España, con tradición vinícola y paradigma de la dieta mediterránea, puede convertirse «en un país puntero en la investigación sobre efectos del vino en la salud», dijo este viernes Miguel Ángel Martínez, epidemiólogo español y catedrático de la Universidad de Navarra.
Martínez hizo estas declaraciones en el Congreso Internacional ‘Lifestyle, Diet, Wine and Health’ celebrado en Roma, donde expertos mundiales exploraron los potenciales beneficios para la salud del consumo moderado de vino y la nutrición propia del Mediterráneo.
Los organizadores son las entidades ‘Wine Information Council’, dedicada a recopilar y difundir investigaciones científicas sobre el vino y su relación con la salud, el Instituto per la Investigación sobre el Vino, la Alimentación y la Salud (IRVAS) de Italia, y ‘Wine in Moderation’, una iniciativa que promueve el consumo responsable de vino.
«El consumo de vino siempre se incluyó en la definición de vida mediterránea y muchos estudios epidemiológicos, observacionales, bien hechos, encuentran que el consumo de vino forma parte de esos elementos protectores» si se hace moderadamente y en «un patron de dieta saludable», declaró Martínez.
Ensayo pionero
Aún así, señala, hay problemas asociados como el consumo excesivo y la adicción, y para valorar los efectos del consumo moderado «en un patrón de dieta saludable» hace falta un estudio profundizado, algo que Martínez inició con un amplio ensayo de cuatro años a través de la Universidad de Navarra para recopilar datos de hasta 10.000 personas que beben vino regularmente.
«Ya estamos trabajando con casi 5.000 voluntarios» a los que se sigue «con mucho detalle», supervisando «su estilo de vida, dieta, control de peso, estrés o sueño».
El proyecto, llamado UNATI, «es el ensayo más importante» hecho hasta ahora «sobre los efectos del consumo moderado de vino», y se desarrolla todo en España, que con ello «puede llegar a ser un país puntero en la investigación sobre los efectos del vino en la salud».

Entre los especialistas españoles que participan en el congreso también estuvo Ramon Estruch, médico y consultor de Medicina Interna del Hospital Clínic de Barcelona, quien destacó que a partir de varios estudios se está mostrando cómo con una dieta mediterránea «siempre saludable» y un consumo moderado de vino puede contribuir en la prevención de ciertas enfermedades crónicas o problemas cardiovasculares.
«La dieta mediterránea es el mejor patrón de alimentación» y en ella «el vino tiene un 20% de efecto protector», indicó el experto.
Dieta mediterránea, factor clave
Remarcó que seguir estas guías de dieta en España no es muy difícil gracias a su propia tradición: «La ventaja que tenemos los españoles es que tenemos muy enraizada la dieta mediterránea», dijo.
Pese a que los jóvenes se vieron influidos por la cultura culinaria anglosajona, «que va en contra» de esta pauta alimenticia, «a partir de los 40 años, la gente en España come bien», lo que supone «comer relajadamente en familia, con un patrón de alimentación saludable que incluye un uso moderado de vino», destacó Estruch.
Otra participante en el congreso fue Iris Shai, investigadora y académica en nutrición y epidemiología de la Universidad israelí de Ben Gurión del Néguev y la Universidad de Harvard, quién destacó cómo la dieta mediterránea puede contribuir a la longevidad, presentando también este viernes una investigación en esta línea.»Una dieta mediterránea rica en cereales integrales, frutas y verduras, y principalmente en fibras y polifenoles, podría ser bastante potente contra el envejecimiento», remarcó.
«Ciertos cambios en el estilo de vida y la dieta mediterránea, sobre todo verde», pueden prevenir problemas vinculados al envejecimiento «como la atrofia cerebral, la metilación de ADN, el microbioma y el envejecimiento vascular», concluyó la académica. EFE