Un vuelo comercial de Frontier Airlines con destino al Aeropuerto Internacional de San Francisco fue desviado el pasado lunes 9 de septiembre tras un alarmante incidente que involucró a un pasajero. El hombre, identificado como Charles Ángel Salva, de 30 años y residente de Fremont, California, fue detenido después de intentar estrangular a una azafata y amenazar con matar a los pasajeros, según informes de las autoridades.
El vuelo, que despegó desde el Aeropuerto John Wayne en Santa Ana, California, tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en el Aeropuerto Internacional de Ontario, tras la conducta peligrosa de Salva, que también aseguró que el avión se iba a estrellar, lo que generó pánico entre los pasajeros y la tripulación.
El altercado comenzó poco después de que el vuelo 3581 de Frontier Airlines despegara del condado de Orange, California, con destino a San Francisco. Mientras el aeroplano ascendía a unos 3000 metros de altura, los auxiliares de vuelo se percataron de que las máscaras de oxígeno de una de las filas estaban fuera del compartimento superior. Al investigar, descubrieron que Charles Salva las había sacado del lugar correspondiente.
Según el comunicado oficial del Departamento de Justicia de Estados Unidos, tras ser confrontado por la tripulación, Salva comenzó a comportarse de manera errática y violenta. Los informes indican que empezó a gritar obscenidades y afirmó: “Este avión se va a estrellar”. Al ser cuestionado por la azafata, el hombre intentó huir hacia la parte trasera, lo que desencadenó una serie de agresiones físicas.
El comportamiento del pasajero escaló rápidamente. Intentó estrangular a la azafata y le provocó con marcas visibles en el cuello. Además, empujó a otro miembro de la tripulación mientras gritaba que iba a matar a todos. Durante el forcejeo, también pateó a otro auxiliar de vuelo al menos seis veces en la pierna, lo que le causó lesiones que requirieron atención médica, de acuerdo con el comunicado.
Ante la situación, varios pasajeros intervinieron. Lograron inmovilizar a Salva al utilizar esposas flexibles, aunque el hombre consiguió liberarse momentáneamente. Finalmente, fue asegurado con un cinturón de seguridad hasta que el avión pudo aterrizar de emergencia en la ciudad californiana de Ontario.
Debido a la gravedad del incidente y al riesgo para la seguridad de los pasajeros y la tripulación, los pilotos decidieron desviar el vuelo al Aeropuerto Internacional de Ontario, ubicado a unos 30 kilómetros al noreste de Santa Ana. Aterrizaron sin mayores inconvenientes y las autoridades locales y federales, que incluyeron agentes del FBI y la policía de Ontario, abordaron el avión y detuvieron a Salva.
El Departamento de Justicia informó que Charles Ángel Salva fue acusado formalmente de interferencia con los miembros de la tripulación de vuelo, un cargo que conlleva una pena máxima de 20 años en prisión federal si es declarado culpable. Tras su arresto, compareció por primera vez ante un tribunal en Riverside, California, y ahora se encuentra bajo custodia. Su audiencia preliminar está programada para el 26 de septiembre.
Por su parte, Frontier Airlines agradeció a la tripulación y a los pasajeros que ayudaron a controlar la situación. “Expresamos nuestro más profundo agradecimiento a la tripulación de vuelo por su profesionalismo y a los demás pasajeros que colaboraron durante el incidente. Agradecemos también a las fuerzas de seguridad locales y federales por sus esfuerzos para garantizar la seguridad de todos a bordo y llevar a cabo las investigaciones pertinentes”, señaló la aerolínea al medio USA Today.
Este hecho se suma a una serie de episodios recientes de pasajeros violentos en vuelos comerciales. En 2021, la FAA implementó una política de tolerancia cero hacia aquellos que exhiben conductas disruptivas o violentas durante los vuelos. Desde entonces, se han impuesto multas significativas para quienes infringen las normas de seguridad a bordo de los aviones.
Según los datos más recientes de la FAA, en lo que va del año se han registrado 897 incidentes de pasajeros indisciplinados. Estos episodios han incluido desde conductas inapropiadas hasta agresiones físicas a los miembros de la tripulación. En los casos más graves, se presentan cargos federales que pueden conllevar sentencias de prisión.
LA NACION
