Millones de reproducciones, entradas vendidas y decenas de playlists divididas entre lo “old school” y los que están en tendencia. El reggaetón sigue tan vivo como hace dos décadas cuando Daddy Yankee comenzó a hacerse espacio en fiestas de colegios chilenos con su imbatible “Gasolina”.
Era imprescindible a estas alturas encontrar un libro que reflejara este fenómeno de alguna forma. Es el caso de “Reggaetón Religión” (Editorial Planeta, 2024), una aproximación al género que toma como base no sólo datos concretos del origen de sus figuras más relevantes y sus éxitos, sino también el efecto que producen las canciones en cada oyente. Desde el meneo al perreo más intenso, en sólo dos estrofas y un estribillo, con un bajo profundo que golpea a lo más hondo del corazón.
Además de ser uno de los primeros libros dedicados al reggaetón en Chile, es también el debut de Camila Gutiérrez en la no ficción, con un texto sobre música, sumergiéndose en la raíz de lo urbano, sus ambientes y curiosidades de una larga lista de artistas, desde El General hasta Karol G, Rosalía, J Balvin, Wisin & Yandel y Cris MJ, entre muchos otros.
¿Cómo nace la idea de hacer este libro?
Hubo como dos cosas. Hubo un momento en que el trap empezó a tener mucha fuerza en Chile, 2018 más o menos, me puse muy fatalista y dije “ah, bueno, el reggaetón cagó”. Esto murió acá, o al menos, la forma en que existía (pensaba) en que no iba a existir más. Me equivoqué, claramente, el tiempo lo demostró, pero en ese momento pensé que me gustaría hacer una especie de fotografía de lo que, de alguna forma, fueron todos esos años de reggaeton, desde los inicios más comerciales con Daddy Yankee, Don Omar, hasta más o menos el 2015-2016. No era por algo nostálgico, sino de hacer una especie de retrato de este momento.
Luego, en el 2019 fui a un concierto de Bad Bunny en que dijo que venía a traer “la Nueva Religión”, que era una idea en la que había insistido harto. Tenía una gira que se llamaba así, era algo de lo que hablaba en algunas canciones e iba asociado a esta idea de ser latino. Me interesó ahí ese concepto como punto de partida, de qué es esto de la Nueva Religión, pero no tenía tan claro que el libro lo iba a estructurar así, en base a resolver esto a través de los “santos” de la Nueva Religión qué era esto. Lo anoté a mi bloc de notas cuando estaba en el concierto como punto de partida de algo.
Este es tu primer libro que no es autobiográfico, aunque sí se habla en primera persona en buena parte de los textos. ¿Pensaste alguna vez que harías algo así, como un libro de música en este caso?
Jamás me había imaginado esto, no tanto de escribir algo no ficción, que eso sí lo podría haber llegado a pensar, tengo formación de periodista y trabajé en medios, pero nunca pensé que iba a hacer un libro de música.
Fue como una sorpresa cuando se me ocurrió igual. No era algo que estuviera dentro de mis planes, pero sí me pasó que El Amor Según fue un excelente ensayo para aproximarse al tema, porque le empecé a prestar mucha atención a las letras. Y también en un momento comencé a escribir columnas para Culto, pero que en un principio eran de Charly García, Fito Páez, otras cosas que me gustan también, y en un momento empecé a escribir de reggaetón y fue un muy buen ensayo para darme cuenta como la orientación que quería empezar a darle al libro.
Mi primera idea con esos textos era hacer algo como más “columna”, pero me empezaron a salir más como mini perfiles, como contar la historia de la gente, y claro, creo que me interesa más contar la historia en general que tener lecturas muy acabadas de las cosas, que yo no soy tan buena para eso en realidad. No soy una gran socióloga de lo que está pasando, pero sí creo que me gusta mucho contar historias. Entonces, me interesó tirarme por ese lado.
¿Cómo fuiste generando la lista de artistas que abordas en estos “mini perfiles” del libro?
Había unos que era clarísimo que tenían que estar, como Daddy Yankee, Don Omar, pero lo que traté de hacer es gente -que yo creo que se me pueden haber quedado fuera-, que ha sido muy relevante para el género y que además están vinculados en algún tema en específico de algo que yo quería contar.
