La poltica exterior de Milei pareca regirse por dos premisas claras. Un expreso acercamiento a Occidente y un alineamiento frreo con Estados Unidos e Israel. Nada ms sencillo, verdad? Sin embargo, con la victoria de Trump, el panorama se torna curiosamente ms…intrincado. Ahora resulta an ms fcil alinearse con los Estados Unidos e Israel, especialmente con la red de amistades que la familia Trump ha cultivado por el mundo como Erdogan, Orban o Bolsonaro que, por supuesto, son la envidia de las democracias occidentales.
Pero, paradoja de paradojas, ese alineamiento que parece tan natural tambin tiene sus riesgos. Resulta que alinearnos con esta versin del “Occidente alternativo” nos distancia del resto de Occidente; de aquel Occidente que parece estar en otra sintona.
Procedamos, entonces, a un sucinto anlisis del contexto geopoltico actual en relacin al escenario local.
Trump asume su segundo mandato con una base de aliados internacionales sustancialmente ms robusto que en 2016. Hoy no es solo un mandatario que desafa al “establishment”, sino que arriba con un coro de voces afines en varios continentes. Figuras como Giorgia Meloni en Italia, Viktor Orbn en Hungra, y nuestro propio Javier Milei en Argentina se alinean con su visin, adoptando posturas que muchos en la Unin Europea observan con suspicacia. Ms an, el primer ministro israel debe ser uno de los que se siente mayor a gusto con su triunfo.
En Europa, estas democracias iliberales, como las denominan, son entendidas como inminentes amenazas al orden liberal y al Estado de derecho, lo cual genera rechazo y temor. Esta percepcin complica an ms la lectura europea y occidental del fenmeno Milei y su cercana con esta nueva derecha populista global.
Irnicamente, este crecimiento de las presuntas democracias iliberales contrasta con uno de los ejes fundamentales de la poltica exterior de Milei: el anhelo de que Argentina se sume a la Organizacin para la Cooperacin y el Desarrollo Econmicos (OCDE). La misma Ley de Bases de su gobierno ancla como objetivo tanto en poltica exterior como en poltica domstica dada la realizacin de reformas necesarias para que Argentina acceda a este selecto club de economas avanzadas al declararla de inters nacional en su artculo 3ero de Insercin al Mundo. Y no es un detalle menor.
De los 38 miembros actuales de la OCDE, 26 son europeos, y para formar parte de este bloque, es necesario cumplir con estndares de gobernanza democrtica y respeto al Estado de derecho que van en sentido opuesto al modelo de “democracia iliberal” que algunos de estos aliados de Milei representan. Aqu, entonces, tenemos una poltica de acercamiento neto y expreso hacia Occidente y no solo en teora o meras declaraciones.
Para el gobierno de Milei, la victoria del republicano en Estados Unidos representa, por un lado, un alivio para el plan econmico argentino. Con Trump, existe la posibilidad de una postura ms flexible del FMI hacia Argentina, un aliado que facilitara los desembolsos necesarios para evitar la devaluacin o fortalecer las reservas del Banco Central. Con todo, el libertario debe navegar con habilidad para no contrariar los intereses y posturas de Trump en el resto del globo.
Este eventual respiro econmico acarrea consigo complicaciones en el terreno geopoltico, donde la visin de Milei y los intereses de Trump no siempre convergen.
A pesar de las afinidades y simpatas compartidas, entonces, existen tensiones y contradicciones. Una de ellas es la posicin de Argentina respecto a China. Aunque Milei expres inicialmente su rechazo a la influencia china, la realidad econmica lo oblig a matizar su discurso y reconocer a China como un “socio comercial interesante” en la televisin, marcando un giro pragmtico para no perder oportunidades en el mercado asitico.
Esta flexibilidad en el mensaje – aunque entendible desde una perspectiva de realismo econmico- no es apreciada con buenos ojos por Trump, quien mantiene una postura inflexible hacia el gigante asitico y lo considera un rival estratgico.
Otra fuente de potencial incomodidad de Milei para con Trump es la postura de Argentina respecto a Ucrania. Milei ha cultivado una relacin cercana con Volodymyr Zelensky, quien fue uno de sus invitados estrella al asumir, mostrando un apoyo firme a la causa ucraniana frente a la agresin rusa.
De todas formas, Trump ha demostrado afinidad por Vladimir Putin y, en su segundo mandato, podra reducir el apoyo de Estados Unidos a Ucrania, generando tensiones en Europa toda. Pues, a diferencia de Milei, estos dos son profundamente nacionalistas, no librecambistas. Dicho apoyo a Ucrania aade una nueva capa de complejidad a la relacin con Trump.
Ms an, Milei tambin ha manifestado su deseo de que Argentina se sume a la OTAN, buscando un compromiso ms firme con el bloque de defensa liderado por Estados Unidos. Incluso as, en un contexto donde Trump amenaza con retirar a Estados Unidos de la organizacin si los dems pases no cumplen con su compromiso de destinar el 2% del PIB a defensa, esta solicitud podra interpretarse como inoportuna o incluso como un desafo implcito a las prioridades de la administracin Trump.
