Madrid, 21 mar (EFE).- España exportó 17.000 toneladas de plaguicidas prohibidos en la UE a países del Sur global en 2023, según un informe elaborado por la Oficina Europea de Medio Ambiente, la Red Europea de Acción contra los Plaguicidas, CCOO, Public Eye y Ecologistas en Acción.
Un comunicado facilitado este viernes por la ong ecologista denuncia el “doble rasero” de Bruselas a la hora de proteger la salud y el medio ambiente frente al riesgo de los plaguicidas más tóxicos, ya que “mientras que ha mejorado la protección en su territorio, prohibiendo el uso de más de 247 sustancias activas, sigue produciendo y exportando estas sustancias prohibidas a terceros países” que en su mayoría “carecen de la capacidad para gestionar los riesgos que entraña su uso”.
El documento, titulado ‘Doble rasero, doble riesgo’ recoge datos oficiales del Ministerio para la Transición Ecológica para revelar la magnitud de las exportaciones españolas de plaguicidas prohibidos y sus impactos globales y recomienda que se “cese la fabricación y exportación” de estos compuestos químicos.
La principal sustancia exportada fue el 1,3-dicloropropeno (1,3-D), un fumigante de suelos utilizado en el cultivo de hortalizas y frutas, del que España exportó casi 13.000 toneladas, principalmente a Estados Unidos y Marruecos, a pesar de estar prohibido en la UE desde 2007 y de estar clasificado como probable carcinógeno por la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos.
Estas sustancias, a menudo vendidas en bolsas de plástico y sin información sobre sus peligros, tienen impactos “devastadores” en la salud humana y el medio ambiente del Sur Global, causando decenas de muertes infantiles por envenenamiento, como las reportadas entre septiembre y noviembre de 2024 por organizaciones de Camerún y Sudáfrica.
Asimismo, el uso agrícola de pesticidas sin las medidas de protección y conocimiento adecuados provoca, según el comunicado, la muerte por envenenamiento de 11.000 personas al año en el mundo.
Lo más irónico es que los pesticidas llegan también a los platos de los ciudadanos europeos en un “efecto boomerang” a través de los alimentos importados contaminados, ya que la UE consume cada vez más estos productos debido a las trabas impuestas desde Bruselas a los propios agricultores europeos que, como recuerda el comunicado, están sometidos a una “competencia desleal”. EFE
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