Hablar de hábitos saludables para prevenir enfermedades como el cáncer es, sin lugar a dudas, mencionar la dieta y más si nos referimos a las neoplasias de la próstata. Son muchos los estudios que han dejado establecida la hoja de ruta para su prevención o, incluso, para frenar su progresión.
Mirando hacia atrás basta con recordar que la literatura científica está plagada de trabajos que establecen un vínculo entre la alimentación saludable y la prevención del cáncer de próstata. Sin ir muy lejos tres estudios, liderados por investigadores del Instituto de Salud Carlos III y la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), confirmaban el potencial preventivo de la Dieta Mediterránea frente al cáncer de próstata. Y no solo, también frente al de mama y el de colon-recto. Los tres trabajos, publicados en las revistas científicas ‘Maturitas’, ’British Journal of Urology International’ y ‘Nutrients’, forman parte del Proyecto EPIC-España.
Sabemos que el cáncer de próstata es la neoplasia más frecuente en varones. En 2022, aproximadamente 5.960 hombres fallecieron por su culpa en España y se produjeron cerca de 36.000 casos nuevos, según la Asociación Española de Cáncer de Próstata (ANCAP). Pero los científicos advierten que en 20 años los casos se duplicarán y las muertes se dispararán un 85% a nivel mundial, sobre todo debido al envejecimiento de la población.
El doctor Dr. François Peinado
En declaraciones 65YMÁS, el doctor Dr. François Peinado, jefe de Urología de la Unidad Salud en Masculino del Hospital Universitario Ruber Juan Bravo-Grupo Quirónsalud y Olympia Medical Center (ambos en Madrid), afirma: “El de próstata es uno de los tipos de cáncer más comunes entre los hombres en España. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la incidencia y mortalidad por su culpa han aumentado en los últimos años, lo que lo convierte en un problema de salud pública significativo. Afortunadamente, los avances en la detección precoz y los tratamientos han mejorado considerablemente el pronóstico para muchos pacientes”.
Este experto recuerda que “la influencia de la nutrición en el desarrollo del cáncer es decisiva y este estudio lo respalda. La Dieta Mediterránea (DM), caracterizada por un alto consumo de frutas, verduras, legumbres, frutos secos, cereales integrales, pescado y aceite de oliva, así como un consumo moderado de vino tinto y un bajo consumo de carnes rojas y procesadas, ha sido ampliamente estudiada por sus efectos beneficiosos sobre la salud, incluyendo su influencia en la prevención del cáncer”.
Además, la DM ha demostrado ser eficaz en la prevención de varios tipos de cáncer, incluyendo el próstata. Esta dieta es rica en antioxidantes, ácidos grasos monoinsaturados y compuestos antiinflamatorios que pueden reducir el daño oxidativo en las células y disminuir la inflamación, dos factores clave en el desarrollo del cáncer.
Pero es, también, “conocida por su capacidad para ayudar a mantener un peso saludable y mejorar la salud metabólica, factores que están asociados con un menor riesgo de neoplasias. La obesidad es un factor de riesgo conocido para varios tipos de cáncer, incluido el de próstata. Su influencia específica en este último se basa en varios estudios publicados han relacionado que los hombres que la seguían tenían un menor riesgo de progresión del cáncer de próstata. En parte por sus mecanismos protectores (combate la inflamación y el estrés oxidativo, modula la microbiota intestinal, lo que a su vez puede tener efectos protectores contra el cáncer de próstata)”, determina.
En conclusión: “La DM representa una estrategia nutricional efectiva no solo para la prevención del cáncer de próstata, sino también para la mejora de la salud general y la calidad de vida. Promover su adopción puede ser un componente clave en la atención integral del paciente y en las recomendaciones de salud pública”.
Nuevas evidencias
Ahora llega una nueva investigación, publicada en ‘JAMA’ y llevada a cabo con más de 2.000 hombres con cáncer de próstata localizado, que ha encontrado que comer una dieta principalmente basada en vegetales se asociaba con un riesgo 47% menor de que su enfermedad progresara, en comparación con aquellos que consumían la mayor cantidad de productos animales.
Muchos estudios han informado que una mayor ingesta de alimentos individuales de origen vegetal (p. ej., vegetales crucíferos, tomates cocidos, grasas vegetales) se asocia con un menor riesgo de recurrencia o mortalidad del cáncer de próstata, como documenta un ensayo de ‘Cancer Causes & Control’, pero es posible que los factores dietéticos aislados no ‘capturen’ con precisión los efectos sobre la salud de las dietas integrales.
Dado el creciente interés en los alimentos de origen vegetal a nivel de la población, examinar si los patrones dietéticos basados en ellos están asociados con resultados de enfermedades tiene implicaciones importantes para la salud pública. Por lo tanto, los científicos, de la Universidad de San Francisco (UCFS) evaluaron su ingesta después del diagnóstico de cáncer de próstata.
Esto equivalía a comer sólo una o dos porciones más por día de alimentos saludables, en particular verduras, frutas y cereales integrales, y comer menos productos animales, como lácteos y carne. El estudio siguió a los hombres, cuya edad promedio era de 65 años, a lo largo del tiempo para ver cómo los factores dietéticos afectaban la progresión de su cáncer.