Por ejemplo, si quiero hablar de tiraderas y pongo a Residente, que me parece que es fundamental para el género, con él puedes hablar de este tema. En el caso de Karol G, que es como ineludible, me interesaba el tema que ella plantea -y algo que no se veía mucho en el reggaetón antes- de la amistad, de que estás teniendo un mal de amor terrible y llega una amiga, te apaña, y te apaña a tomar un copete. Eso me gustaba mucho, creo que cada persona que puse aporta algo en algún sentido.
Y por gusto personal, quizás hay gente que era muy relevante, y como no me gustaba tanto no están (risas). Hay un nivel de arbitrariedad.
También pasó escuchando otras cosas o leyendo otros libros. Hay uno de Pablo Wilson (Reggaeton: Una revolución latina) donde él ve quién fue poniendo banderitas importantes, la gente que ya había trazado un camino. Escuché mucho un podcast que se llama Loud, de Spotify que conducia Ivy Queen, y ahí habla mucho de la importancia de El General y de Renato, que es el que hace el primer “reggae” en español, que aunque no sea un reggaetonero, es un pionero en eso.
La bibliografía de reggaetón no es algo que existe mucho, por eso tomas de fuentes muy distintas, de podcasts, entrevistas y lo que se ha escrito. ¿Fue difícil esa búsqueda?
Pero muy entretenida. Hay cosas dichas sí, hay gente que se aproxima desde la academia, de distintos lugares, pero es verdad sí que está disgregada un poco la información, pero eso mismo era muy entretenido. Como de repente terminar en unas cosas muy creepypasta del reggaetón, como la maldición de Daddy Yankee, que todos los que trabajan con él y se pelean con él después les va mal, también era muy divertido llegar a esas cuestiones absolutamente más informales.
También por tu cuenta decidiste viajar y conocer lugares emblemáticos para el reggaetón. ¿Cómo se dio eso?
Bueno, decidí viajar a Puerto Rico y Colombia, y tuve mucha suerte como de ver al amigo del amigo, del amigo… cuando te pasa de conocer a alguien de manera muy random, que conoció justo a la persona necesaria para algo.
En Puerto Rico, ponte tu, pude acceder al corista de Tego Calderón, pero por suerte. Sí me pasa, que he pensado mucho de esos viajes, que los hice en un período muy inicial del libro. No tenía casi ninguna información recabada todavía, fue como “esto tiene que ser lo primero”, un poco a lo loco, y me encantaría repetirlos con el conocimiento que tengo ahora, los aprovecharía de otra forma, las locaciones de otra forma. Pero fue muy útil.
¿A quién te gustaría que le llegara el libro? ¿A los fans del reggaetón o a cualquier lector?
El libro va a ser publicado afuera de Chile también y esa recepción me interesa mucho, porque… si bien, ahora Chile está muy importante en el reggaetón y es un país en el que el reggaetón siempre ha triunfado mucho, yo no soy puertorriqueña, no soy colombiana y me da mucha curiosidad cómo van a ver la lectura que estoy haciendo de procesos. Y en términos de recepción, pensaba que era un libro que, sí te gustaba el reggaetón, lo leyeras, pero igual hay gente que me ha dicho que no tenía como particular afinidad con el género y lo ha pasado bien leyendo el libro. Y en ese sentido, si la trayectoria del libro también pudiera ser más amplia que la gente que le gusta el reggaetón sería muy feliz.
Y al momento de estar escribiendo este libro, ¿te surgieron ideas para otros, sean de música o no?
Yo ya tengo contrato por otro libro, que no tiene nada que ver, es una especie de diccionario amoroso, y tengo otra idea también que es hacer uno sobre el Mundial de Francia 98.
Del reggaeton mismo he pensado también, pero depende como me vaya. Lo que más me ha tomado últimamente es que… ahora hay elecciones de gobernador en Puerto Rico y Bad Bunny está súper metido, pagando letreros gigantes en las carreteras en contra del partido de derecha de allá. Y junto con esto, pasaron estos apoyos a Trump de Nicky Jam, de Anuel. Entonces, me ha tenido muy tomada estos como vínculos entre el género y la política, que en general se tiende a pensar que no fueran como actores muy políticos, pero muchas veces sí lo son. También me interesa cuando no lo son y por qué no lo son. Me gustaría poder explorar el tema como reggaetón y política.