La paradoja aqu es evidente: Milei se esfuerza por demostrar lealtad a Estados Unidos, pero sus pasos para integrarse a la estructura de defensa occidental podran llegar en un momento en que su principal aliado amenaza – y solo es eso, una amenaza- con abandonar la misma alianza.
No obstante, Occidente observa con desconfianza esta “familia de amigos” con un escepticismo cada vez mayor, considerando a estos regmenes como portadores de democracias desafiadas que contradicen el proyecto de integracin occidental. Aunque Milei aspira a estar codo a codo con las democracias de la OCDE, las posiciones internacionales que toma, en ocasiones, lo distancian de ese objetivo. Alinear la poltica exterior argentina con Estados Unidos e Israel ha derivado en decisiones diplomticas que ponen en tela de juicio ese acercamiento al “Occidente” en el sentido amplio. Varios ejemplos recientes en las votaciones de la ONU ilustran esta paradoja.
Primero, Argentina fue el nico pas en la ONU que vot el 11 de noviembre en contra de una resolucin sobre los derechos de los pueblos indgenas. Mientras el resto de los pases occidentales apoyaban la resolucin, el gobierno de Milei se aline nicamente con Estados Unidos en esta cuestin, enviando un mensaje de aislamiento respecto a un tema tan sensible. An as, es coherente con el discurso del Presidente que – no olvidemos- es quien dicta la poltica exterior.
Luego, Argentina se haba tambin alineado con Estados Unidos e Israel al votar el 18 de septiembre en contra de una resolucin de la ONU sobre Palestina. Esta decisin gener rechazo y preocupacin entre los aliados europeos de la Argentina, quienes interpretaron el voto como una seal de distancia en un tema clave de poltica internacional que mantena al mundo en vilo.
Finalmente, en un giro inesperado?, el gobierno de Milei destituy a Diana Mondino como ministra tras votar a favor de Cuba en una asamblea de la ONU. Esta decisin dej en evidencia las tensiones internas y las dificultades de Milei para mantener una poltica exterior coherente con su historia que satisfaga tanto a sus aliados tradicionales como a las nuevas expectativas impuestas por su alineamiento con Estados Unidos. Ello sin querer introducirnos en la temtica Malvinas.
De hecho, el rechazo de Javier Milei a la Agenda 2030 de Naciones Unidas y su discurso en la Asamblea General reflejan tambin un posicionamiento crtico hacia iniciativas multilaterales vinculadas al desarrollo sostenible. Al calificar esta agenda como una imposicin globalista ideologizada y cuestionar las prioridades sobre cambio climtico y energas renovables, su postura se distancia de los consensos internacionales promovidos por… muchos pases occidentales.
Este enfoque qued ms que evidenciado con la retirada de la delegacin argentina de la COP29 en Dubi. Argumentando que las cumbres climticas son espacios de imposiciones ideolgicas y falta de resultados concretos, la medida consolid su distanciamiento de las polticas climticas promovidas por organismos multilaterales. Su corolario es ms ntido an en el G20 de Brasil.
Finalmente, en este marco de tensiones internacionales, el reciente voto de Argentina en la ONU contra una resolucin destinada a eliminar y prevenir la violencia digital contra mujeres y nias refuerza la paradoja en la poltica exterior. Al convertirse en el nico pas en rechazar esta iniciativa se distancia no slo de Occidente, sino tambin de los valores de cooperacin que histricamente han caracterizado a las democracias liberales Pone acaso de manifiesto esta postura una estrategia de aislamiento selectivo?
Empero, Milei ha demostrado una notable capacidad para desafiar los pronsticos y superar las expectativas. Cuando era panelista, le dijeron que no poda saltar a la poltica; cuando fue diputado, que nunca llegara a ser presidente; y cuando asumi la presidencia, que no podra gobernar.
Contra todo pronstico, ha logrado avances sorprendentes que contrastan con las limitaciones habituales de los polticos tradicionales. Acostumbrado a desafiar el status quo y alcanzar logros notables en terrenos donde otros fracasan, queda por ver si esa misma habilidad podr trasladarse a la poltica internacional, especialmente en la construccin de una coherencia estratgica que articule sus alianzas en politica internacional.
Pero all reside an la paradoja final, la gran irona de esta situacin. Milei, en su afn de acercarse a Occidente y alinearse con Estados Unidos, se encuentra hoy cada vez ms aislado de ese mismo Occidente liberal que defiende fervientemente. As que, al final del da, qu nos queda? Una poltica exterior que, en su intento de claridad y firmeza, queda atrapada en el juego de simpatas y alianzas contradictorias. Porque, en el laberinto de las amistades con Trump y compaa, acercarse a “Occidente” arriesga parece alejarse de Occidente.