Wall Street, el núcleo financiero de Estados Unidos, es un centro de atención durante los días de actividad intensa en los mercados. Entre estos días, el Black Friday ocupa un lugar especial debido a su proximidad al Día de Acción de Gracias, una de las festividades más importantes en el país.
Sin embargo, a diferencia del frenesí comercial que caracteriza a este día, los horarios y operaciones de los mercados financieros tienen características específicas, según Kiplinger.
El Black Friday no es un día completamente operativo en Wall Street. Aunque los mercados financieros, como la Bolsa de Valores de Nueva York (NYSE) y el Nasdaq, abren sus puertas, lo hacen con horario reducido. Las operaciones suelen iniciar en su horario habitual, pero cierran temprano, a las 13 horas, en lugar de las 16, según NYSE. Esta decisión busca facilitar que los operadores y empleados disfruten del fin de semana festivo con sus familias.
Los mercados de bonos, representados por el sistema de Trade Reporting and Compliance Engine (TRACE), también cierran antes, generalmente a las 14 horas. Este patrón de horarios se mantiene año tras año y está alineado con la práctica común de reducir la actividad financiera después del feriado del Día de Acción de Gracias.
El horario reducido del Black Friday responde a varios factores. Por un lado, muchas instituciones financieras operan con personal limitado, ya que este día es considerado parte del fin de semana largo de Acción de Gracias. Además, el volumen de operaciones suele ser menor en comparación con un día regular, puesto que muchos inversores aprovechan la festividad para tomar vacaciones.
Esta menor actividad también refleja que los mercados internacionales suelen operar con normalidad, pero sin el dinamismo característico de Wall Street. Las diferencias horarias entre mercados globales y el reducido interés de los grandes jugadores influyen en la decisión de limitar el tiempo de operaciones.
El Black Friday es visto principalmente como un indicador económico, más que como un día de actividad intensa en los mercados. Los inversores prestan atención a los datos relacionados con las ventas minoristas, ya que este día marca el inicio de la temporada de compras navideñas en Estados Unidos.
Las cifras de ventas y el comportamiento del consumidor ofrecen pistas sobre la salud económica del país, lo que influye en las acciones de empresas del sector minorista. Compañías como Amazon, Walmart y Target, que protagonizan las ofertas del Black Friday, suelen ver movimientos en sus acciones antes y después de este evento.
Los mercados de acciones no son los únicos que ven ajustes en sus horarios durante el Black Friday. Los mercados de futuros y materias primas, como los administrados por el Chicago Mercantile Exchange (CME), también operan con horarios reducidos.
Por ejemplo, el comercio de petróleo y metales preciosos, que tiene relevancia global, cierra más temprano en esta fecha, alineándose con las restricciones de las bolsas de valores principales. Esto asegura un equilibrio en la actividad financiera, evitando desequilibrios que podrían surgir de operaciones limitadas en un solo segmento del mercado.
Para los pequeños y grandes inversores, el Black Friday representa un día estratégico más que una oportunidad para operaciones significativas. La reducción del horario implica que las transacciones deben planificarse cuidadosamente para evitar contratiempos.
Es común que los inversores utilicen el día para analizar tendencias y revisar datos económicos, en lugar de realizar compras o ventas masivas. Por ello, el impacto directo del Black Friday en la bolsa tiende a ser menos fundamental que en otros días clave, como los anuncios de políticas de la Reserva Federal o los reportes de ganancias trimestrales de grandes empresas.