construir más que reaccionar.

“Debemos sacar unos espacios para estar con nosotros mismos, para reflexionar y reenfocarnos, porque el problema es que, si estamos siempre apagando fuego, primero nos agotamos mucho, y eso puede poner en riesgo nuestra salud física y emocional. Segundo, nos limita en buscar proyecciones a largo plazo”, añadió.

Durante esta época navideña y comienzo de año, la exhortación que da es no perder el foco al estar abrumados por las fiestas, los regalos y las parrandas, y sí separar un tiempo en pro de nuestro bienestar, en facilitar en la autorreflexión y centrarse más tranquilamente en lo que aspiras y en lo que deseas lograr.

Metas hacia cambios efectivos y positivos

El primer paso es no abrumarse con muchas metas, porque al ser tantas, si no se logran, estas traen frustración. El experto aconseja que lo mejor es establecer metas realistas, manejables y factibles. Por ejemplo, si quieres correr un 5K y nunca has corrido o no lo practicas hace tiempo, empieza por caminar, conseguirte unos tenis idóneos para este propósito y empezar a caminar cada día. Esos cambios ayudarán a cumplir esa meta. Lo mismo puede ocurrir con la dieta o con el ejercicio.

“También es importante escoger metas que nos animen, energicen y motiven. Las emociones juegan un papel importante, porque la emoción te energiza. No es lo mismo que tú pongas una meta teórica, me voy a superar el próximo año, pero, ¿cómo te vas a superar? ¿Qué es lo que tú quieres decir con superar? Ah, pues yo voy a tomar un curso en computadora o en inteligencia artificial, o en jardinería, o en arreglos. Ponerte como metas cosas que te motiven y te energicen. Le dan ese elemento de entusiasmo.”, recomendó.

Incorpora el aspecto de salud mental y bienestar

El doctor Quintero trajo a la atención una encuesta del grupo Forbes Health, que le realizó a mil adultos y tuvo como resultado que cerca del 55 al 60% reconocieron la importancia de la salud mental igual que la salud física, lo que demuestra que la gente no está pensando solo en rebajar o en hacer ejercicios como metas para finalizar o comenzar el próximo año.

“Estamos incorporando la salud mental y el bienestar que, obviamente es una prioridad. Sin salud realmente no puedes lograr nada. Y, muchas veces, ponemos en riesgo la salud a costa de otras cosas. Entonces, esto es importante porque estamos reconociendo la importancia de la salud física y la salud mental en el bienestar. Si vemos un poco el enfoque de la Organización Mundial de la Salud, ya no es solamente ausencia de afecciones y enfermedades, la salud es un estado completo de bienestar físico, mental y social”, destacó.

De igual modo, resaltó al Instituto Nacional de Salud Mental y Adicción (NIMH), que incluye también un elemento espiritual, los valores, el trascender y el buscar ese significado de lo que es verdaderamente importante en la vida, que nos va a redundar en salud, bienestar y felicidad.

En este sentido, todo lo que son los pensamientos y las emociones positivas, explica que ayudan a un bienestar tanto físico como mental. “Sin salud mental no puede haber salud física. La salud mental tiene un impacto directo en nuestra salud física”, estableció.

“Recuerdo cuando yo tomaba algunos de los seminarios con este grupo de Harvard, del Dr. Benson, ellos se preguntaban cómo la mente se puede enfermar. Resulta que los pensamientos negativos pueden estar muy relacionados con la depresión y la ansiedad, mientras que los pensamientos positivos, optimistas, el cultivo de la esperanza y de las relaciones sociales positivas, ayudan al bienestar no solo emocional sino también físico. Incluso, nos ayudan a manejar condiciones de salud, que puedan ser más delicadas como el cáncer u otras enfermedades, porque somos personas integrales”, detalló el doctor quintero.

Vale la pena destacar que la salud es un concepto integral, físico, social, emocional, interpersonal y espiritual. Todas estas dimensiones interactúan, no están aisladas. El estrés, por ejemplo, nos causa desbalance neuroclínico, mientras que la relajación o la meditación, logran volver a establecer ese balance físico y psicológico en las personas.