Las dietas basadas en plantas incluyen frutas, verduras, cereales integrales, frutos secos, legumbres, aceites vegetales, té y café. Los investigadores midieron el consumo utilizando un índice basado en plantas y compararon a los hombres que obtuvieron una puntuación en el 20% más alto con aquellos que obtuvieron una puntuación en el 20% más bajo.
“Estos resultados podrían guiar a las personas a tomar decisiones mejores y más saludables en toda su dieta, en lugar de agregar o eliminar alimentos seleccionados“, ha declarado Vivian N. Liu, ex coordinadora principal de investigación clínica en el Centro Osher para la Salud Integrativa de la UCSF y primera autora de el estudio, en un comunicado.
Y ha insistido: “Que la enfermedad avance es una de las muchas preocupaciones fundamentales entre los pacientes con cáncer de próstata, sus familiares, sus cuidadores y los médicos. Esto se suma a muchos otros beneficios para la salud asociados con el consumo de una dieta principalmente basada en vegetales, como la reducción de la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y la mortalidad general”.
Antioxidantes y compuestos antiinflamatorios
Las dietas basadas en plantas se están volviendo cada vez más populares en EEUU y se está acumulando evidencia de que pueden ser beneficiosas para los pacientes con cáncer de próstata, el más común entre los hombres en el país después del cáncer de piel no melanoma.
Las frutas y verduras contienen antioxidantes, así como compuestos antiinflamatorios que se ha demostrado que protegen contra el cáncer de próstata, e investigaciones anteriores han demostrado consistentemente la importancia de los factores dietéticos para la salud y el bienestar general.
“Hacer pequeños cambios en la dieta todos los días es beneficioso”, ha sugerdio la coautora principal del ensayo, Stacey A. Kenfield, profesora de Urología de la UCSF. “Un mayor consumo de alimentos de origen vegetal después de un diagnóstico de esta enfermedad también se ha asociado recientemente con una mejor calidad de vida, incluida la función sexual, la función urinaria y la vitalidad, por lo que es beneficioso para ambos niveles”, ha apostillado.
A las ventajas de las nuevas y positivas evidencias sobre la relación entre alimentación y dieta “y a pesar de los avances en la detección y tratamiento, el cáncer de próstata sigue siendo una causa significativa de mortalidad. Sin embargo, esta ha mostrado una tendencia a la disminución en las últimas décadas, gracias a las mejoras en los métodos de detección precoz y los tratamientos disponibles”, recuerda el Dr. Peinado.
Diagnóstico precoz
Para él, la detección precoz es “fundamental para mejorar el pronóstico de la enfermedad. En España, a menudo se realiza mediante la medición del antígeno prostático específico (PSA) en sangre y el examen digital rectal (DRE). La práctica de cribado con PSA ha sido objeto de debate, pero se utiliza comúnmente para detectar el cáncer en sus etapas iniciales, cuando el tratamiento puede ser más efectivo”, recomienda.
En cuanto al tratamiento, “las opciones incluyen cirugía (prostatectomía radical), radioterapia, terapia hormonal y, en algunos casos, quimioterapia. La elección depende del estadio del cáncer, la edad del paciente, su estado de salud general y sus preferencias personales. La tasa de supervivencia a cinco años para los hombres diagnosticados con cáncer de próstata localizado es muy alta, superior al 90%. Esto refleja la efectividad de los tratamientos disponibles y la importancia del diagnóstico temprano”, apostilla.
Hace especial hicapié en que se recuerden los factores de riesgo de la enfermedad. “Entre los más destacados se encuentran la edad (siendo más común en mayores de 65 años), antecedentes familiares de la enfermedad, y factores genéticos. Además, la dieta y el estilo de vida también juegan un papel importante, como hemos visto anteriormente”, rememora el especialista.
Afortunadamente, “España participa activamente en la investigación del cáncer de próstata a través de proyectos que investigan la relación entre dieta, estado nutricional, estilos de vida, factores ambientales e incidencia de diferentes tipos de cáncer. Estos estudios han proporcionado valiosa información sobre cómo factores modificables, como la dieta, pueden influir en el riesgo de desarrollar la enfermedad. Sobre todo por que ésta sigue siendo un desafío importante para la salud pública, pero los avances en la detección precoz y el tratamiento han mejorado significativamente el pronóstico para muchos pacientes. Continuar promoviendo la investigación, la prevención y la educación sobre el para seguir reduciendo su impacto en la población masculina”.
Finalmente, el Dr. Peinado enfatiza que “cada vez más médicos reconocen la importancia de la dieta en la salud general y en la prevención de enfermedades, pero en muchas consultas aún es una asignatura pendiente. Integrar recomendaciones dietéticas en la práctica clínica debería ser una prioridad, ya que una dieta adecuada no solo puede ayudar a prevenir el cáncer, sino también a mejorar la calidad de vida y los resultados de los tratamientos en pacientes con enfermedad oncológica. Es importante contar con el apoyo de nutricionistas que colaboran juntamente con las unidades de tratamiento de pacientes.
