Hoy, 19 de marzo, se celebra la festividad de san José, que no solo fue el esposo de la Virgen María y el padre adoptivo de Jesús, sino que es una figura central de la religión católica, donde es venerado como un modelo de virtud, humildad y paternidad.
A pesar de que san José aparece escasamente referenciado en la Biblia, de las limitadas informaciones sobre su figura se sabe que perteneció a la estirpe del rey David y que fue un humilde carpintero que se desposó con la Virgen María. En cuanto a su carácter, se desprende que fue un hombre justo y trabajador, obediente a la voluntad de Dios y valiente para asumir la paternidad de Jesús, protegiéndolo de Herodes e incluso marchando a Egipto como extranjero para garantizar la seguridad de su familia. De regreso a Nazaret, en Galilea, y a pesar del fallecimiento de Herodes, no le importó vivir de manera oculta debido al miedo de posibles represalias de Arquelao, hijo de Herodes. Dado que no existe mención a san José durante el ministerio de Jesucristo, se supone que pudo fallecer antes del inicio de la vida pública de éste, pero no cabe duda de su importancia en su educación.
La devoción hacia san José cuenta con una larga tradición. Basta pensar en la Orden de los Carmelitas Descalzos y en la veneración especial de santa Teresa de Jesús (1515-1582), quien, además de dedicar espacio entre sus escritos a subrayar el papel de san José como parte de la historia de Jesucristo, también potenció su papel de Padre de Jesús en la tierra y su representación material del Padre Eterno.
Así, con el recuerdo a san José, felicitamos a todos los padres y a quienes celebran hoy su onomástica.
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