Estrategias de bienestar para lograr las metas

  1. Identifica y presenta tus metas de manera positiva y no solo reactiva: No solo manejemos los aspectos estresantes de nuestra vida. Por ejemplo, una meta reactiva podría ser ‘voy a evitar meterme en problemas con los vecinos’, que puede ser una reacción que tenemos cuando hay dificultad. En cambio, si la quiero poner de manera positiva, podría decir, ‘yo quiero construir unas relaciones respetuosas y positivas con mis vecinos’. De esa manera la perspectiva cambia.
  2. Pon de manifiesto tus valores personales: Relaciona tus metas con tus valores, aquellos que tienen que ver con confiar en uno mismo, respetarse, apreciarse, valorarse como persona, autoestima, sentirse competente, creer en el futuro, pensar positivamente, fortalecer la esperanza y pensar que yo vas a lograr tus metas. Ese sentido de autoconfianza y seguridad, es importante que lo incluyamos en las metas y es el ingrediente esencial para movernos.
  3. Refuerza la salud y el bienestar: Prioriza en tu rutina el ejercicio y el descanso. Cumplir con las horas de sueño y el descanso es esencial para todas las personas, niños, adolescentes y adultos. Asimismo, atender las señales de nuestro organismo es importante, porque si no se descansa, no se puede ser productivo. Integra la práctica de la relajación, la meditación, tiempo para cuidarte, la relajación, el mindfulness, el ejercicio y las relaciones interpersonales positivas.
  4. Sé autocompasivo: A veces somos duros con nosotros mismos, nos castigamos y somos punitivos. Sin embargo, practica la compasión hacia los demás y hacia ti mismo. Es importante ver y disfrutar el proceso hacia las metas, no solo enfocarte en el fin de las metas. Aunque ambas cosas son importantes, disfrutar ambas cosas es esencial.
  5. Fortalecer los vínculos familiares, sociales y comunitarios: Establecer más conexión con aquellos que amas, te rodean y te relacionas, aumentará la sensación de bienestar.
  6. Fortalecer el aspecto espiritual y religioso: En Puerto Rico, somos un pueblo con grandes valores espirituales y religiosos, y el llevarnos de manera positiva puede ser una fuente de mucho bienestar y felicidad.
  7. Aprender nuevas habilidades: Todo lo que es superación personal y aprendizaje de nuevas habilidades, como el arte y la música o fomentar la lectura, puede mantener ese sentido de propósito. Todos necesitamos mantener propósitos amplios en nuestra vida que se traduzcan en momentos específicos, y hacerlos cada día.
  8. Crear hábitos: Lo más importante en el logro de metas es crear hábitos. Hay estudios que muestran que un hábito puede tomar dos meses en crearlo y fortalecerlo, y es necesario saberlo para que no te desanimes en el proceso porque al principio puede ser un poquito frustrante.
  9. Practicar la gratitud: Saca un tiempo de reflexión y meditación, para enfocarte en lo positivo y agradecer por lo que sí te edificó. La práctica de la bondad está relacionada con la felicidad. Hay estudios de la psicología positiva, que indican que practicar cada día la gratitud e incorporarla en nuestras metas, es una fuerza muy poderosa.
  10. Haz contacto con la naturaleza: Ese contacto es realmente sanador y terapéutico.
  11. Halla en dónde está la felicidad: La meta de buscar la felicidad, que en el fondo es la gran meta que todo ser humano quiere, no está tanto afuera. Esto no significa tener más cosas, o hacer más cosas, sino que está dentro de ti, de tu alma y sentido profundo.
  12. Practica el altruismo: Pon de manifiesto los valores de solidaridad, ayuda y apoyo a los hermanos más necesitados o menos favorecidos, no solo en Navidad y Año Nuevo, sino que se convierta en una meta cotidiana. Hay mucho trabajo de voluntariado en el que puedes impactar a diversos sectores. Pregúntate, ¿qué puedo hacer cada día por mi familia, mis seres queridos o por mis amistades? Hay que empezar por casa y por personas que necesitan de nuestro apoyo. Esto se puede traducir en acciones sencillas. A veces no hay que ir muy lejos para ayudar, verifica si puedes ayudar a algún vecino o anciano, desde un saludo respetuoso, una expresión afectiva, gestos de bondad y de ayuda.

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