En el corazón de Villa María, Córdoba, nació hace 30 años Magalí Benejam, una mujer que desafió límites y conquistó escenarios internacionales. Hija de una tierra que mezcla tradición y modernidad, su historia es una danza entre la astrología, el coaching y el glamour del modelaje. Con 1,75 metros de altura, una sonrisa tan amplia como su determinación y una vida marcada por la resiliencia, se convirtió en una figura icónica del certamen de belleza más prestigioso del mundo, aunque quedó lejos de calzarse la corona.
En el corazón de Villa María, Córdoba, nació hace 30 años Magalí Benejam, una mujer que desafió límites y conquistó escenarios internacionales. Hija de una tierra que mezcla tradición y modernidad, su historia es una danza entre la astrología, el coaching y el glamour del modelaje. Con 1,75 metros de altura, una sonrisa tan amplia como su determinación y una vida marcada por la resiliencia, se convirtió en una figura icónica del certamen de belleza más prestigioso del mundo, aunque quedó lejos de calzarse la corona.
En una entrevista reveló cómo su pasado moldeó su presente: “Desde chica la vida me arrojó situaciones diversas y creo que eso es lo que me lleva a ser hoy quien soy”. Esa capacidad de adaptación la llevó lejos, cruzando fronteras y enfrentando desafíos con una determinación inquebrantable.
A los 18 años, dejó su hogar en Villa María para mudarse a Chile, donde inició su carrera como modelo. Allí trabajó en campañas publicitarias que la colocaron en la mira del mundo de la moda. Cuatro años después, su búsqueda de nuevos horizontes la llevó a México y, posteriormente, a Turquía, donde atravesó la incertidumbre de la pandemia. Finalmente, se instaló en Barcelona, ciudad que se convirtió en su refugio y base de operaciones.
El 25 de mayo de 2024, en una noche cargada de luces y expectativas, Magalí se consagró como Miss Universo Argentina. En un certamen que reunió a 27 competidoras de todo el país y representaciones simbólicas de regiones como la Antártida y las Islas del Atlántico Sur, Benejam brilló con fuerza propia.
El público quedó deslumbrado por su desempeño, especialmente durante la competencia de traje de baño. Luciendo una bikini azul y stilettos dorados, dejó claro que su seguridad y elegancia eran inigualables. En su discurso de aceptación, expresó: “Estoy tan emocionada y agradecida de estar acá porque la competencia no fue fácil”.
En noviembre de 2024, Magalí representó a la Argentina en el Miss Universo celebrado en México. Allí, logró posicionarse como semifinalista, compartiendo el puesto número doce. Sin embargo, su camino en el certamen dio un giro inesperado.
En una entrevista con el creador de contenido argentino King Lucho, Benejam criticó duramente el concurso y a algunas de sus compañeras, sugiriendo que las decisiones del jurado parecían arregladas. Además, apuntó directamente contra Miss Puerto Rico y Miss República Dominicana, lo que generó un aluvión de reacciones.
Estas declaraciones provocaron la inmediata respuesta de la organización Miss Universo, que se manifestó por medio de un comunicado: “Después de una revisión exhaustiva de los recientes comentarios públicos realizados por la señorita Magalí Benejam basada en nuestros principios fundamentales, hemos decidido retirar inmediatamente el título de Miss Universo Argentina”. El documento reafirmó los valores de inclusión y respeto promovidos por el certamen, dejando claro que todos los representantes debían reflejar estos principios.
A pesar de la controversia, Magalí continúa siendo un símbolo de superación y audacia. Su trayectoria revela una mujer que no teme desafiar lo establecido, que carga con las marcas de su historia y que, lejos de rendirse, se reinventa constantemente.
Desde Villa María hasta los escenarios internacionales, su nombre resuena como el de una mujer que, para bien o para mal, jamás pasa inadvertida.
Una cosa es segura: Magalí no solo fue una reina de belleza, sino también una figura que puso en jaque las reglas del juego.
